Calificadoras tienen "influencia excesiva":experta de la ONU
Jueves 4 de marzo de 2021, p. 18
Las tres grandes agencias de calificación crediticia –Standard & Poor’s, Moody’s y Fitch Ratings– tienen una influencia excesiva
sobre las decisiones de préstamos, condiciones e intereses de la deuda
soberana de los países, estableció Yuefen Li, experta independiente
sobre deuda externa y derechos humanos de la Organización de Naciones
Unidas (ONU).
Lejos de ayudar a la solución de las crisis, estas agencias, que
controlan la evaluación sobre 92 de cada 100 dólares de deuda global,
han contribuido a agravarlas. Por ello es necesario reformar urgentemente
la arquitectura internacional de deuda, suspender la emisión de
calificaciones de crédito durante crisis –como la de Covid-19– y revisar
los criterios y operación de las calificadoras de riesgo crediticio,
planteó.
Incorporar un enfoque en derechos humanos
La reforma es crucial de cara a la profunda recesión y a una inminente crisis de deuda en 2021 en varios países en desarrollo
,
advirtió la investigadora, quien apuntó la necesidad de que las
agencias de calificación incorporen un enfoque de derechos humanos a su
trabajo, dado que sus acciones repercuten en la capacidad fiscal de los
países para invertir en protección social, alimentación, salud,
educación o en políticas contra la pobreza y la desigualdad.
Yuefen Li expuso que además de la influencia excesiva
que ostentan las calificadoras de riesgo, tienen responsabilidad en crisis previas –como la de 2008, con las hipotecas subprime– en
las que mostraron problemas estructurales de operación, como el
conflicto de intereses, y fracasaron en su razón de ser: prevenir
riesgos crediticios.
En lugar de sonar la alarma sobre posibles crisis de deuda, lo que
significaría cumplir con su papel preventivo, estas agencias han
actuado para exacerbar las crisis
, señaló la experta independiente.
Además de que entre sus problemas de origen se cuenta la falta de
rendición de cuentas y transparencia en sus evaluaciones, así como decisiones viciadas
y oligopolio.
Y es que S&P, Moody’s y Fitch Ratings controlan más de 92 por ciento del mercado global. La
falta de competencia perpetúa conductas inadecuadas y suprime los
incentivos para mejorar la calidad de las calificaciones crediticias. La
supresión del oligopolio podría lograrse estimulando la entrada de
nuevos actores en el mercado, incluyendo agencias de calificación
crediticia de propiedad pública
, considera el informe de Li.
Como contexto, iniciada la crisis de Covid-19, las empresas de
evaluación crediticia redujeron la calificación en decenas de países.
Con ello encarecieron el costo del financiamiento para economías que
intentaban buscar recursos en los mercados internacionales para atender
la emergencia sanitaria. El impacto de rebajas de calificación de países en desarrollo puede ser enorme
, recalcó Yuefen Li.
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