Para Felipe Calderón Hinojosa. Eso es querer al Pueblo, niño.‏

Hecho como es, para aplicar la jerigonza de sus amos del capitalismo gringo, Felipe Calderón Hinojosa es congruente, por ello es que habla como típico fanfarrón de películas del Oeste, de que sus terribles enemigos, la ridícula minoría miedosa, corrupta y cobarde, aquí se topa conmigo, me la pagará, decidido a limpiar a México de esas cucarachas que carecen de derechos constitucionales, sus odiados supernarcotraficantes capaces de presentarse en su casa durante la noche a bolearle los zapatos (absolutamente ilógico que durante la noche pueda presentarse un humilde aseador de calzado ante los armados hasta los dientes palacetes de los señorones PANIPRIISTAS si sus guardias blancas tienen capacidad cual robocops de fulminarlos ipso facto), jerga que, esta sí extremadamente ridícula por inverosímil, que tu lujosa bañera, que tus suculentas fiambres, que tus trajes made in England, que tus Cuernos de Chivo ¡Hogar dulce hogar! Para que tu política antiterror y antidrogas estilo Bush sea más eficaz, ya que quieres mucho a los gringos debieras irte a England o ya de perdis a los Estados Unidos a combatir en el lugar de los hechos el consumo de drogas de que hablas. ¿De qué país hablas Felipe Calderón Hinojosa? ¿Alicia en el país de las maravillas? Total, ya ves Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de León. Además, es así como quieres a tu imagen y semejanza, hechura tuya, tu próximo sexenal Presidente de la República, lejos de pensar en el monstruo que solo cuide tus intereses y los de tu índole, deberías preocuparte del México distante del que no hablas, de, al menos, acortar el período de usurpación de la Silla Presidencial, para acortarlo a dos o tres años de duración máximo, con una consulta nacional forzosa a mitad de ese periodo para la revocación del mandato, así como que todos los altos funcionarios de los flamantes Tres Poderes Federales ocupen los altos cargos mediante elecciones populares directas, sin partidos políticos y déjale algo de lo que en su beneficio establece la Constitución a los pobres municipios y Estados del país. Eso es querer al Pueblo, niño.

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