Se disparan ventas de la agroindustria, mientras se hunde al campesino en la pobreza

Roberto González Amador

Periódico La Jornada
Martes 13 de marzo de 2012, p. 27

Una empresa relacionada con la alimentación, Nestlé, es la más rentable del mundo para sus accionistas. Las ventas de las trasnacionales de la agroindustria se dispararon en los últimos años, impulsadas por el alza en el precio de las materias primas agrícolas. Mientras tanto, siete de cada diez personas pobres en el mundo viven en el medio rural, sin beneficiarse del nuevo auge de la producción de alimentos.

"En el medio rural y en la producción agrícola domina un sistema social que genera enorme pobreza", explica Julio Boltvinik, investigador de El Colegio de México. "La pobreza campesina está determinada por la estacionalidad agrícola, que se manifiesta en requerimientos de trabajo desiguales en el año y concentrados en la siembra y cosecha".

Añade: "En la agricultura, los campesinos y jornaleros sólo son retribuidos por las empresas por los días trabajados y el resto del tiempo se deben rascar con sus propias uñas". Ese es, dice, el sistema social que ha provocado que en el medio rural del mundo alrededor de mil millones de personas sean pobres. Esta es un cifra que equivale a 70 por ciento del total de personas que viven en pobreza en los medios urbano y rural.

Boltvinik, uno de los principales estudiosos de la pobreza tanto en México como en el mundo, es promotor de un seminario que se realizará esta semana en El Colegio de México para discutir sobre la Pobreza y permanencia del campesinado, que es coorganizado por el Programa Comparativo en Pobreza de la Universidad de Bergen, Noruega, la Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco, y la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo. El encuentro será transmitido en vivo a través de www.colmex.mx

"Los temas se enlazan: pobreza, persistencia campesina, crisis alimentaria, financiera, el colapso ambiental. Todo está unido", expone. Hoy la crisis económica es más grave para los consumidores urbanos porque disminuye su ingreso y aumenta el precio de los alimentos por razones como la especulación financiera con alimentos”, apunta Boltvinik.

El capital financiero especulativo, que estaba invertido en el mercado inmobiliario, empezó a buscar otras opciones después del colapso de 2008. Una de ellas fue invertir en materias primas en general y, en particular, en las alimentarias. Eso encareció los alimentos, detalla. A la par, algunos productos agropecuarios, como maíz, comenzaron a ser usados para elaborar combustible, para tratar de encontrar una fuente de energía más económica ante el alza del precio del petróleo. En paralelo, creció la demanda de carne –por mayor consumo en naciones como China e India– y por tanto la necesidad de emplear mayor cantidad de grano como alimento para ganado.

"El ser humano compite con animales y automóviles por los alimentos disponibles. Hay una razón más que explica el aumento en los precios de alimentos y es el deterioro de los rendimientos agrícolas. En esta agricultura industrial, donde fertilizantes, herbicidas y plaguicidas son artificiales, la tierra se ha vuelto sólo un sustento, pero el alimento de la tierra ya no es del subsuelo. Las tierras se vuelven estériles y se está llegando a un límite severo que está destruyendo el planeta. La biotecnología, las semillas transgénicas no han logrado aumentar los rendimientos".

"La pobreza campesina es como una tragedia en la que se cruzan todas las crisis que se viven en el mundo: económica, financiera, ambiental, climática", expone Luis Arizmendi, profesor de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México, uno de los expertos que participarán en el seminario.

Expone que en el último año las ventas de las empresas agroindustriales crecieron a niveles récord y una de ellas, Nestlé, fue considerada por la revista Fortune la más rentable entre las 500 grandes empresas –de todos los sectores– del mundo.


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