Fideicomiso de CFE, su estrategia de negocio

La CFE pretende absorber centrales de generación eléctrica de sus competidores
Ramsés Pech
Analista y asesor de Economía e industria energética
Socio fundador en Grupo Caraiva y León & Pech architect
La Comisión Federal de Electricidad (CFE) lleva a cabo una estrategia de negocio dentro del mercado eléctrico; con ella, pretende eliminar las condicionantes actuales que la obligan a dividir utilidades en contratos que no migraron bajo la nueva ley eléctrica.
Han visto la oportunidad de obtener un flujo de efectivo adicional, en función de la cancelación de proyectos de inversión de nuevas plantas, ante la contracción del ingreso en México.
El objetivo, ampliar el parque de generación a través de la construcción de cinco nuevas centrales estratégicas y de la adquisición de otras centrales.
Actualmente, en contratos del tipo de Legado, según datos de la CRE al mes de junio, estas son las centrales eléctricas con diferentes tecnologías:
*CFE tiene 82 que generan entre 170 a 180 MW por hora cada una, con un costo de alrededor de 1,435 pesos por MWh.
*Los PIE (productores independientes de energía) tienen 34 plantas y generan entre 370 a 380 MW por hora, con cotos aproximados de 970 por MWh.

CFE pretende tener el 54% de la generación de electricidad en el país para el 2024. Actualmente dentro de los contratos legados tienen el 17% de lo que se genera. Para lograr esto tendría que incrementar la capacidad de generación de 14 mil MWh a 18 mil MWh, de acuerdo con datos de la demanda en promedio del mes de junio en contratos legados.
Ampliar el parque provendría de:
*Cinco nuevas plantas que podrían generar entre 2 a 3 mil MWh con tecnología de ciclo combinado, en donde podría fluctuar la inversión entre los 3 mil a los 3 mil 500 millones de dólares (de 65 a 80 mil millones de pesos), por medio de la FibreE; las plantas tendrían que construirse velozmente con los estudios del CENACE y de la CRE.
*Entre las plantas de ciclo combinado de los PIE que podrían ser adquiridas, hay un total de 28 y generan en promedio de 440 MWh, representando el 46% del de todas las centrales eléctricas disponibles. Los 1000 a 2000 faltantes podrían comprarse por medio del fideicomiso, actualmente hay 8 plantas de ciclo combinado que pueden ser adquiridas que en suma, tienen alrededor de 3 mil MW de capacidad instalada, con una edad de entre 18 a 20 años desde que iniciaron operaciones. Anexo D – sobre la metodología, criterios para contratos legados de agosto del 2017.
Estas plantas podrían ser compradas al valor remanente de acuerdo con el avalúo que realizado por un tercero, en función de que las inversiones iniciales estén cubiertas en un periodo planeado en la corrida financiera. Lo mismo puede hacerse cuando se venzan las otras que están actualmente dentro de la lista en la tabla siguiente.

Esto que pretende realizar la CFE sobre la adquisición de plantas de sus competidores es legal y está dentro del marco de la Reforma Energética, solo tendría que realizar el cambio ante la CRE y el CENACE a la empresa productiva del estado en la división de generación.
No es una expropiación, solo se cumpliría si el avalúo proveniente de un órgano del gobierno que dictamine el costo de cada planta.
LA CFE está aprovechando la Reforma Energética y ha realizado una buena estrategia de negocios al solicitar a la CRE, y a las instancias correspondientes que regulan el mercado eléctrico, mejorar las condiciones del mercado, pudiendo modificarlas; ahora, el segundo paso es adquirir activos que ya estén con un valor de avalúó cercano al de la recuperación de la inversión.
Esto es un precedente bueno, las empresas privadas actuales y las nuevas podrán utilizar lo que la empresa productiva ha realizado en los últimos dos años, solicitando a los órganos reguladores y a las comisiones de competencia y/o normativa, la emisión de alguna recomendación a la SENER que dicta la política energética y que a su vez instruye al CENACE, desde un punto de vista técnico y legal.
Dependerá de la SENER su actuación dentro del libre mercado mexicano, comprometido en el TMEC y a otros acuerdos internacionales para proteger las inversiones. Es un buen paso para demostrar la madurez de hacer negocios en México.
Hoy está empezando un mercado abierto entre empresas que pueden absorber a otras, pero siempre dentro de la observancia y la regulación de las instancias correspondientes, dejando precedentes para el desarrollo y maduración del mercado.

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