En la iniciativa de reforma laboral panista se ignoran derechos laborales de trabajadoras del hogar

Guadalupe Cruz Jaimes (CIMAC)


La regulación al trabajo doméstico remunerado que propone el Partido Acción Nacional (PAN) en su iniciativa de reforma laboral, deja a alrededor de 2 millones de trabajadoras del hogar sin los derechos laborales mínimos, como son seguridad social, salario definido, vacaciones, y aguinaldo.


Éstas han sido sus principales demandas, durante las últimas dos décadas, señaló en entrevista Rosario Ortiz Magallón, integrante de la Red de Mujeres Sindicalistas, quien en la pasada legislatura, como diputada del Partido de la Revolución Democrática (PRD), presentó una iniciativa de reforma a varias disposiciones de la Ley Federal del Trabajo (LFT) sobre esta labor.


De acuerdo con Ortiz Magallón, la propuesta panista “no toca lo fundamental, y lo fundamental es que reconozca la relación laboral de las trabajadoras del hogar, y en consecuencia les garantice los derechos mínimos ante la ley”.


La iniciativa de reforma laboral, que presentó el PAN el pasado 18 de marzo en la Cámara de Diputados, establece que las trabajadoras del hogar contratadas “de planta” tengan los periodos de descanso necesarios, puntualiza 9 horas de descanso nocturno, y tres horas durante su jornada. Además refiere que las trabajadoras deben descansar un día a la semana.


También señala que deben tener una habitación cómoda e higiénica, así como, una alimentación sana y suficiente.


De igual modo, la iniciativa sanciona con el pago de 50 a 250 salarios mínimos al patrón que no facilite a las empleadas del hogar la posibilidad de cursar o completar la educación primaria, cuando no cuenten con esta instrucción escolar.


Para Rosario Ortiz es una “burla” que sólo se retomen estos puntos, y se ignoren las demandas de seguridad social, salario remunerador, y prestaciones sociales, que “sí representarían una mejora en su calidad de vida”.


A decir de Marcelina Bautista, del Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del Hogar (CACEH), es importante que hayan considerado estas modificaciones, “pero todavía falta la aplicación de todos los derechos, que es una necesidad muy grande de las trabajadoras”.


Las trabajadoras del hogar representan 96.6 por ciento de más de un millón 716 mil 934 personas dedicadas a esta labor en México, de las cuales menos de 5 por ciento cuenta con un contrato escrito, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en 2009.


De este universo de trabajadoras sólo mil 52 están afiliadas al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), es decir, 0.01 por ciento del total.


Además, el 87 por ciento de las trabajadoras del hogar percibe hasta 2 salarios mínimos, y 13 por ciento gana 3 o más salarios mínimos. Cabe señalar que los hombres dedicados a este oficio ganan en promedio 25 por ciento más que ellas, señala el Inegi.


Para la integrante del CACEH la reforma laboral panista es “contradictoria”, porque por un lado plantea que las y los trabajadores deben gozar de “todos lo derechos”, y por otro, al momento de definir la regulación del trabajo doméstico, “deja a las trabajadoras del hogar sin seguridad social, salario, y demás prestaciones sociales”.


En este sentido, Bautista añadió que las cientos de miles de trabajadoras del hogar en el país “queremos que nuestro trabajo también sea ‘decente’, que en las leyes queden claros nuestros derechos”.


Iniciativa retrógrada


Contrario a mostrar un avance en el acceso a la justicia laboral para las empleadas del hogar, la iniciativa panista señala que a diferencia del resto de las y los trabajadores, las personas ocupadas en este oficio no podrán demandar una indemnización por despido injustificado ante la Junta de Conciliación y Arbitraje bajo los mismos mecanismos.


La iniciativa menciona que la falta de aviso del despido por parte del patrón al personal o a la Junta “por sí sola bastará para considerar que el despido fue injustificado”. Y añade que “el aviso a que se refiere este artículo no será exigible en los casos de los trabajadores domésticos”.


Al respecto, Rosario Ortiz señaló que con ello “están inhibiendo el derecho que ellas tienen a demandar indemnización”.


En el fondo, esta reforma no reconoce a las empleadas del hogar como trabajadoras, refuerza una visión del siglo XIX, se trata, de una profunda visión despectiva, que transgrede sus derechos humanos, concluyó la sindicalista.


Urgente frenar reforma panista


En tanto, representantes de organizaciones sindicales, civiles, y abogados laboralistas, coincidieron hoy en la importancia de “parar” la iniciativa panista mediante la organización de las bases trabajadoras y la protesta social, durante el primer foro regional “Los trabajadores y la reforma laboral”.


En el foro, celebrado en el Sindicato Único de Trabajadores del Gobierno del Distrito Federal, Eduardo Miranda Esquivel, presidente de la Unión de Juristas de México, señaló que la prioridad es “parar” la reforma panista, e impedir que se discuta en la Cámara baja.


Pues, indicó que los conflictos laborales no se deben a la falta de leyes, el problema, puntualizó, es que las leyes no se cumplen.


Además, aseguró que con la conformación actual de las fuerzas políticas en el Congreso, integradas en su mayoría por el Partido Revolucionario Institucional y el PAN, generar apertura en el tema “sería una condena a la imposición de una reforma neoliberal, maquillada de pequeños beneficios”.


Por lo que, en un contexto de “descomposición política”, dijo, “alertamos de un albazo legislativo”, que sólo puede frenarse mediante la unión y la lucha de las y los trabajadores por el cumplimiento de sus derechos.
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