Mucha capacitación y poca productividad, paradoja del mercado laboral en México
EL ECONOMISTA
Pese a que México ocupa los primeros
lugares en América Latina en inversión en capacitación, sus niveles de
productividad son de los más bajos, lo que evidencia la falta de
alineación entre ambos elementos.
¿Se puede estudiar mucho y no mejorar como profesional? Parece que México confirma que esto es posible. En un extremo, nuestro país se posiciona como una de las naciones que más invierte en la capacitación de los trabajadores; en el otro, nuestra fuerza laboral es una de las menos productivas.
De acuerdo con un estudio de Michael Page, México es el tercer país de Latinoamérica que más invierte en el entrenamiento y formación de su capital humano, sólo por detrás de Brasil y Colombia. La capacitación es la respuesta principal de las empresas para combatir la carencia de competencias a las que se enfrentan al momento de atraer nuevo talento.
“El 52% de las compañías está invirtiendo en capacitaciones periódicas para mejorar las competencias blandas y técnicas de sus colaboradores”, se destaca en el reporte Habilidades 360°: América Latina 2020.
Sin embargo, si damos un vistazo en cifras de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), nuestro país es uno de los menos productivos del continente. Cada trabajador mexicano genera en promedio 21.6 dólares por hora y labora 2,148 horas al año, cifras significativamente lejanas a la media del organismo: 54.8 dólares por hora y 1,726 horas anuales por cada empleado.
La producción per cápita en México asciende a 46,325 dólares anuales, también el nivel más bajo de todos los países de la OCDE e inferior a la media (94,576.1 dólares al año). Si contrastamos ambos renglones, hay algo que no cuadra. Los esfuerzos por tener una fuerza de trabajo más capacitada, se reflejan poco en la productividad y tal parece que, no es el único elemento que se necesita para tener un mercado de trabajo más competitivo.
Fernanda Páez, directora de Michael Page México, considera que esta brecha se explica por varios factores, como una capacitación desalineada a las necesidades del negocio, un mercado que cambia constantemente su demanda de habilidades y una formación que aún no se personaliza y se hace de manera más práctica.
“La relación entre las capacitaciones impartidas en México contra las necesidades del mercado no están alineadas a la productividad. La inversión en capacitación en nuestro país se enfoca más en desarrollar técnicamente a los colaboradores y no tanto en el incremento de habilidades técnicas que puedan influir en una alta productividad. Falta más desarrollar habilidades blandas como liderazgo, comunicación asertiva, construcción de equipos de alto desempeño”, expone la ejecutiva en entrevista con Factor Capital Humano.
Esta desconexión entre las capacitaciones que se dan en el mercado y las competencias que realmente demandan los nuevos negocios, explica en buena medida la baja productividad del país. “Las habilidades blandas son una de las tendencias más fuertes para crear perfiles robustos”, agrega la especialista.
El desarrollo de economías volcadas al servicio, la expansión y auge de plataformas digitales y los acelerados procesos de cambio productivo y tecnológico están redefiniendo el talento que se demandará.
Talento híbrido, lo más demandado
En ese tenor, las empresas no sólo se encuentran frente a un reto, sino ante la necesidad de desarrollar nuevas competencias en sus trabajadores. Sin embargo, la mitad de los ejecutivos en México reporta como principal barrera para lograr esta meta la escasez de programas de formación y capacitación enfocados en los nuevos negocios, según el reporte de Michael Page.
Los perfiles híbridos, entendidos como aquellos trabajadores que cuentan con competencias técnicas y blandas alienadas a la transformación de los negocios, representan una de las carencias actuales en el mercado. La capacitación desalineada a las nuevas habilidades demandadas no ayuda a desarrollar este tipo de profesionistas, acota Fernanda Páez.
“Llevamos programas de capacitación muy escasos o muy relacionados al tipo de trabajo que estamos haciendo, pero no estamos exponiendo a los candidatos y a los trabajadores a las competencias que sirvan para otras áreas de negocio, para ver la fotografía completa”, puntualiza.
La directora de Michael Page reitera que el talento híbrido es altamente demandado por las empresas, la experiencia técnica que se adquiere con el paso del tiempo es importante, pero si se complementa con el desarrollo de habilidades blandas, se consolida un perfil integral que pueda hacer frente a los cambios que trae consigo la cuarta revolución industrial.
En América Latina, más del 60% de los ejecutivos entrevistados señala que el trabajo en equipo, la inteligencia emocional y la comunicación asertiva son las habilidades blandas que más valoran, seguidas del liderazgo y la resolución de conflictos.
Comentarios