Pues del Mundial
Escrito por Guillermo Amerena Betancourt, el 15-06-2010
Estuve pensando el fin de semana sobre los múltiples temas a abordar, pero por más que le daba vueltas, como bien lo decía mi vecino columnista Rodolfo Becerril en su reconocido y atinado espacio, soy víctima del impasse mundialista. Razones me hicieron pensar:
¿Qué tanto podemos aportar en los terrenos que domina mi amigo Arturo Brizio? Yo creo que nada, pero la verdad, ya adentrados en pleno ambiente pambolero, es imposible abstraerme del tema y pues, siendo así, ahí les va.
Invasión pasional que toma dimensiones estratosféricas, sin duda, así es el fenómeno del futbol; no se puede explicar qué nos motiva a este limbo, pero cuando menos nos damos cuenta, ya estamos haciéndole de Director Técnico, juzgando a jugadores y vaticinando campeones. Es una condición rara, a muchos desespera, pero a más nos agrada.
¿A poco no? En este mes de justa mundialista, durante las conversaciones de trabajo, las pláticas con amigos, en las redes sociales, en los mensajes de texto, siempre reluce algún comentario al respecto, ¡bueno! Hasta en las manifestaciones del SME van monitoreando el Mundial.
Para valorar la magnitud, el día que se inauguró el Mundial y debutaba la Selección Mexicana, tuvimos el día de más ejecuciones violentas en el país. Es tan poderoso el escenario mundialista, que esas lamentables y trágicas noticias caen a segundo plano; la gente habló más de las fallas del Guille Franco y del “poste salvador”, que de la matanza en Chihuahua; ya no hablemos de la agenda legislativa o de las propuestas de campaña de las 12 gobernaturas que están en juego, eso no es tema; en este mes, para ser más claro, no hay candidato que agende un evento en horario de partido, no hay campaña proselitista sin una televisión antes o después del acto del candidato.
La muletilla común y funcional para abrir conversación con algún desconocido o para atemperar ánimos en una junta difícil, ¿adivinen cuál es? ¡Pues el Mundial! Y ya que estamos entrando a temas fut-faranduleros, me decían que existe una división entre los llamados seleccionados “europeos” y los seleccionados que juegan en la liga mexicana; es decir que aquella frase discursiva de “recomponer el tejido social”, ahora también se aplica al Tri. A lo que hemos llegado, ¿no?
Fuera de parecer burlesco, lo que sí se percibe es que el ambiente entre ellos no es de mucha camaradería, como en otras ediciones del tricolor; a lo mejor, a muchos les pesa el prejuicio o la ínfula, y puede ser la causa de su alejamiento; o simplemente, que la relación sea fría.
Volviendo a temas menos serios, ya aportamos un dato para las alforjas cognitivas de los comentaristas, tenemos al Conejo Pérez como el portero titular: más viejito, más chaparro (miren quién habla), pero es el único que no tiene equipo oficial; parecería frase del filósofo de Güémez, pero ni al tamaulipeco se le hubiera ocurrido. Lo que sí podría ser el lema del portero tricolor, es lo que el filósofo nos receta, y cito: “antes era indeciso... ¡ahora no sé!”
Hablando con franqueza, me gustaría ver mundiales más seguido; es una idea descabellada y estoy claro en eso, pero lo que verdaderamente me detiene a darle más cuerpo a este pensamiento es el simple hecho de tener que aguantar las narraciones del “Perro” Bermúdez (el que todo lo dice con “E”), por cierto, me comentan que él, junto con Christian Martinoli, son los más aceptados entre la audiencia; que el simple hecho de ponerlos a narrar, les sube a sus respectivas televisoras el tan peleado rating. Así de grueso.
Pero bueno, ya para finalizar, creo que nuestros grandes problemas no se van a arreglar en un mes; eso sí, si aflojamos trote se acrecientan. Disfrutemos entonces de los partidos, seamos por un mes la mejor afición, los mejores árbitros y directores técnicos de altura; al fin de cuentas, sólo cada cuatro años habemus FIFA. Twitter: @GAmerena
Fuente
Estuve pensando el fin de semana sobre los múltiples temas a abordar, pero por más que le daba vueltas, como bien lo decía mi vecino columnista Rodolfo Becerril en su reconocido y atinado espacio, soy víctima del impasse mundialista. Razones me hicieron pensar:
¿Qué tanto podemos aportar en los terrenos que domina mi amigo Arturo Brizio? Yo creo que nada, pero la verdad, ya adentrados en pleno ambiente pambolero, es imposible abstraerme del tema y pues, siendo así, ahí les va.
Invasión pasional que toma dimensiones estratosféricas, sin duda, así es el fenómeno del futbol; no se puede explicar qué nos motiva a este limbo, pero cuando menos nos damos cuenta, ya estamos haciéndole de Director Técnico, juzgando a jugadores y vaticinando campeones. Es una condición rara, a muchos desespera, pero a más nos agrada.
¿A poco no? En este mes de justa mundialista, durante las conversaciones de trabajo, las pláticas con amigos, en las redes sociales, en los mensajes de texto, siempre reluce algún comentario al respecto, ¡bueno! Hasta en las manifestaciones del SME van monitoreando el Mundial.
Para valorar la magnitud, el día que se inauguró el Mundial y debutaba la Selección Mexicana, tuvimos el día de más ejecuciones violentas en el país. Es tan poderoso el escenario mundialista, que esas lamentables y trágicas noticias caen a segundo plano; la gente habló más de las fallas del Guille Franco y del “poste salvador”, que de la matanza en Chihuahua; ya no hablemos de la agenda legislativa o de las propuestas de campaña de las 12 gobernaturas que están en juego, eso no es tema; en este mes, para ser más claro, no hay candidato que agende un evento en horario de partido, no hay campaña proselitista sin una televisión antes o después del acto del candidato.
La muletilla común y funcional para abrir conversación con algún desconocido o para atemperar ánimos en una junta difícil, ¿adivinen cuál es? ¡Pues el Mundial! Y ya que estamos entrando a temas fut-faranduleros, me decían que existe una división entre los llamados seleccionados “europeos” y los seleccionados que juegan en la liga mexicana; es decir que aquella frase discursiva de “recomponer el tejido social”, ahora también se aplica al Tri. A lo que hemos llegado, ¿no?
Fuera de parecer burlesco, lo que sí se percibe es que el ambiente entre ellos no es de mucha camaradería, como en otras ediciones del tricolor; a lo mejor, a muchos les pesa el prejuicio o la ínfula, y puede ser la causa de su alejamiento; o simplemente, que la relación sea fría.
Volviendo a temas menos serios, ya aportamos un dato para las alforjas cognitivas de los comentaristas, tenemos al Conejo Pérez como el portero titular: más viejito, más chaparro (miren quién habla), pero es el único que no tiene equipo oficial; parecería frase del filósofo de Güémez, pero ni al tamaulipeco se le hubiera ocurrido. Lo que sí podría ser el lema del portero tricolor, es lo que el filósofo nos receta, y cito: “antes era indeciso... ¡ahora no sé!”
Hablando con franqueza, me gustaría ver mundiales más seguido; es una idea descabellada y estoy claro en eso, pero lo que verdaderamente me detiene a darle más cuerpo a este pensamiento es el simple hecho de tener que aguantar las narraciones del “Perro” Bermúdez (el que todo lo dice con “E”), por cierto, me comentan que él, junto con Christian Martinoli, son los más aceptados entre la audiencia; que el simple hecho de ponerlos a narrar, les sube a sus respectivas televisoras el tan peleado rating. Así de grueso.
Pero bueno, ya para finalizar, creo que nuestros grandes problemas no se van a arreglar en un mes; eso sí, si aflojamos trote se acrecientan. Disfrutemos entonces de los partidos, seamos por un mes la mejor afición, los mejores árbitros y directores técnicos de altura; al fin de cuentas, sólo cada cuatro años habemus FIFA. Twitter: @GAmerena
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Comentarios
!!!!EL PUEBLO SE CANSA DE TANTA PINCHE TRANZA¡¡¡¡
EL VITOR EN RESISTENCIA. PI, PI, PI, PÍIII