México y su incumplimiento de los NDC
Pablo Ernesto Ramírez Granados
Greenpeace México
Los Acuerdos de París son, actualmente, la mejor oportunidad que tenemos (si no la única) de mantener el aumento de la temperatura en 1.5°C. Una parte fundamental de los Acuerdos de París son los NDC (compromisos nacionalmente determinados, por sus siglas en inglés) que son los mecanismos que define cada país para reducir emisiones. México estableció sus primeros NDC en el 2015 donde compromete una reducción de emisiones de Gases Efecto Invernadero (GEI) del 22% para el 2030 y una reducción de carbono negro de 51% para ese mismo año.
Según la evaluación que el INECC ha hecho sobre la política nacional de cambio climático, las acciones que se han implementado no han sido suficientes, hay aún muchos indicadores sin cumplir, las metas intermedias de transición energética se incumplieron en 2018 y hace falta fortalecer la transversalidad de la política climática.
Existen varias razones que hacen que los esfuerzos por mitigar y adaptar al país al cambio climático sean insuficientes, uno de los más importantes sin duda es la falta de recursos destinados para esto. En 2018, el INECC publicó una estimación de los costos para el cumplimiento de los NDC, sin embargo, el presupuesto destinado para adaptación y mitigación del cambio climático, contenido en el anexo 16 del Presupuesto de Egresos Federal (PEF), ha estado muy por debajo de lo calculado por el Instituto en cada uno de los años.
A esto se le agrega que los combustibles fósiles han permeado no solamente la política energética y económica del país, sino también la climática, para el PEF del 2020 más del 70% del presupuesto del anexo 16 fue destinado al transporte de gas natural.
En conclusión, México no ha sido capaz de cumplir con sus contribuciones nacionalmente determinadas, no solo eso, la dirección de la política energética actual nos pone en una trayectoria completamente alejada del cumplimiento de los actuales NDC, sin olvidar que este año se tendrá que presentar la reelaboración de los compromisos nacionales, que por ley tiene que ser más ambiciosos que los actuales, su cumplimiento requerirá de un esfuerzo coordinado sin precedentes, pero sobre todo implica entender que los combustibles fósiles no pueden ser parte del futuro de nuestro país.
Fuente
Greenpeace México
Los Acuerdos de París son, actualmente, la mejor oportunidad que tenemos (si no la única) de mantener el aumento de la temperatura en 1.5°C. Una parte fundamental de los Acuerdos de París son los NDC (compromisos nacionalmente determinados, por sus siglas en inglés) que son los mecanismos que define cada país para reducir emisiones. México estableció sus primeros NDC en el 2015 donde compromete una reducción de emisiones de Gases Efecto Invernadero (GEI) del 22% para el 2030 y una reducción de carbono negro de 51% para ese mismo año.
Según la evaluación que el INECC ha hecho sobre la política nacional de cambio climático, las acciones que se han implementado no han sido suficientes, hay aún muchos indicadores sin cumplir, las metas intermedias de transición energética se incumplieron en 2018 y hace falta fortalecer la transversalidad de la política climática.
Existen varias razones que hacen que los esfuerzos por mitigar y adaptar al país al cambio climático sean insuficientes, uno de los más importantes sin duda es la falta de recursos destinados para esto. En 2018, el INECC publicó una estimación de los costos para el cumplimiento de los NDC, sin embargo, el presupuesto destinado para adaptación y mitigación del cambio climático, contenido en el anexo 16 del Presupuesto de Egresos Federal (PEF), ha estado muy por debajo de lo calculado por el Instituto en cada uno de los años.
A esto se le agrega que los combustibles fósiles han permeado no solamente la política energética y económica del país, sino también la climática, para el PEF del 2020 más del 70% del presupuesto del anexo 16 fue destinado al transporte de gas natural.
En conclusión, México no ha sido capaz de cumplir con sus contribuciones nacionalmente determinadas, no solo eso, la dirección de la política energética actual nos pone en una trayectoria completamente alejada del cumplimiento de los actuales NDC, sin olvidar que este año se tendrá que presentar la reelaboración de los compromisos nacionales, que por ley tiene que ser más ambiciosos que los actuales, su cumplimiento requerirá de un esfuerzo coordinado sin precedentes, pero sobre todo implica entender que los combustibles fósiles no pueden ser parte del futuro de nuestro país.
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