Exigen empresarios abrir Pemex a inversión… pero sin privatizar

La Torre de Pemex. Foto: Eduardo Miranda
La Torre de Pemex.
Foto: Eduardo Miranda
MÉXICO, D.F. (apro).- La cúpula empresarial aseguró estar en contra de la privatización de Petróleos Mexicanos (Pemex) y se pronunció por abrir la inversión privada en la paraestatal para complementar las capacidades del gobierno.
En su mensaje semanal, el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) destacó que “estamos en contra de la privatización de Pemex y de los hidrocarburos, que son y deben seguir siendo propiedad de la nación. Lo que proponemos es abrir las puertas a la inversión para complementar las capacidades del gobierno, a fin de poner a trabajar a fondo estos recursos en beneficio de todos los mexicanos y de afianzar una auténtica soberanía energética de largo plazo, que garantice un abasto suficiente y competitivo”.
De hecho, el organismo presidido por Gerardo Gutiérrez Candiani advirtió que la rectoría del sector debe permanecer en manos del Estado y la renta por la propiedad de los hidrocarburos en las de la nación.
Sin embargo, aclaró, es necesario maximizar su valor, y esto es inviable mientras Pemex continúe con un modelo basado en la exclusividad para realizar inversiones.
“Queremos empresas públicas modernas y eficientes: un Pemex con autonomía y mayor capacidad de gestión, lo cual no puede darse si no se le permite realizar asociaciones estratégicas viables, con una fórmula ganar-ganar, a contracorriente de prácticamente todas las grandes empresas petroleras del mundo, públicas o privadas”.
Luego recordó que las restricciones jurídicas, financieras y tecnológicas de Petróleos Mexicanos reproducen el estancamiento y apuntan al declive. “Esta situación no debe continuar, ya que es demasiado onerosa para el país”, alertó.
El CCE sentenció que mientras que grandes empresas de energía del mundo transfieren o comparten riesgos con otras como socios, multiplican su capacidad de ejecución, invierten, atraen y absorben conocimiento, Pemex absorbe todo el riesgo, restringe la operación a un operador, subinvierte en tecnología y limita el potencial de aumentar la renta petrolera.
De hecho, señaló que países como Noruega, Brasil o Colombia han logrado un importante auge energético, conservando la esencia pública de su industria.
“Desde 2005, la producción de crudo de la brasileña Petrobras se ha incrementado en promedio en 562 mil barriles diarios a 2012, mientras que la de Pemex, en el mismo periodo, ha disminuido en 780 mil barriles diarios, con lo cual se han dejado de percibir ingresos por 770 mil millones de pesos”, enfatizó.
En el caso de Pemex, si se hiciera una reforma similar a la que hizo Brasil a finales de los años noventa, se estima que la producción de crudo al 2015 podría aumentar a más de 3.4 millones de barriles diarios, cerca de 730 mil barriles más a los previstos en el Plan de Negocios 2013-2017. Con ello, aseguró la cúpula empresarial, podrían generarse ingresos extra por casi 280 mil millones de pesos anuales.
Con estos recursos, por ejemplo, se incrementaría dos veces el presupuesto para urbanización, vivienda y desarrollo regional, casi cinco veces el de comunicaciones y transportes, y casi 16 el de educación o el de salud y seguridad social.
Gutiérrez Candiani planteó realizar cambios en la Constitución, en particular a los artículos 27 y 28, tendientes a la liberación de restricciones en el otorgamiento de concesiones y contratos para la explotación de hidrocarburos, aunque manteniendo en manos de la Nación el dominio directo de los mismos.
“La reforma igualmente debe incluir una reforma legal en materia de electricidad y delinear un nuevo modelo en materia de petrolíferos, abriendo la competencia en procesos de refinación, petroquímica y transporte de hidrocarburos”, precisó.
No sólo eso, la cúpula empresarial advirtió que de no prepararnos con inversión y tecnología, el país enfrentaría dificultades crecientes en el suministro, y pérdida de competitividad de todo el sector productivo.
Además, el líder empresarial advirtió sobre los potenciales efectos en las finanzas públicas por una reducción en los precios y las exportaciones de petróleo, así como ante la revolución energética que se vive en Norteamérica, principalmente en Estados Unidos, que en menos de diez años podría pasar de importador a exportador neto de hidrocarburos.
“México, en cambio, teniendo las sextas reservas más grandes del mundo de gas de lutitas, hoy se ve en la necesidad de importar gas natural licuado a un precio sustancialmente más elevado”, acotó.
“Estamos a tiempo de dar un gran impulso al desarrollo nacional, y con cerca de 750 mil kilómetros cuadrados de superficie en el Golfo con sedimentos de petróleo y gas, podemos ser uno de los líderes de la transformación energética global que está tomando forma en estos momentos. La condición es que haya voluntad para el diálogo y el acuerdo, con visión de Estado de largo plazo”, concluyó la cúpula empresarial.


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