México: Gobierno omiso

Teodoro Rentería Arróyave (especial para ARGENPRESS.info)


Al igual o peor que hace 25 años en que la Ciudad de México fue víctima del más terrible terremoto de su historia, hoy todos los mexicanos vivimos o padecemos un gobierno insensible al drama que nos aqueja por una “guerra” absurda declarada al crimen organizado, la cual ha dejado un saldo doloroso de más de 30 mil muertos, y elusivo, omiso como garante de la justicia.

En forma singular, esta actitud de indiferencia se hace patente con el gremio periodístico, el cual al sufrir una baja más -fue asesinado este jueves Luis Carlos Santiago Orozco de apenas 21 años de edad, reportero gráfico de “El Diario” de Ciudad Juárez-, el presidente Felipe Calderón Hinojosa decide recibir este lunes a representantes de organizaciones internacionales y marginar a las incomodas nacionales.


Con Luis Carlos Santiago suman 112 los periodistas asesinados de 1983 a la fecha y continúan 12 desaparecidos. Las cifras mortales lo dicen todo: si de 1983 al 2000, mataron a 36 periodistas, en promedio 2 por año; en el sexenio de Vicente Fox Quesada se aumentó a 5 por año, 30 en total; lo grave y preocupante del caso es que en los 46 meses de gobierno de Calderón Hinojosa, suman con Luis Carlos, 46 comunicadores ultimados, es decir uno por mes. En lo que va del año llevamos 13 víctimas mortales y 2 desapariciones forzadas.


La Demanda Pública de Justicia emitida por la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos, que preside Hilda Luisa Valdemar y Lima, el Club Primera Plana que encabeza, Raúl Gómez Espinosa y la Federación Latinoamericana de Periodistas, FELAP-México, que obvio no toman en cuenta los poderes fácticos, a cambio de una respuesta solidaria en los estados de la República, además de insistir en las mencionadas cifras de horror aclara detalles sobre el atentado en que perdió la vida el joven colega, Luis Carlos Santiago.


Como se acostumbra en todos los casos de asesinatos de comunicadores, las autoridades siempre están buscando elementos distractores que si la víctima tiene o tuvo comprobado su estatus de periodista, que el asesinato no tiene que ver con el ejercicio de la profesión, y lo peor, criminalizar a la víctima al situar los hechos como “simple ajuste de cuentas”.


En la Demanda Pública de Justicia, hacemos constar, de acuerdo a las primeras y valiosas investigaciones, que en el ataque cobarde de un grupo de sicarios en forma instantánea perdió la vida Luis Carlos Santiago y resulto herido de 4 balazos Carlos Manuel Sánchez Colunga de 22, quien a duras penas logró huir del lugar de los hechos, así mismo salvó la vida Alejo de la Rosa, quien minutos antes se apeó del automóvil que conducía Luis Carlos. Todos reporteros de “El Diario.


Alejo de la Rosa es hijo del visitador de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, Gustavo de la Rosa Hickerson, quien de inmediato declaró que ha denunciado actos delictivos tanto del crimen organizado como de elementos de la Policía Federal y del Ejército por lo que podría tratarse de un crimen de carácter político. “No quisiera pensar que lo mataron por mi culpa”, acentuó De la Rosa.
Ahora la procuradora estatal, Patricia González nos sale, sin mayores pruebas, con el cuento de que el crimen responde a “un ajuste de cuentas”, a esto hay que añadirle que ante las evidencias y las valientes declaraciones del colega reportero camarógrafo, Alejandro Hernández Pacheco, tuvo que recular la Secretaría de Seguridad Pública federal, la cual le enmendó la plana a su titular, Genaro García Luna, al aceptar que en efecto los reporteros plagiados en Durango jamás fueron rescatados por sus elementos y ¨que todo fue un montaje mediático”, como siempre lo sostuvo el reportero de Televisa Torreón, quien por cierto pidió asilo político en Estados Unidos.


Y una perla más: la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Cometidos contra la Libertad de Expresión, antes para la Atención de Delitos Contra Periodistas y Medios, de 2009 a la fecha, de 147 denuncias de atentados contra periodistas, por incompetencia turnó 51 por ciento de los casos, de ellos se consignaron 4 y sólo hay uno con sentencia.


Definitivo: Un gobierno, insensible, elusivo y omiso a sus compromisos, deberes y responsabilidades.
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