Riesgo de que califiquen a Grecia de "insolvente"; continúan protestas masivas
Reuters
Periódico La Jornada
Domingo 19 de junio de 2011, p. 29
Atenas, 18 de junio. Miles de griegos marcharon hasta el Parlamento en Atenas, en un despliegue de la ira pública después de que el primer ministro George Papandreou prometió continuar con la campaña de austeridad.
En tanto, el presidente del eurogrupo, Jean-Claude Juncker, advirtió sobre el riesgo de contagio de la crisis de Grecia a otros países de la zona, sobre todo a Portugal, Irlanda, Bélgica e Italia. Explicó que la presión alemana para involucrar a acreedores privados en la asistencia a Grecia está incrementando el costo del rescate y podría derivar en que las agencias calificadoras encasillen a ese país en la categoría "insolvente".
"Estamos jugando con fuego", sostuvo y agregó que en el peor de los casos las agencias podrían declarar una cesación de pagos con consecuencias nefastas para la unión monetaria.
En la capital griega alrededor de 5 mil manifestantes del grupo comunista Pame marcharon hacia la plaza Syntagma, donde se produjeron actos de violencia durante la semana, y entonaron frases como: "las medidas de austeridad nos están matando".
Activistas franceses también actuaron con un títere de tres metros que representaba a la justicia ensangrentada bailando al ritmo de los tambores, en un gesto de solidaridad con los manifestantes griegos que han acampado en la plaza durante tres semanas.
Papandreou removió el viernes al ministro de Finanzas, George Papaconstantinou, autor de los programas de austeridad, incluido un nuevo paquete de cinco años que ha desatado semanas de protestas. En su lugar nombró a Evangelos Venizelos, el mayor rival de Papandreou en el Partido Socialista. Ello con el fin de lograr consenso en la aprobación del nuevo paquete de austeridad.
El nuevo gabinete de Papandreou debería sobrevivir a un voto de confianza parlamentario el martes por la noche, y luego aprobar el paquete que prevé 28 mil millones de euros en subidas de impuestos y recortes de gastos en 2015.
El recambio en el gabinete coincidió con la promesa de Francia y Alemania de continuar financiando a Atenas, una decisión que podría dar a Grecia y a sus aliados de la zona euro más tiempo para evitar una cesación de pagos, incluso aunque existan dudas sobre su solvencia a largo plazo.
"¿Qué ha cambiado con la renovación de gabinete? Nada", dijo Costas, estudiante de 22 años quien ha acampado en la plaza desde comienzos de mes. "No pensamos irnos a menos que retiren las medidas", declaró.
Un sondeo realizado antes del cambio mostró que 47.5 por ciento de los encuestados querían que el parlamento rechazase el paquete de reformas y se celebren elecciones en Grecia. Sólo un tercio, un 34.8 por ciento, quería que se apruebe para que Atenas se asegure el segundo rescate financiero.
El domingo se espera que los ministros de Finanzas de la zona euro acuerden la liberación de un tramo por 12 mil millones de euros de un crédito de rescate que Grecia requiere para pagar bonos que vencen en julio y agosto y evitar la quiebra.
La Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) impusieron las reformas como condición para un nuevo rescate financiero calculado en 120 mil millones de euros (170 mil millones de dólares), el cual deberá ser financiado por Grecia a partir de 2014.
El luxemburgués Jean-Claude Juncker, presidente del grupo de ministros de Finanzas de la zona euro, criticó la presión de Alemania para implicar a los tenedores de bonos, diciendo a un diario de ese país que se había elevado el costo del rescate.
"Estamos jugando con fuego", sostuvo, y agregó que en el peor de los casos las agencias de calificación podrían declarar una cesación de pagos con consecuencias nefastas para la unión monetaria.
"El contagio de (cualquier) bancarrota podría alcanzar a Portugal e Irlanda y luego, debido a la alta deuda, a Italia y Bélgica, aun antes que a España", agregó.
Los mercados de bonos temen que Grecia declare una cesación de pagos y la mayoría de los economistas se mantienen escépticos respecto a la posibilidad de que Atenas pueda pagar su enorme deuda que alcanzó 340 mil millones de euros (480 millones de dólares), equivalentes a 150 por ciento de su producto interno bruto.
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Domingo 19 de junio de 2011, p. 29
Atenas, 18 de junio. Miles de griegos marcharon hasta el Parlamento en Atenas, en un despliegue de la ira pública después de que el primer ministro George Papandreou prometió continuar con la campaña de austeridad.
En tanto, el presidente del eurogrupo, Jean-Claude Juncker, advirtió sobre el riesgo de contagio de la crisis de Grecia a otros países de la zona, sobre todo a Portugal, Irlanda, Bélgica e Italia. Explicó que la presión alemana para involucrar a acreedores privados en la asistencia a Grecia está incrementando el costo del rescate y podría derivar en que las agencias calificadoras encasillen a ese país en la categoría "insolvente".
"Estamos jugando con fuego", sostuvo y agregó que en el peor de los casos las agencias podrían declarar una cesación de pagos con consecuencias nefastas para la unión monetaria.
En la capital griega alrededor de 5 mil manifestantes del grupo comunista Pame marcharon hacia la plaza Syntagma, donde se produjeron actos de violencia durante la semana, y entonaron frases como: "las medidas de austeridad nos están matando".
Activistas franceses también actuaron con un títere de tres metros que representaba a la justicia ensangrentada bailando al ritmo de los tambores, en un gesto de solidaridad con los manifestantes griegos que han acampado en la plaza durante tres semanas.
Papandreou removió el viernes al ministro de Finanzas, George Papaconstantinou, autor de los programas de austeridad, incluido un nuevo paquete de cinco años que ha desatado semanas de protestas. En su lugar nombró a Evangelos Venizelos, el mayor rival de Papandreou en el Partido Socialista. Ello con el fin de lograr consenso en la aprobación del nuevo paquete de austeridad.
El nuevo gabinete de Papandreou debería sobrevivir a un voto de confianza parlamentario el martes por la noche, y luego aprobar el paquete que prevé 28 mil millones de euros en subidas de impuestos y recortes de gastos en 2015.
El recambio en el gabinete coincidió con la promesa de Francia y Alemania de continuar financiando a Atenas, una decisión que podría dar a Grecia y a sus aliados de la zona euro más tiempo para evitar una cesación de pagos, incluso aunque existan dudas sobre su solvencia a largo plazo.
"¿Qué ha cambiado con la renovación de gabinete? Nada", dijo Costas, estudiante de 22 años quien ha acampado en la plaza desde comienzos de mes. "No pensamos irnos a menos que retiren las medidas", declaró.
Un sondeo realizado antes del cambio mostró que 47.5 por ciento de los encuestados querían que el parlamento rechazase el paquete de reformas y se celebren elecciones en Grecia. Sólo un tercio, un 34.8 por ciento, quería que se apruebe para que Atenas se asegure el segundo rescate financiero.
El domingo se espera que los ministros de Finanzas de la zona euro acuerden la liberación de un tramo por 12 mil millones de euros de un crédito de rescate que Grecia requiere para pagar bonos que vencen en julio y agosto y evitar la quiebra.
La Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) impusieron las reformas como condición para un nuevo rescate financiero calculado en 120 mil millones de euros (170 mil millones de dólares), el cual deberá ser financiado por Grecia a partir de 2014.
El luxemburgués Jean-Claude Juncker, presidente del grupo de ministros de Finanzas de la zona euro, criticó la presión de Alemania para implicar a los tenedores de bonos, diciendo a un diario de ese país que se había elevado el costo del rescate.
"Estamos jugando con fuego", sostuvo, y agregó que en el peor de los casos las agencias de calificación podrían declarar una cesación de pagos con consecuencias nefastas para la unión monetaria.
"El contagio de (cualquier) bancarrota podría alcanzar a Portugal e Irlanda y luego, debido a la alta deuda, a Italia y Bélgica, aun antes que a España", agregó.
Los mercados de bonos temen que Grecia declare una cesación de pagos y la mayoría de los economistas se mantienen escépticos respecto a la posibilidad de que Atenas pueda pagar su enorme deuda que alcanzó 340 mil millones de euros (480 millones de dólares), equivalentes a 150 por ciento de su producto interno bruto.
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