Historias de la Resistencia
“tenemos que hacer algo…”
Historias de la Resistencia
Entrevista a Marco Antonio Moreno
en huelga de hambre desde el 28 abril 2010
Zócalo, Ciudad de México.
36 años, casado con dos hijos
8 años de antigüedad en el Departamento de Electrificación Aérea
Edgar Belmont [1]
Marco Antonio tiene como oficio la herrería y gracias a sus clientes de antaño y a la fuerza que le imprime su familia (su esposa, una niña de 8 años y un niño de 10) ha logrado mantenerse en el movimiento de resistencia; sin embargo, antes de ingresar a Luz y Fuerza del Centro, donde se desempeñaba como ayudante especial de electrificación aérea tuvo que emigrar a Estados Unidos en la búsqueda de un mejor horizonte de vida.
A partir de su trayectoria laboral, Marco Antonio está en la posición de subrayar que allá como acá “tienes que echarle ganas”; la diferencia, sin embargo, nos señala, es que la brecha entre ambas economías exige, para “salir adelante”, en nuestro país, un mayor esfuerzo y sacrificio por parte de los trabajadores: “desgraciadamente EU tiene una economía que México no la tiene no, allá llega uno ganando a 70 u 80 pesos la hora, dependiendo del trabajo que haga uno, pero aquí desgraciadamente todos saben que el salario mínimo es de 56 pesos y son 8 horas ordinarias, por 56 pesos, a nadie nos alcanza por eso hay, veces, que tienes la necesidad de salir a otro país, para salir adelante, porque desgraciadamente nuestros salarios aquí son muy raquíticos, igualmente lo vuelvo a repetir para tener algo, pues tenemos que salir ha buscar uno o dos trabajos o, saliendo de trabajar de la jornada de 8 horas, ir a vender cacahuates, palanquetas, dulces para poder salir adelante”.
Además de pensar en el futuro de su familia como una razón poderosa para estar en huelga de hambre, Marco Antonio refleja una oposición a las injusticias que ha vivido en distintos escenarios laborales: la explotación. Así, su experiencia laboral le permite entrar en polémica con la consigna del Gobierno Federal de que lo importante es tener trabajo a cualquier precio, a cualquier costo, "sin exigir demasiado"; consigna que se reproduce en los medios de comunicación al ofertar la iniciativa de reforma laboral impulsada por el actual Secretario del Trabajo (Lic. Javier Lozano).
En este sentido, Antonio se dice presto para recuperar no sólo su trabajo; sino también, sus derechos laborales y colectivos, pues en su relato se refleja el sentir de que la condición obrera persiste en estos tiempos frente al supuesto de que en México todo el mundo tiene las mismas oportunidades; lo cual, desde su perspectiva, es falso: “si nosotros permitimos eso el día de mañana nuestro hijos van a estar peor, ellos nos van a reclamar porque no hicimos algo, […] porque aquí, el gobierno dice que aquí es el país de oportunidades, donde hay de todo, cada día que va pasando y este gobierno nos está reprimiendo”.
En este sentido, al participar en la resistencia, Antonio busca dejar también un ejemplo y despertar conciencias: “tengo que poner el ejemplo; tengo que dejarles el ejemplo a mis hijos, para que el día de mañana no se dejen también reprimir, que ellos también sean unos luchadores sociales porque si no somos nosotros quien lo va hacer y ellos también tienen que tener algo, una base para que no se dejen explotar el día de mañana.”
Para Marco Antonio lo más duro fue confrontar la campaña mediática en contra de los trabajadores de LyFC; primero, porque la idea de que el trabajador electricista es “privilegiado” y “corrupto” se generalizo en exceso: “por uno pagamos todos”. Segundo, porque la campaña mediática lo forzó a confrontarse con vecinos o con trabajadores que enfrentan las mismas condición: “mi salario era de 141 pesos diarios como ayudante, ¿usted cree que es un gran salario?, inclusive cuando la gente, cuando uno iba a pedir apoyo y toda la gente decía, no es que ustedes viven mejor y no todos tenemos derechos; […] incluso nuestros vecinos se burlaban de nosotros porque decían que ganábamos mucho, cuando ya viendo, ya cifras reales; incluso yo tuve que mostrarles a la gente, cuando anduve repartiendo papelería y pidiendo firmas, les tuve que mostrar el cheque para que vieran que no es verdad lo que el gobierno les decía en las televisoras, que ganábamos mucho, que éramos los trabajadores más , como se dice , premiados, unos trabajadores premiados”.
Finalmente, para Antonio, la resistencia significa no sólo un esfuerzo por recuperar el trabajo que se les arrebato; sino también una lucha “contra los medios de comunicación” y una pelea por el empleo digno.
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[1] Dr. en Sociología. http://edgarbelmont.blogspot.com/
Historias de la Resistencia
Entrevista a Marco Antonio Moreno
en huelga de hambre desde el 28 abril 2010
Zócalo, Ciudad de México.
36 años, casado con dos hijos
8 años de antigüedad en el Departamento de Electrificación Aérea
Edgar Belmont [1]
Marco Antonio tiene como oficio la herrería y gracias a sus clientes de antaño y a la fuerza que le imprime su familia (su esposa, una niña de 8 años y un niño de 10) ha logrado mantenerse en el movimiento de resistencia; sin embargo, antes de ingresar a Luz y Fuerza del Centro, donde se desempeñaba como ayudante especial de electrificación aérea tuvo que emigrar a Estados Unidos en la búsqueda de un mejor horizonte de vida.
A partir de su trayectoria laboral, Marco Antonio está en la posición de subrayar que allá como acá “tienes que echarle ganas”; la diferencia, sin embargo, nos señala, es que la brecha entre ambas economías exige, para “salir adelante”, en nuestro país, un mayor esfuerzo y sacrificio por parte de los trabajadores: “desgraciadamente EU tiene una economía que México no la tiene no, allá llega uno ganando a 70 u 80 pesos la hora, dependiendo del trabajo que haga uno, pero aquí desgraciadamente todos saben que el salario mínimo es de 56 pesos y son 8 horas ordinarias, por 56 pesos, a nadie nos alcanza por eso hay, veces, que tienes la necesidad de salir a otro país, para salir adelante, porque desgraciadamente nuestros salarios aquí son muy raquíticos, igualmente lo vuelvo a repetir para tener algo, pues tenemos que salir ha buscar uno o dos trabajos o, saliendo de trabajar de la jornada de 8 horas, ir a vender cacahuates, palanquetas, dulces para poder salir adelante”.
Además de pensar en el futuro de su familia como una razón poderosa para estar en huelga de hambre, Marco Antonio refleja una oposición a las injusticias que ha vivido en distintos escenarios laborales: la explotación. Así, su experiencia laboral le permite entrar en polémica con la consigna del Gobierno Federal de que lo importante es tener trabajo a cualquier precio, a cualquier costo, "sin exigir demasiado"; consigna que se reproduce en los medios de comunicación al ofertar la iniciativa de reforma laboral impulsada por el actual Secretario del Trabajo (Lic. Javier Lozano).
En este sentido, Antonio se dice presto para recuperar no sólo su trabajo; sino también, sus derechos laborales y colectivos, pues en su relato se refleja el sentir de que la condición obrera persiste en estos tiempos frente al supuesto de que en México todo el mundo tiene las mismas oportunidades; lo cual, desde su perspectiva, es falso: “si nosotros permitimos eso el día de mañana nuestro hijos van a estar peor, ellos nos van a reclamar porque no hicimos algo, […] porque aquí, el gobierno dice que aquí es el país de oportunidades, donde hay de todo, cada día que va pasando y este gobierno nos está reprimiendo”.
En este sentido, al participar en la resistencia, Antonio busca dejar también un ejemplo y despertar conciencias: “tengo que poner el ejemplo; tengo que dejarles el ejemplo a mis hijos, para que el día de mañana no se dejen también reprimir, que ellos también sean unos luchadores sociales porque si no somos nosotros quien lo va hacer y ellos también tienen que tener algo, una base para que no se dejen explotar el día de mañana.”
Para Marco Antonio lo más duro fue confrontar la campaña mediática en contra de los trabajadores de LyFC; primero, porque la idea de que el trabajador electricista es “privilegiado” y “corrupto” se generalizo en exceso: “por uno pagamos todos”. Segundo, porque la campaña mediática lo forzó a confrontarse con vecinos o con trabajadores que enfrentan las mismas condición: “mi salario era de 141 pesos diarios como ayudante, ¿usted cree que es un gran salario?, inclusive cuando la gente, cuando uno iba a pedir apoyo y toda la gente decía, no es que ustedes viven mejor y no todos tenemos derechos; […] incluso nuestros vecinos se burlaban de nosotros porque decían que ganábamos mucho, cuando ya viendo, ya cifras reales; incluso yo tuve que mostrarles a la gente, cuando anduve repartiendo papelería y pidiendo firmas, les tuve que mostrar el cheque para que vieran que no es verdad lo que el gobierno les decía en las televisoras, que ganábamos mucho, que éramos los trabajadores más , como se dice , premiados, unos trabajadores premiados”.
Finalmente, para Antonio, la resistencia significa no sólo un esfuerzo por recuperar el trabajo que se les arrebato; sino también una lucha “contra los medios de comunicación” y una pelea por el empleo digno.
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[1] Dr. en Sociología. http://edgarbelmont.blogspot.com/
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