Congreso aprueba subir el salario mínimo cada año por encima de la inflación
EL ECONOMISTA
Por unanimidad, el pleno de la Cámara de Diputados aprobó una reforma para que el salario mínimo aumente cada año por encima de la inflación. Hasta 2019, México llevaba 40 años con esta referencia mínima de remuneración por debajo del costo de una canasta básica alimentaria, subrayó Manuel Baldenebro, presidente de la Comisión del Trabajo y Previsión Social.
La reforma, propuesta por Morena y aprobada ya por el Senado, modifica el artículo 90 de la Ley Federal del Trabajo. El Congreso agregó un cuarto párrafo que dirá: “La fijación anual de los salarios mínimos, o la revisión de los mismos, nunca estará por debajo de la inflación observada durante el periodo de su vigencia transcurrido”.
Ese ordenamiento define al salario mínimo como “la cantidad menor que debe recibir en efectivo el trabajador”. Es decir, las personas pueden ganar más que esa cifra, pero no menos. El que estaba vigente en 2018 era de 88.36 pesos, apenas 8 pesos más que un año antes, en 2017. Hasta esas fechas, los incrementos anuales eran de 0.6%, según un informe de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami).
La inflación en cambio (aumento de los precios de los bienes y servicios) en los 10 últimos años, sin considerar 2017, ha variado entre 2 y 4%, señaló el diputado Mario Manuel Sánchez Villafuerte (PAN). En ese año que omitió el legislador el índice inflacionario llegó a 6.77%, y el salario mínimo era de 80 pesos.
De acuerdo con datos de la Conasami, el salario mínimo alcanzó su nivel máximo en 1976, cuando en valores actuales llegó a un nivel de 313.36 pesos diarios. A partir de ahí perdió el 75% de su poder adquisitivo en el transcurso de 25 años. Esta tendencia se revirtió a finales de 2018 y desde ahí se han sumado tres incrementos anuales significativos que han permitido que recupere el 49.9% de su valor. En este lapso el referente general pasó de 88.36 a 141.70 pesos por jornada.
Discrepancias por el referente
“No más salarios mínimos por debajo de la inflación, que históricamente han devorado” su capacidad de compra, señaló desde la tribuna el diputado Manuel Baldenebro (PES).
De acuerdo con la Comisión Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), el precio de la canasta básica en el medio rural es de 1,165 pesos; en el urbano, de 1,633 pesos. Según ese mismo organismo, la pobreza laboral, es decir, la población que gana menos de lo que cuesta una canasta alimentaria, aumentó de 37.3 a 40.7% entre 2019 y 2020, cuando inició la pandemia.
Con esta modificación, el salario mínimo será “competitivo, fuerte, digno y suficiente”, sostuvo Baldenebro. El incremento anual por encima de la inflación permitirá que las personas trabajadoras “puedan consumir más y proveer de lo necesario a su familia, fortaleciendo el crecimiento económico del país”.
La minuta del Senado destaca que estos ajustes fueron dejados en el olvido por otras administraciones. No buscaron “mejorar los procedimientos o parámetros para fijar su monto”. Existe una deuda con las trabajadoras y trabajadores en materia de salarios mínimos, subraya.
“Es un éxito”, señaló el diputado Porfirio Muñoz Ledo (Morena). Sin embargo, discrepó en que la inflación sea el parámetro para subir el salario. Recordó que él presentó una iniciativa para que el incremento sea dos veces más el valor del índice de bienestar del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
De esa manera el salario mínimo mensual quedaría actualmente en 6,757 pesos y no en un poco más de 4,300 pesos en la mayor parte del país. Explicó que aunque se fije un salario por encima de lo que cuesta una canasta básica, el valor de ésta aumenta todos los días, por lo que “todos los días los trabajadores están perdiendo”.
“Aplaudo la política del presidente (Andrés Manuel) López Obrador y pido consideración para lo que modestamente he presentado: elevación del salario mínimo bimestral conforme al índice de bienestar del Inegi. Dos veces ese índice”, subrayó.
La Conasami, por su parte, se congratuló por la reforma a la LFT avalada ya por ambas cámaras del Congreso, pues consideró que con ella “las familias mexicanas de los trabajadores y las trabajadoras del salario mínimo tendrán la seguridad de que nunca el incremento del salario mínimo estará por debajo del incremento de los precios. Nunca más tendrán periodos donde se pierda el poder adquisitivo“.
Las mujeres en la LFT
La reforma también modifica el lenguaje con el que fue redactado inicialmente el artículo 90 de la LFT, que se refiere sólo al trabajador, al jefe de familia o a los hijos. En el idioma español, para englobar a hombres y mujeres se utiliza el masculino. Hacer lo contrario causa incluso burlas, decir “ellas” cuando en un grupo hay varones, pero no si se dice “ellos”, cuando hay mujeres.
De esa manera, la nueva redacción en lugar de “trabajador” dirá “persona trabajadora”; a “jefe de familia” se le agrega “o jefa de familia”; y a “hijos” se le añade “hijas”. Estos cambios son congruentes con la “legislatura de la paridad de género”, apuntó la diputada Frinné Azuara Yarzábal (PRI).
La obligación de subir el salario mínimo por encima de la inflación es un gran paso, dijo. Pero debe acompañarse por la vigilancia de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) para que “no se convierta en letra muerta”. Además, de una estrategia gubernamental para la generación de empleos, atracción de inversiones y apoyos fiscales a la micro, pequeña y medianas empresas que cerraron temporal o definitivamente.
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