Contra la estrategia del capital frente a la crisis y los planes de ajuste: ¡A la Huelga General! ¡Movilización europea!
Enviado por miquel el Jue, 17/06/2010 - 18:01 izquierda anticapitalista | sindical
Ante la convocatoria de Huelga General para el 29 de septiembre
Comunicado de Izquierda Anticapitalista
La decisión de los sindicatos CCOO y UGT de convocar a una Huelga General para el 29 de septiembre próximo abre un nuevo capítulo en la lucha contra el Plan de Ajuste del gobierno- que comenzó el pasado 8 de junio de manera incierta con la Huelga del sector público -contra el Proyecto de Ley de Reforma Laboral aprobada ya por el Consejo de Ministros y contra las políticas neoliberales de salida a la crisis.
El paquete de medidas que las instituciones europeas y financieras han impuesto al gobierno del Estado español incluye un programa de austeridad- que recortará 50.000 millones de euros en cuatro años; el “Tijeretazo”- aplicado ya inicialmente con 15.000 millones de euros -afectando a los salarios de los empleados públicos, la inversión pública (renunciando con ello a las palancas que darían lugar al tan necesario cambio de modelo productivo), y congelando las pensiones; la reforma laboral en curso; y, próximamente, el retraso de la edad de jubilación.
Con firmeza y sin dar respiro- el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios de la UE ha presionado ya de manera directa al Gobierno español para que siga avanzando en el “Plan de Ajuste”, mediante un nuevo recorte de 8.000 millones de euros para el 2011 -el gran capital desarrolla su estrategia frente a la crisis, encaminada a rentabilizar los mercados europeos mediante la reducción del coste de la fuerza de trabajo, los derechos de la mayoría social y la reducción y privatización de los servicios públicos.
Pero el alcance de las medidas en el plano político va mucho más allá de las que pueden producirse al calor de la austeridad presupuestaria exigida por la UE. La Reforma Laboral es la piedra angular de ese proceso mucho más profundo que pretende una desarticulación total de la organización de los y las trabajadoras en los centros de trabajo. La reforma que Gobierno y patronal desean ahora aplicar incluye importantes medidas relativas al sistema de entrada en la relación de empleo (bonificaciones a la contratación, privatización parcial de la intermediación laboral privada); modificaciones del sistema de contratación (contratos formativos y en prácticas) y flexibilización de la organización del trabajo (movilidad geográfica, modificaciones sustanciales de las condiciones de trabajo); y de la salida de la relación de empleo y abaratamiento del despido (contrato de fomento con indemnización de 33 días, generalización del despido por causas económicas con indemnización de 20 días...). Además, lo que está en juego son los derechos colectivos alcanzados en los convenios ya que vamos a un modelo que proporciona a la patronal el descuelgue sistemático de los acuerdos por parte de las empresas, convenios que ya de por sí resultaban difíciles en su aplicación por la debilidad sindical. Lo que en definitiva supone la desaparición de todo marco legal al que los y las trabajadoras puedan aferrarse.
La estrategia del capital exige sin lugar a dudas una respuesta a escala europea, cuya pequeña primera piedra podría ser la manifestación convocada en Bruselas el 29 de setiembre por la CES (Confederación Europea de Sindicatos) ante la reunión del Ecofin (Consejo de Economía y Finanzas). Esta es la misma fecha que los sindicatos CCOO y UGT han escogido para convocar la Huelga General en el Estado español, con movilizaciones preparatorias fijadas para el 30 de junio y 9 de setiembre.
Las direcciones de los sindicatos convocantes han expresado su voluntad de que el seguimiento de la Huelga General sea masivo y así debería ser. Es necesario preparar bien la huelga, y para ello el malestar social debe traducirse, algo que no sale por generación espontánea, en lucha colectiva. Esto exige explicación, debate, propaganda y pronunciamientos públicos para que la gente no sólo vea las razones, sino que también compruebe que es un proceso que cuenta con gran respaldo social que le anime a secundar la huelga. Sabemos que ese proceso debe unificar a la clase trabajadora por encima de su adscripición (o no) sindical, y es por ello que en este momento la unidad sindical basada en una respuesta combativa y de preparación por abajo se hace imprescindible y extensible al conjunto del sindicalismo de clase , incluyendo la convocatoria conjunta de asambleas en centros de trabajo, relaciones con movimientos sociales….
Nos encontramos con que cada vez más y más trabajadores y cada vez más delegados y delegadas sindicales están convencidos de que la concertación está plenamente agotada y que ha generado una pérdida considerable de cultura movilizadora y organizativa, pero que también están convencidos y convencidas de que la unidad es la única política sindical posible ante un envite que puede destruir a todas las opciones y experiencias sindicales. Por ello pensamos que todas las opciones sindicales de clase deben participar activamente en su gestión. Esta HG ha de servir para poner en marcha en este país un proceso de lucha contra las políticas neoliberales que pueda converger con otros procesos que ya se están desarrollando en Europa, culminando en una HG a escala continental .
Las políticas neoliberales que viene aplicando la UE y los diversos gobiernos no son la única alternativa posible tal y como hemos explicado desde Izquierda Anticapitalista. Desde numerosos colectivos políticos, sociales, académicos y sindicales hemos propuesto medidas que harían recaer el costo de la crisis sobre quienes la han provocado (y se han beneficiado durante años) proporcionando una salida justa y un mayor poder y protagonismo de los y las trabajadoras. Necesitamos unir a todas las organizaciones en torno a un programa social y ecológico de urgencia contra la crisis cuyas primeras medidas deberían incluir:
· Banca pública bajo control social con la meta de llegar a la nacionalización del conjunto del sistema financiero. El sistema financiero (nuestros ahorros) deberían ser canalizados hacia la inversión productiva y las necesidades que una sociedad se ha marcado como prioritarias. El ahorro no debe ser puesto al servicio de la especulación.
· Restaurar el Impuesto de Patrimonio y dotarlo de tipos impositivos progresivos para que se convierta en un impuesto sobre las grandes fortunas.
· Eliminar las exenciones al Impuesto de Sucesiones y Donaciones.
· Incrementar hasta el 50% los tipos en el IRPF a las rentas más altas.
· Elevar hasta el 50% el gravamen de las SICAV, que son sociedades en las cuales los muy ricos tienen su patrimonio monetario pagando actualmente sólo un 1% de impuestos por él.
· Se pueden introducir impuestos que graven las transacciones especulativas, las rentas del capital dependiendo de la capacidad adquisitiva de cada cual y establecer una regulación empresarial que exija una dotación de reservas mínimas para inversiones sostenibles ecológicamente y de renovación del aparato productivo en esta línea.
· Acabar con el paro, la precariedad y la pobreza mediante la prohibición de los despidos en empresas con beneficios, la implantación de la jornada de 35 horas sin recorte salarial, el establecimiento de un salario mínimo de 1200 euros y el derecho a un ingreso social equivalente para todas las personas en paro. Un sistema recaudatorio como el antes expuesto dotaría al Estado de los recursos necesarios para llevar todo esto adelante: más reparto del empleo, menos subsidios, más ingresos fiscales.
· Retirada del Plan Bolonia que hace de la Educación un negocio pero que además privatiza el conocimiento y la investigación en un momento en el que el cambio de modelo requiere de fuerte inversión pública en la investigación, cuyos resultados deben estar al servicio de toda la población y no de la iniciativa empresarial.
Algunas de estas medidas han sido ya planteadas por los sindicatos CCOO y UGT en la Declaración "Una respuesta social y progresista a la crisis" presentado el pasado día 16 de junio y deberían formar parte de la plataforma reivindicativa que se levante en la próxima Huelga General ya convocada.
Para imponer este programa que ayude a la clase trabajadora a pasar a la ofensiva no basta con la huelga sino que hay que poner en la discusión una confrontación política en la que una nueva fuerza política anticapitalista de los y las trabajadoras pueda nacer al calor de las movilizaciones y de las experiencias solidarias y combativas que emanen de un proceso movilizador que será de largo aliento.
¡¡A la Huelga General contra las políticas neoliberales de ajuste!!
¡¡Por una salida a la crisis favorable a la clase trabajadora!!
¡¡Hacia una Huelga General europea!!
Fuente
Ante la convocatoria de Huelga General para el 29 de septiembre
Comunicado de Izquierda Anticapitalista
La decisión de los sindicatos CCOO y UGT de convocar a una Huelga General para el 29 de septiembre próximo abre un nuevo capítulo en la lucha contra el Plan de Ajuste del gobierno- que comenzó el pasado 8 de junio de manera incierta con la Huelga del sector público -contra el Proyecto de Ley de Reforma Laboral aprobada ya por el Consejo de Ministros y contra las políticas neoliberales de salida a la crisis.
El paquete de medidas que las instituciones europeas y financieras han impuesto al gobierno del Estado español incluye un programa de austeridad- que recortará 50.000 millones de euros en cuatro años; el “Tijeretazo”- aplicado ya inicialmente con 15.000 millones de euros -afectando a los salarios de los empleados públicos, la inversión pública (renunciando con ello a las palancas que darían lugar al tan necesario cambio de modelo productivo), y congelando las pensiones; la reforma laboral en curso; y, próximamente, el retraso de la edad de jubilación.
Con firmeza y sin dar respiro- el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios de la UE ha presionado ya de manera directa al Gobierno español para que siga avanzando en el “Plan de Ajuste”, mediante un nuevo recorte de 8.000 millones de euros para el 2011 -el gran capital desarrolla su estrategia frente a la crisis, encaminada a rentabilizar los mercados europeos mediante la reducción del coste de la fuerza de trabajo, los derechos de la mayoría social y la reducción y privatización de los servicios públicos.
Pero el alcance de las medidas en el plano político va mucho más allá de las que pueden producirse al calor de la austeridad presupuestaria exigida por la UE. La Reforma Laboral es la piedra angular de ese proceso mucho más profundo que pretende una desarticulación total de la organización de los y las trabajadoras en los centros de trabajo. La reforma que Gobierno y patronal desean ahora aplicar incluye importantes medidas relativas al sistema de entrada en la relación de empleo (bonificaciones a la contratación, privatización parcial de la intermediación laboral privada); modificaciones del sistema de contratación (contratos formativos y en prácticas) y flexibilización de la organización del trabajo (movilidad geográfica, modificaciones sustanciales de las condiciones de trabajo); y de la salida de la relación de empleo y abaratamiento del despido (contrato de fomento con indemnización de 33 días, generalización del despido por causas económicas con indemnización de 20 días...). Además, lo que está en juego son los derechos colectivos alcanzados en los convenios ya que vamos a un modelo que proporciona a la patronal el descuelgue sistemático de los acuerdos por parte de las empresas, convenios que ya de por sí resultaban difíciles en su aplicación por la debilidad sindical. Lo que en definitiva supone la desaparición de todo marco legal al que los y las trabajadoras puedan aferrarse.
La estrategia del capital exige sin lugar a dudas una respuesta a escala europea, cuya pequeña primera piedra podría ser la manifestación convocada en Bruselas el 29 de setiembre por la CES (Confederación Europea de Sindicatos) ante la reunión del Ecofin (Consejo de Economía y Finanzas). Esta es la misma fecha que los sindicatos CCOO y UGT han escogido para convocar la Huelga General en el Estado español, con movilizaciones preparatorias fijadas para el 30 de junio y 9 de setiembre.
Las direcciones de los sindicatos convocantes han expresado su voluntad de que el seguimiento de la Huelga General sea masivo y así debería ser. Es necesario preparar bien la huelga, y para ello el malestar social debe traducirse, algo que no sale por generación espontánea, en lucha colectiva. Esto exige explicación, debate, propaganda y pronunciamientos públicos para que la gente no sólo vea las razones, sino que también compruebe que es un proceso que cuenta con gran respaldo social que le anime a secundar la huelga. Sabemos que ese proceso debe unificar a la clase trabajadora por encima de su adscripición (o no) sindical, y es por ello que en este momento la unidad sindical basada en una respuesta combativa y de preparación por abajo se hace imprescindible y extensible al conjunto del sindicalismo de clase , incluyendo la convocatoria conjunta de asambleas en centros de trabajo, relaciones con movimientos sociales….
Nos encontramos con que cada vez más y más trabajadores y cada vez más delegados y delegadas sindicales están convencidos de que la concertación está plenamente agotada y que ha generado una pérdida considerable de cultura movilizadora y organizativa, pero que también están convencidos y convencidas de que la unidad es la única política sindical posible ante un envite que puede destruir a todas las opciones y experiencias sindicales. Por ello pensamos que todas las opciones sindicales de clase deben participar activamente en su gestión. Esta HG ha de servir para poner en marcha en este país un proceso de lucha contra las políticas neoliberales que pueda converger con otros procesos que ya se están desarrollando en Europa, culminando en una HG a escala continental .
Las políticas neoliberales que viene aplicando la UE y los diversos gobiernos no son la única alternativa posible tal y como hemos explicado desde Izquierda Anticapitalista. Desde numerosos colectivos políticos, sociales, académicos y sindicales hemos propuesto medidas que harían recaer el costo de la crisis sobre quienes la han provocado (y se han beneficiado durante años) proporcionando una salida justa y un mayor poder y protagonismo de los y las trabajadoras. Necesitamos unir a todas las organizaciones en torno a un programa social y ecológico de urgencia contra la crisis cuyas primeras medidas deberían incluir:
· Banca pública bajo control social con la meta de llegar a la nacionalización del conjunto del sistema financiero. El sistema financiero (nuestros ahorros) deberían ser canalizados hacia la inversión productiva y las necesidades que una sociedad se ha marcado como prioritarias. El ahorro no debe ser puesto al servicio de la especulación.
· Restaurar el Impuesto de Patrimonio y dotarlo de tipos impositivos progresivos para que se convierta en un impuesto sobre las grandes fortunas.
· Eliminar las exenciones al Impuesto de Sucesiones y Donaciones.
· Incrementar hasta el 50% los tipos en el IRPF a las rentas más altas.
· Elevar hasta el 50% el gravamen de las SICAV, que son sociedades en las cuales los muy ricos tienen su patrimonio monetario pagando actualmente sólo un 1% de impuestos por él.
· Se pueden introducir impuestos que graven las transacciones especulativas, las rentas del capital dependiendo de la capacidad adquisitiva de cada cual y establecer una regulación empresarial que exija una dotación de reservas mínimas para inversiones sostenibles ecológicamente y de renovación del aparato productivo en esta línea.
· Acabar con el paro, la precariedad y la pobreza mediante la prohibición de los despidos en empresas con beneficios, la implantación de la jornada de 35 horas sin recorte salarial, el establecimiento de un salario mínimo de 1200 euros y el derecho a un ingreso social equivalente para todas las personas en paro. Un sistema recaudatorio como el antes expuesto dotaría al Estado de los recursos necesarios para llevar todo esto adelante: más reparto del empleo, menos subsidios, más ingresos fiscales.
· Retirada del Plan Bolonia que hace de la Educación un negocio pero que además privatiza el conocimiento y la investigación en un momento en el que el cambio de modelo requiere de fuerte inversión pública en la investigación, cuyos resultados deben estar al servicio de toda la población y no de la iniciativa empresarial.
Algunas de estas medidas han sido ya planteadas por los sindicatos CCOO y UGT en la Declaración "Una respuesta social y progresista a la crisis" presentado el pasado día 16 de junio y deberían formar parte de la plataforma reivindicativa que se levante en la próxima Huelga General ya convocada.
Para imponer este programa que ayude a la clase trabajadora a pasar a la ofensiva no basta con la huelga sino que hay que poner en la discusión una confrontación política en la que una nueva fuerza política anticapitalista de los y las trabajadoras pueda nacer al calor de las movilizaciones y de las experiencias solidarias y combativas que emanen de un proceso movilizador que será de largo aliento.
¡¡A la Huelga General contra las políticas neoliberales de ajuste!!
¡¡Por una salida a la crisis favorable a la clase trabajadora!!
¡¡Hacia una Huelga General europea!!
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