¿De verdad todo está mal?
Edición 179 digital mensual / Julio 2020
Santiago Barcón
Hablar con cualquier miembro de sector empresarial recuerda escenas del Apocalipsis de San Juan. Con los funcionarios públicos una utopía digna de Santo Tomás Moro. ¿Quién tiene la razón?
Mi padre me dijo que nunca había que discutir con un necio. No porque fuese perder el tiempo, sino por la simple razón de que cualquier externo que fuese testigo del intercambio no sabría reconocer quién es el verdadero estulto.
Creo que es lo que nos está sucediendo en México. Para la administración actual en el sexenio pasado, me refiero sólo al sector eléctrico, no existía un mejor lugar que las tierras aztecas donde entregamos la soberanía. Reforma Energética cambiando décadas de filosofía. Contratos de Auto Abasto llevando al extremo a la Ley. Subastas de energía renovable realizadas mediante pagos con garantía soberana, vía CFE, y con financiamiento de la banca de desarrollo. Ningún requisito de contenido nacional para que todo pueda ser “copy paste” y disminuir aún más el costo del proyecto al tener ya la ingeniería realizada en otros países. Aunemos Certificados de Energía Limpia para incentivar aún más sin olvidar el porteo estampilla.
Una CRE que palomeaba sin pensar en CFE. Dividir a la empresa en 15 partes sin un plan para realmente fortalecerla. Sin presupuesto para crecer, ya no digamos en generación, sino en todos los rubros. En pocas palabras: extinguir a CFE.
La letanía, por supuesto, puede extenderse varios párrafos pero menciono los más comunes y que son los que más duelen a los que detentan el poder actualmente.
Por su lado la iniciativa privada ve un estado sin derecho donde la palabra presidencial es edicto divino y a México a un tris de convertirse en una combinación de Venezuela con Corea del Norte. Madrugan para escuchar las conferencias matutinas -acto de masoquismo- y elucubrar los escenarios verdaderamente dantescos. Baste tan sólo hacer un rápido análisis a cualquier grupo de conversación de WhatsApp el sector económicamente más beneficiado para encontrar una radiografía clara del pensamiento de la IP.
Valdría la pena recordar a Aristóteles para aplicar su filosofía del justo medio. Esta es la virtud moral entre dos extremos, por ejemplo la valentía está entre la cobardía y la temeridad. Aún más interesante es el que es un hábito que debe de adquirirse voluntariamente a partir de una previa potencialidad y que debe de desarrollarse mediante el aprendizaje -lo que implica que puede ser enseñado- en el caso de las virtudes intelectuales. También, muy relevante, supone la prudencia como guía de acción.
De inmediato nos percatamos que estamos muy alejados de que alguna de las partes tenga la intención de cambiar su posición, lo cual resulta lamentable y, peor aún, se lleva al nivel personal calificando a la contraparte de mentiroso y, para que no exista duda, mentiroso descarado. Esto crea el caldo de cultivo perfecto para los abogados: ya se hicieron ricos en la apertura ahora… litigando para mantenerla. Hace muchos años aprendí a que un buen abogado es aquel que recomienda explorar todas las alternativas antes de treparse al cuadrilátero.
Ahora lo importante es explorar las alternativas antes de que queden menos aún, que ya de por sí son pocas. Creo que lo primero es tratar de entender el punto de vista del contrario y para eso, antes del diálogo, está el leer y comprender. Por supuesto con mente abierta y sin paranoias.
El punto es quién debe de hacerlo. Idealmente los dos pero suena, aprovechando el título del artículo, utópico. Quizá porque estoy en la IP pero creo que nos corresponde por varias razones. Iniciemos porque no estamos por un solo sexenio por lo que, tan sólo por tiempo, nosotros tenemos más que perder. Un político, y dicho sea de paso con nuestro silencio, se cambia de un puesto a otro sin que digamos: imposible que funcione. Dado que permaneceros bastante por aquí la pelota está en nuestra cancha.
En segundo sitio no tenemos intenciones de pasar a la historia ni sed desmedida de poder. Continuemos porque tenemos, en general, una visión más amplia del mundo y ya estamos inmunizados contra soluciones de plumazo. Finalizo porque, tarde o temprano, se verá quién tenía la razón.
¿Fácil? Ni cercanamente pero creo que la alternativa es peor. Jugarse todo con juicios es muy riesgoso además de poco creativo. Por supuesto no sugiero que no se defiendan por los medios disponibles los intereses. Pero de ahí a como hizo el CCE ante el Acuerdo del 29 de abril donde comunicó públicamente que se usarían todos los medios legales hay un enorme trecho.
Vienen años interesantes. Creo que quienes mantengan la cabeza fría ganarán aún más. A pesar de todo, sigo optimista, de mucho peores hemos salido… pero se nos olvida.
Fuente
Santiago Barcón
Hablar con cualquier miembro de sector empresarial recuerda escenas del Apocalipsis de San Juan. Con los funcionarios públicos una utopía digna de Santo Tomás Moro. ¿Quién tiene la razón?
Mi padre me dijo que nunca había que discutir con un necio. No porque fuese perder el tiempo, sino por la simple razón de que cualquier externo que fuese testigo del intercambio no sabría reconocer quién es el verdadero estulto.
Creo que es lo que nos está sucediendo en México. Para la administración actual en el sexenio pasado, me refiero sólo al sector eléctrico, no existía un mejor lugar que las tierras aztecas donde entregamos la soberanía. Reforma Energética cambiando décadas de filosofía. Contratos de Auto Abasto llevando al extremo a la Ley. Subastas de energía renovable realizadas mediante pagos con garantía soberana, vía CFE, y con financiamiento de la banca de desarrollo. Ningún requisito de contenido nacional para que todo pueda ser “copy paste” y disminuir aún más el costo del proyecto al tener ya la ingeniería realizada en otros países. Aunemos Certificados de Energía Limpia para incentivar aún más sin olvidar el porteo estampilla.
Una CRE que palomeaba sin pensar en CFE. Dividir a la empresa en 15 partes sin un plan para realmente fortalecerla. Sin presupuesto para crecer, ya no digamos en generación, sino en todos los rubros. En pocas palabras: extinguir a CFE.
La letanía, por supuesto, puede extenderse varios párrafos pero menciono los más comunes y que son los que más duelen a los que detentan el poder actualmente.
Por su lado la iniciativa privada ve un estado sin derecho donde la palabra presidencial es edicto divino y a México a un tris de convertirse en una combinación de Venezuela con Corea del Norte. Madrugan para escuchar las conferencias matutinas -acto de masoquismo- y elucubrar los escenarios verdaderamente dantescos. Baste tan sólo hacer un rápido análisis a cualquier grupo de conversación de WhatsApp el sector económicamente más beneficiado para encontrar una radiografía clara del pensamiento de la IP.
Valdría la pena recordar a Aristóteles para aplicar su filosofía del justo medio. Esta es la virtud moral entre dos extremos, por ejemplo la valentía está entre la cobardía y la temeridad. Aún más interesante es el que es un hábito que debe de adquirirse voluntariamente a partir de una previa potencialidad y que debe de desarrollarse mediante el aprendizaje -lo que implica que puede ser enseñado- en el caso de las virtudes intelectuales. También, muy relevante, supone la prudencia como guía de acción.
De inmediato nos percatamos que estamos muy alejados de que alguna de las partes tenga la intención de cambiar su posición, lo cual resulta lamentable y, peor aún, se lleva al nivel personal calificando a la contraparte de mentiroso y, para que no exista duda, mentiroso descarado. Esto crea el caldo de cultivo perfecto para los abogados: ya se hicieron ricos en la apertura ahora… litigando para mantenerla. Hace muchos años aprendí a que un buen abogado es aquel que recomienda explorar todas las alternativas antes de treparse al cuadrilátero.
Ahora lo importante es explorar las alternativas antes de que queden menos aún, que ya de por sí son pocas. Creo que lo primero es tratar de entender el punto de vista del contrario y para eso, antes del diálogo, está el leer y comprender. Por supuesto con mente abierta y sin paranoias.
El punto es quién debe de hacerlo. Idealmente los dos pero suena, aprovechando el título del artículo, utópico. Quizá porque estoy en la IP pero creo que nos corresponde por varias razones. Iniciemos porque no estamos por un solo sexenio por lo que, tan sólo por tiempo, nosotros tenemos más que perder. Un político, y dicho sea de paso con nuestro silencio, se cambia de un puesto a otro sin que digamos: imposible que funcione. Dado que permaneceros bastante por aquí la pelota está en nuestra cancha.
En segundo sitio no tenemos intenciones de pasar a la historia ni sed desmedida de poder. Continuemos porque tenemos, en general, una visión más amplia del mundo y ya estamos inmunizados contra soluciones de plumazo. Finalizo porque, tarde o temprano, se verá quién tenía la razón.
¿Fácil? Ni cercanamente pero creo que la alternativa es peor. Jugarse todo con juicios es muy riesgoso además de poco creativo. Por supuesto no sugiero que no se defiendan por los medios disponibles los intereses. Pero de ahí a como hizo el CCE ante el Acuerdo del 29 de abril donde comunicó públicamente que se usarían todos los medios legales hay un enorme trecho.
Vienen años interesantes. Creo que quienes mantengan la cabeza fría ganarán aún más. A pesar de todo, sigo optimista, de mucho peores hemos salido… pero se nos olvida.
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