Documentos de Wikileaks evidencian que EEUU financia a la oposición en Venezuela

Las estrategias del gobierno de Estados Unidos y el financiamiento de sus agencias a la oposición política venezolana para derrocar la Revolución Bolivariana siempre han tenido un mismo fin: proteger los intereses o “negocios” de Washington.

Ese objetivo ha quedado en evidencia en documentos que la Embajada de EEUU en Caracas ha enviado a la Secretaría de Estado y la Casa Blanca, revelados por el portal Wikileaks.
Durante los 15 años de Revolución la embajada y agencias estadounidenses han trabajado en la captación de activistas, desarrollo de “programas sociales” y entrega de fondos a partidos de derecha para impulsar acciones contra el Gobierno.
El propósito de derrocar a Hugo Chávez para acabar con la Revolución Bolivariana, toma ahora la forma de buscar, por cualquier medio, la salida del presidente venezolano, Nicolás Maduro, quien desde que asumió el poder en abril de 2013 ha enfrentado acciones como acaparamiento de alimentos, especulación de precios, inflación inducida y más recientemente actos violentos de grupos fascistas que aspiran a derrocar su gobierno.

Estrategia contra Venezuela

Entre los documentos revelados por Wikileaks se encuentra un informe emitido por el consejero político de la embajada de EEUU en Caracas, Robert Downes, denominado “Cinco puntos estratégicos del equipo en el país para el apoyo programático de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid, por sus siglas en inglés)”.
En ese informe se resumen los puntos estratégicos que delineados para el período 2004-2006, es decir, desde que la Revolución Bolivariana ganó el Referendo Revocatorio hasta las siguientes elecciones presidenciales.
Esos cinco puntos fueron: Fortalecimiento de las instituciones democráticas, penetrar la base política de Chávez, dividir al chavismo, proteger los negocios vitales de EEUU, y aislar a Chávez internacionalmente.
Estas acciones se hicieron, principalmente, mediante la Oficina de Iniciativas de Transición (OTI) de la Usaid.
Entre 2004 y 2006, la OTI entregó 15 millones de dólares a 300 “organizaciones civiles”, bajo la pantalla de derechos humanos y programas de educación.
Para “penetrar la base y dividir al chavismo”, la embajada de EEUU trabajó para infiltrar organizaciones populares. “La OTI ha llegado directamente a aproximadamente 238.000 adultos a través de más de 3000 foros, talleres y sesiones de capacitación (…) proporcionando oportunidades para que activistas de la oposición interactúen con chavistas, con el efecto deseado de alejarlos despacio del chavismo”, señala el texto.
Asimismo, la OTI fundó a 34 Organizaciones No Gubernamentales (ONG) para penetrar en los municipios y creó programas para inmiscuirse en grupos locales y generar descontento en cuanto a asuntos puntuales como servicios básicos, entre otros.
Para “aislar a Chávez” del plano internacional, la OTI hizo usó su influencia en ONG de otros países de la región y EEUU. Además, financió el envío de opositores venezolanos a otras latitudes para desarrollar la campaña contra la Revolución Bolivariana.
“Civicus, una alianza mundial de ONG, ha puesto el tema de Venezuela en su breve lista Civil Society Watch de países que preocupan”, reza el documento.

Captar militantes en universidades

Un segundo cable, de febrero de 2008, también clasificado por Downes, revela una reunión sostenida por integrantes de agrupaciones universitarias de derecha con un representante de la Usaid.
El encuentro, en el que participaron principalmente miembros de la Asociación de Estudiantes de Derecho de Venezuela (Fedeve), se llevó a cabo el 9 de febrero de 2008 en casa de Carlos Tinoco, en el estado Mérida.
Entre los asistentes mencionan a Lawrence Castro, de la Universidad de los Andes en Mérida y presidente para ese entonces de Fedeve; también, Lestor Toledo, de la Universidad de Zulia y ex presidente de Fedeve; Dorian González, de la Universidad de Los Andes en Mérida y entonces presidente de la asociación de estudiantes; y Ziamar Castillo, para ese momento presidente de la Unión de Estudiantes de Derecho en la Escuela Universidad Católica Andrés Bello del estado Bolívar.
Los encargado de coordinar al grupo fueron Tinoco y el politólogo Carlos Ponce.
En esa reunión con el representante estadounidense, se habló sobre las elecciones universitarias de febrero de 2008, consideradas importantes para la legación diplomática de EEUU, y se aprobaron fondos por parte de Usaid y la embajada para el desarrollo de una Convención Nacional que denominaron “Los estudiantes y los profesionales del derecho”, y que se llevaría a cabo en Maracaibo.
El grupo de “estudiantes” solicitó fondos para recibir asesoría de parte de otros movimientos, en particular de Europa del Este, y también para llevar a cabo seminarios sobre “promoción de la democracia” e iniciar un programa de radio.

Acciones ante referendo de 2009

Otro cable revelado por Wikileaks es un informe denominado “Referendo sobre los límites del mandato presidencial: lo que está en juego”, de fecha de enero de 2009.
El texto, clasificado por el consejero político de la embajada de EEUU en Caracas Daniel Lawton, se refiere a las acciones que debía tomar EEUU al acercarse el referendo de febrero de 2009, sobre la propuesta de enmienda constitucional para permitir la reelección de cargos públicos de manera indefinida.
Se consideró como un “momento decisivo” para Venezuela, entre otras razones, por que si la revolución ganaba los diplomáticos estadounidenses anticipaban la reelección de Chávez en 2012, y eso era motivo de preocupación.
En caso de una derrota de la revolución, se calculaba que habría una erosión dentro del chavismo: que “dirigentes ambiciosos” desafiarían al Presidente, aunque sólo se nombra a Henri Falcón, quien curiosamente pasó a la oposición política en febrero de 2010 (un año después). Además, se estudiaba potenciar las figuras de Henrique Capriles y Carlos Ocariz dentro de la oposición: habían ganado la gobernación de Miranda y la alcaldía de Sucre, respectivamente, unos meses antes.
Se hablaba también de utilizar los recursos de la Usaid para apoyar a “grupos de la sociedad civil, incluidos grupos de estudiantes”.

Más dinero

Otro informe que salió a la luz se denomina “Solicitud de fondos para ayudar a fortalecer los gobiernos locales y los grupos de la sociedad civil”, clasificado por el entonces encargado de negocios de la embajada de EEUU en Caracas, John Caulfield.
Este archivo, con fecha marzo de 2009, señala que luego de los comicios regionales y municipales de 2008, se dibujó en Venezuela un nuevo mapa político “el cual ofrece oportunidades para incrementar el alcance del gobierno de EEUU en el nivel local”.
La embajada de EEUU consideraba entonces que los 7 millones de dólares asignados por Washignton para financiar a la oposición venezolana en 2009 eran insuficientes.
Por ende, se solicitaron 3 millones adicionales para llegar a un total de 10 millones de dólares sólo en 2009.
De ese total, 5 millones serían usados para “llevar democracia”, mediante el apoyo a gobiernos locales. El trabajo se haría en municipios seleccionados.
Otros 4 millones serían destinados al “apoyo a la sociedad civil”. Con esto se financiaría a ONG y a partidos políticos para impulsar “el movimiento estudiantil”.
El otro millón era para “apoyo a las elecciones”, como los comicios legislativos de finales de 2010.

La petición de Podemos

Otro informe dado a conocer por Wikileaks, de fecha de septiembre de 2009, revela una reunión sostenida de los representantes de Washington en Caracas los diputados a la Asamblea Nacional Ricardo Gutiérrez, Juan José Molina e Ismael García, del partido Podemos.
En ese encuentro, previo a los comicios legislativos de 2010, García pidió la intervención de EEUU en Venezuela.
Según el texto, clasificado por el consejero político de la legación diplomática Robin Meyer, el representante estadounidense señaló en ese momento que “los EEUU no están para intervenir en Venezuela”, a lo que García respondió: ”Ahora es el tiempo de comenzar”.
Podemos además pidió fondos para crear una televisora por internet o cable.

Edgar Romero / AVN

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