Fox y el Cordero de Calderón

miércoles 22 de junio de 2011

Eduardo Ibarra Aguirre (FORUMENLINEA)

Tan placeado está Ernesto Cordero Arroyo -por promoción de su padrino Felipe Calderón y el mercantilmente disciplinado duopolio de la televisión y oligopolio de la radio-, que Vicente Fox -beneficiario del voto útil en 2000 que encabezó un gobierno en buena medida de inútiles hasta 2006-, jura socarronamente: “Si yo ni los veo ni los escucho, si yo no los veo en los medios más que a Ernesto, ¿qué es lo que está pasando. ¿Acaso los medios están cerrando la presencia a los que no están?”.

Naturalmente que Marcelo Ebrard también tiene su delfín, Mario Delgado, al que placea hasta manosear el homenaje rendido por el Gobierno del Distrito Federal a los caídos el 10 de junio de 1971, colocando en la convocatoria una frase del secretario de Educación capitalino, con la anuencia de luchadores sociales. De Andrés Manuel López Obrador no existen indicios sobre inclinaciones.

En el Revolucionario Institucional el precandidato presidencial, Enrique Peña Nieto, se encuentra tan bien instalado en las preferencias partidistas y ciudadanas que sobran quienes se lo imaginan despachando en Los Pinos. Los últimos tres precandidatos que encabezaron las encuestas en junio de 2005, 1999 y 1993, se quedaron en el camino.

Desde San Cristóbal, San Francisco del Rincón, Guanajuato, el esposo de la honradísima Martha Sahagún, sugirió que Josefina Vázquez, Santiago Creel y Ernesto Cordero -a los otros cuatro los ignoró- renuncien a sus cargos para “ver quién tiene esa grandeza de corazón para querer tanto a su país que está dispuesto a quemar las naves y jugársela”. Es decir, declinar a la plataforma material, política y mediática que brinda estar en el presupuesto de San Lázaro, Reforma e Insurgentes, y de Hacienda, la secretaría que más gastó en publicidad pagada en el primer semestre de 2011, incluso por encima de la Presidencia.

El señor de las botas de charol -quien junto con el sucesor multiplicaron la deuda interna en 4.5 veces en una década y bajo sus administraciones se expatriaron 110 mil millones de dólares, de los cuales 93 mil millones de dólares corresponden al gobierno de Calderón Hinojosa-, situó a Luis Felipe Bravo Mena -prominente yunquista que finge demencia cuando los reporteros se lo preguntan-, en la cruda realidad de que Eruviel Ávila es “un claro ganador” y para Enrique Peña Nieto “el aquí y el ahora de la elección de 2012 marca un claro ganador también”.

La irritación del primer panista del país y de la cúpula gubernamental y partidaria es inversamente proporcional al gusto que generó en las elites del Revolucionario Institucional que, 13 meses antes de la definición en las urnas, reciben la bendición del hombre que prometió sacarlos “a patadas” de Los Pinos, pero acabó negociando con ellos y mantuvo intocado el viejo y arcaico sistema político mexicano.

Pieza fundamental del sistema son las perversas relaciones con la mediocracia, de la que Fox se queja por privilegiar al Cordero de Calderón, pero a éste le garantizó Televisa, rauda y veloz, el derecho de replica el jueves 16 para jurar, por medio de Alejandra Sota, que es “absolutamente falso” que el entonces candidato electo exigió a Carlos Abascal Carranza reprimir a los integrantes del campamento del Zócalo, Madero, Juárez y Reforma”.

Bien que El Noticiero de El canal de las estrellas garantice el derecho de réplica al titular del Ejecutivo federal, pero es inaceptable que lo niegue a millones de televidentes, mientras junto con Televisión Azteca presionan al Senado para que no legisle la ley reglamentaria del sexto constitucional que, enhorabuena, denuncia Pablo Gómez tras el silencio que guardó respecto a la llamada ley Televisa.


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