Calderón “profana” símbolos de identidad nacional: historiadora
Mónica Mateos-Vega
Periódico La Jornada
Jueves 9 de septiembre de 2010, p. 3
Para las culturas prehispánicas la serpiente es símbolo de fertilidad, y en la carta del presidente Felipe Calderón que acompaña la bandera nacional que estos días se reparte en millones de hogares, “el mandatario la toma como aparece en la tradición judeo-cristiana, como si fuera la maldad, el pecado. Eso es gravísimo, porque falsea símbolos de identidad de los mexicanos que se han construido a través de muchísimos años y que rebasan incluso los dos siglos de vida independiente”, afirma la doctora en historia Cristina Gómez Álvarez.
La interpretación que el titular del Ejecutivo hace del significado de los colores y el escudo del lábaro patrio en el texto que desde hace unas semanas se reparte por correo a los ciudadanos, ha causado una polémica que crece entre académicos y alumnos de la carrera de historia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Gómez Álvarez, catedrática de la máxima casa de estudios, afirma que Calderón Hinojosa, con el contenido de su misiva, “profana a la bandera y al escudo nacional, hace un uso político de ellos y no debería. Es algo muy serio”.
El águila, símbolo prehispánico
En el escrito que llegará a 20 millones de personas, el Presidente pide que al admirar la bandera nacional se tenga presente que el verde es “la esperanza de un México mejor, el blanco de la paz que hemos conquistado y el rojo de la sangre derramada por nuestros antepasados, en la lucha por los más altos ideales de nuestra nación.
“Cuando observes el escudo nacional –prosigue–, recuerda que el águila simboliza al pueblo de México. Su posición de combate hace referencia a que todos los mexicanos estamos listos para enfrentar los retos que la vida y el mundo nos presentan. La serpiente representa a los enemigos del país. Y el hecho de que la serpiente esté siendo devorada por el águila, significa que el pueblo de México vence a sus enemigos. El nopal con sus espinas simboliza los desafíos que enfrenta el país. Y las ramas de laurel y encino representan, a la vez, la victoria y el martirio de quienes han dado su vida por México.”
La especialista, integrante también del Sistema Nacional de Investigadores, reitera que Calderón, por hacer un uso totalmente político del lábaro patrio y el escudo nacional, “falsea” un significado que ha sido estudiado de manera profunda, especialmente por Enrique Florescano, en su libro La bandera mexicana: breve historia de su formación y simbolismo (Fondo de Cultura Económica, 1998).
El historiador, detalla Gómez Álvarez, parte de una idea central: los colores representan tradiciones fundamentales, el escudo es el pasado prehispánico y los colores aluden al movimiento trigarante que logró consumar la Independencia.
“Lo interesante de nuestro lábaro patrio es que contiene la tradición prehispánica y pasa por el México liberal que surge a partir de la consumación de la Independencia. Los colores representan las tres garantías: el verde es la Independencia, el blanco la religión católica como única, sin tolerancia ninguna otra, y el rojo la unión entre euro-peos y americanos”, dice Gómez Álvarez.
Añade que, respecto del escudo, “lo que dice Calderón es peor, pues carece de los elementos mínimos que todo mexicano sabe: el águila es un símbolo que desarrollaron las culturas prehispánicas, en este caso los mexicas. Al vencer el ave a la serpiente, que representa a las poblaciones agrícolas, significa la victoria sobre los pueblos que se lograron conquistar para el imperio azteca.
“No es posible que el Presidente de México carezca de los elementos más importantes de la identidad de los mexicanos. Nos lleva a pensar que él no es mexicano o no se asume como tal.”
El tema, señala la especialista, ha llegado a las aulas de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la UNAM, en la cual algunos profesores de la licenciatura de historia han pedido a sus alumnos que analicen el texto presidencial y debatan al respecto.
Grave tergiversación histórica
La opinión de Cristina Gómez Álvarez se suma a lo expresado por sus colegas César Navarro Gallegos (del Instituto de Investigaciones José María Luis Mora), Silvestre Villegas (Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM) y Ricardo Gamboa (FFyL-UNAM) quienes consideran una “aberración histórica” el nuevo significado que hace Calderón de los símbolos patrios, producto de “su estrategia contra el crimen organizado, pero que confunde a cientos de mexicanos” (La Jornada, 2/9/10).
Contra esa “grave tergiversación histórica”, también se han manifestado especialistas de la Universidad Autónoma Metropolitana, como Gabriela Contreras Pérez e Isis Saavedra Luna, quienes apuntan que es muy preocupante que se empleen recursos de la nación para desvirtuar y manipular la historia (La Jornada, 1/9/10).
La carta de Calderón concluye con las siguientes palabras: “Sé que esta bandera de tanto significado que hoy ponemos en tus manos, será un motivo más de alegría y de orgullo para ti y para tu familia. Espero que ondee orgullosa cerca de tu corazón como un poderoso símbolo de que los mexicanos habremos de seguir enfrentando y superando juntos los retos que nos han tocado vivir. Y confío en que este Año de la Patria marque el inicio de una nueva etapa de desarrollo con justicia, libertad y democracia para México, como fue siempre el anhelo de nuestros héroes”.
Fuente
Periódico La Jornada
Jueves 9 de septiembre de 2010, p. 3
Para las culturas prehispánicas la serpiente es símbolo de fertilidad, y en la carta del presidente Felipe Calderón que acompaña la bandera nacional que estos días se reparte en millones de hogares, “el mandatario la toma como aparece en la tradición judeo-cristiana, como si fuera la maldad, el pecado. Eso es gravísimo, porque falsea símbolos de identidad de los mexicanos que se han construido a través de muchísimos años y que rebasan incluso los dos siglos de vida independiente”, afirma la doctora en historia Cristina Gómez Álvarez.
La interpretación que el titular del Ejecutivo hace del significado de los colores y el escudo del lábaro patrio en el texto que desde hace unas semanas se reparte por correo a los ciudadanos, ha causado una polémica que crece entre académicos y alumnos de la carrera de historia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Gómez Álvarez, catedrática de la máxima casa de estudios, afirma que Calderón Hinojosa, con el contenido de su misiva, “profana a la bandera y al escudo nacional, hace un uso político de ellos y no debería. Es algo muy serio”.
El águila, símbolo prehispánico
En el escrito que llegará a 20 millones de personas, el Presidente pide que al admirar la bandera nacional se tenga presente que el verde es “la esperanza de un México mejor, el blanco de la paz que hemos conquistado y el rojo de la sangre derramada por nuestros antepasados, en la lucha por los más altos ideales de nuestra nación.
“Cuando observes el escudo nacional –prosigue–, recuerda que el águila simboliza al pueblo de México. Su posición de combate hace referencia a que todos los mexicanos estamos listos para enfrentar los retos que la vida y el mundo nos presentan. La serpiente representa a los enemigos del país. Y el hecho de que la serpiente esté siendo devorada por el águila, significa que el pueblo de México vence a sus enemigos. El nopal con sus espinas simboliza los desafíos que enfrenta el país. Y las ramas de laurel y encino representan, a la vez, la victoria y el martirio de quienes han dado su vida por México.”
La especialista, integrante también del Sistema Nacional de Investigadores, reitera que Calderón, por hacer un uso totalmente político del lábaro patrio y el escudo nacional, “falsea” un significado que ha sido estudiado de manera profunda, especialmente por Enrique Florescano, en su libro La bandera mexicana: breve historia de su formación y simbolismo (Fondo de Cultura Económica, 1998).
El historiador, detalla Gómez Álvarez, parte de una idea central: los colores representan tradiciones fundamentales, el escudo es el pasado prehispánico y los colores aluden al movimiento trigarante que logró consumar la Independencia.
“Lo interesante de nuestro lábaro patrio es que contiene la tradición prehispánica y pasa por el México liberal que surge a partir de la consumación de la Independencia. Los colores representan las tres garantías: el verde es la Independencia, el blanco la religión católica como única, sin tolerancia ninguna otra, y el rojo la unión entre euro-peos y americanos”, dice Gómez Álvarez.
Añade que, respecto del escudo, “lo que dice Calderón es peor, pues carece de los elementos mínimos que todo mexicano sabe: el águila es un símbolo que desarrollaron las culturas prehispánicas, en este caso los mexicas. Al vencer el ave a la serpiente, que representa a las poblaciones agrícolas, significa la victoria sobre los pueblos que se lograron conquistar para el imperio azteca.
“No es posible que el Presidente de México carezca de los elementos más importantes de la identidad de los mexicanos. Nos lleva a pensar que él no es mexicano o no se asume como tal.”
El tema, señala la especialista, ha llegado a las aulas de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la UNAM, en la cual algunos profesores de la licenciatura de historia han pedido a sus alumnos que analicen el texto presidencial y debatan al respecto.
Grave tergiversación histórica
La opinión de Cristina Gómez Álvarez se suma a lo expresado por sus colegas César Navarro Gallegos (del Instituto de Investigaciones José María Luis Mora), Silvestre Villegas (Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM) y Ricardo Gamboa (FFyL-UNAM) quienes consideran una “aberración histórica” el nuevo significado que hace Calderón de los símbolos patrios, producto de “su estrategia contra el crimen organizado, pero que confunde a cientos de mexicanos” (La Jornada, 2/9/10).
Contra esa “grave tergiversación histórica”, también se han manifestado especialistas de la Universidad Autónoma Metropolitana, como Gabriela Contreras Pérez e Isis Saavedra Luna, quienes apuntan que es muy preocupante que se empleen recursos de la nación para desvirtuar y manipular la historia (La Jornada, 1/9/10).
La carta de Calderón concluye con las siguientes palabras: “Sé que esta bandera de tanto significado que hoy ponemos en tus manos, será un motivo más de alegría y de orgullo para ti y para tu familia. Espero que ondee orgullosa cerca de tu corazón como un poderoso símbolo de que los mexicanos habremos de seguir enfrentando y superando juntos los retos que nos han tocado vivir. Y confío en que este Año de la Patria marque el inicio de una nueva etapa de desarrollo con justicia, libertad y democracia para México, como fue siempre el anhelo de nuestros héroes”.
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