El escape de “El Chapo”, reflejo de la crisis de liderazgo de EPN: Carrillo Olea

PROCESO 
 

13 de julio de 2015
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Joaquín El Chapo Guzmán, líder del Cártel de Sinaloa. Foto: Benjamin Flores
Joaquín El Chapo Guzmán, líder del Cártel de Sinaloa.
Foto: Benjamin Flores
MÉXICO, D.F., (proceso.com.mx).- La segunda fuga de Joaquín “El Chapo” Guzmán es consecuencia de tres crisis concatenadas: “la crisis de liderazgo personal de Enrique Peña Nieto; la crisis del aparato de gobierno que él destruyó por su autoritarismo; y la crisis del sistema de justicia y de seguridad, incluyendo al aparato de inteligencia”.
Así lo afirmó Jorge Carrillo Olea, general y creador del Centro de Investigaciones de Seguridad Nacional (CISEN), y la primera autoridad mexicana que atrapó al “Chapo” Guzmán, hace más de 20 años, cuando le fue entregado en la frontera entre Guatemala y México, en el Puente Internacional Talismán.
Retirado de toda actividad política, el también exgobernador de Morelos es contundente al ser consultado por Proceso: “todo esto es el reflejo de una crisis de liderazgo personal de Peña Nieto, montado sobre un exceso de autoritarismo y de una enorme cantidad de desplantes”.
Uno de esos desplantes, advirtió Carrillo Olea, es el hecho de viajar a Francia junto con el secretario de Gobernación, al igual que los titulares de Defensa Nacional y de Marina.
-¿Es correcto que un presidente de la República viaje al extranjero, junto con su secretario de Gobernación? –se le preguntó.
-Claro que no. Esto es otra expresión de su autoritarismo. ¿Cómo se lleva al mismo tiempo al secretario de Gobernación y al de Defensa. Es un viaje que tiene la implicación de una especie de “reyecito”.
-Usted viajó junto con el ex presidente Luis Echeverría por casi todo el mundo, como jefe de sección segunda del Estado Mayor Presidencial. ¿Alguna vez viajaron juntos el presidente de la República y el Secretario de Gobernación?
-Jamás. Con Echeverría y con Miguel de la Madrid siempre se quedaban los secretarios de Gobernación. La obsesión de Echeverría era estar al pendiente del teléfono todo el tiempo. Eran largas conferencias con su secretario de Gobernación. Era una obsesión positiva por ejercer el mando. Obsesión positiva que no existe ahora.
La crisis del liderazgo personal de Peña Nieto afecta a otros dos niveles, afirmó Carrillo Olea: “la evidencia de un gobierno absolutamente ineficiente porque la forma de ejercer tan verticalmente el poder ha destruido el aparato”.
La otra crisis es la del “aparato de justicia y de seguridad”. En el caso de El Chapo existió la orden de un juez que “el gobierno ha sido incapaz de cumplir”.
-¿También hay una crisis de los servicios de inteligencia?
-Por supuesto. La justicia implica siempre inteligencia. Es imposible que no haya habido un mínimo de servicios de inteligencia que anticiparan la construcción de un túnel de este tipo.
Carrillo Olea se declara consternado por la versión oficial que le atribuye a “El Chapo” la construcción de un túnel de 1 kilómetro y medio en un penal de alta seguridad como el de Almoloya.
“Para construir un sistema de este tipo necesitas de un sistema de ingeniería de primer nivel. Es absolutamente increíble. Es de Alicia en el País de las Maravillas”, advirtió.
-¿Son creíbles las versiones sobre la celda y el área de regaderas de El Chapo?
-Es claro que hay una falacia en torno a la celda. Es evidente que la administración del penal le dio la concesión al “Chapo” para un sitio especial. La cárcel, como cárcel, es inviolable. Pero resulta que “El Chapo” es capaz de abrir un túnel hasta en La Bastilla.

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