Escasos salarios, base de fuertes ganancias de la industria automotriz en México

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Línea de producción de vehículos Chevy en la planta General Motors de CoahuilaFoto José Carlo González
Patricia Muñoz Ríos
 
Periódico La Jornada
Lunes 13 de julio de 2015, p. 31
Los trabajadores mexicanos de la industria automotriz permiten a las empresas tan elevadas ganancias que sólo en dos naciones los superan a nivel mundial, debido a que si bien son altamente productivos, sus ingresos en los últimos años han ido descendiendo, por lo que los inversionistas extranjeros del ramo ven al país como tierra de gente trabajadora a la que se puede ir pagando menos, provista de la debilidad de su organizaciones e instituciones.
El informe de la fundación Friedrich Ebert, titulado Explosión de la industria automotriz en México: de sus encadenamientos actuales a su potencial transformador, señala lo anterior e indica que en México los ingresos de los trabajadores de este sector han ido a la baja, ya que hace nueve años sus remuneraciones representaban 30 por ciento del valor agregado bruto de la producción del sector y esta cifra descendió a 20 por ciento en años recientes.
En contraste, en dicho periodo las ganancias de las empresas automotrices que operan en México se elevaron de 69.7 a 77.4 por ciento, mientras la productividad del sector creció a tasas anuales de 4.3 por ciento. Es decir que la mayor productividad de los trabajadores no fue recompensada, por lo que la brecha entre salarios y producto generado por el trabajo se amplió mucho más.
Así, los costos laborales en la industria automotriz de México se ubican entre los más bajos de 18 países productores de vehículos. Se trata de una caída de salarios incluso superior a la que sufrieron otros asalariados como los de la industria manufacturera, detalla el documento.
Explica el estudio que la distancia de las otras cinco naciones con los costos laborales más bajos es considerable, ya que mientras en México se paga un promedio de 3.95 dólares la hora para los obreros en línea de producción, en Taiwán son 7.5 dólares; en Polonia 7.8; Hungría 9; Brasil 11.4 y República Checa 11.5, y están a mucha más distancia de otras naciones como Canadá, donde el promedio es de 40 dólares. Es decir, se ha acentuado la brecha que separa a los trabajadores mexicanos del resto de los países.
Respecto de la dispersión salarial, los datos indican que, por ejemplo, el promedio de sueldo en empresas como General Motors San Luis Potosí es de 217 pesos diarios, mientras en Ford Cuautitlán es de 288.79 pesos. Sin embargo, en Ford Hermosillo es de 304.8; en Volkswagen de Puebla es de 398 diarios y en Nissan Civac es de 419 pesos.
Esta situación, y en general las condiciones laborales, tienen que ver, según el informe, con la organización y las prácticas sindicales; sin embargo, la mayoría de las representaciones gremiales se ciñen a las empresas.
Al final del día, las prácticas sindicales han sido tan responsables del estancamiento y retroceso en los ingresos de los trabajadores mexicanos, como lo han sido las políticas de gobierno y los sistemas de remuneración de las empresas, añade.
Puntualiza el texto que el despegue de la industria automotriz en México tiene deuda con los trabajadores, los cuales han visto sus ingresos mermados. De esta manera, no se ha aprovechado el momentum de la industria automotriz mexicana como estímulo para la transformación de otros sectores estratégicos, ni para incentivar que sus trabajadores tengan mejores condiciones de vida.

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