A Calderón le falta firmeza para defender la soberanía, dicen ONG
Fernando Camacho Servín
Periódico La Jornada
Miércoles 10 de agosto de 2011, p. 9
El injerencismo de Estados Unidos en el combate a los grupos de narcotraficantes, al realizar operaciones en territorio nacional y operar desde bases militares de México, demuestra la falta de firmeza del gobierno de Felipe Calderón para defender la soberanía nacional y que los intereses en materia de seguridad de Washington privan sobre los del país, afirmaron integrantes de organizaciones no gubernamentales (ONG).
Édgar Cortez, investigador del Instituto de Derechos Humanos y Democracia, advirtió que la participación de agentes de la CIA y la DEA, militares en retiro y personal civil del Pentágono en la guerra contra el crimen organizado desde una base castrense del norte del país (La Jornada, 8/8/11) es una acción "claramente ilegal", ya que la persecución del delito es función exclusiva de las instancias de seguridad locales.
"Es inadmisible que el gobierno federal, que debería ser el primer interesado en proteger el estado de derecho, trate de violar el marco legal y dé más espacios a la participación de Estados Unidos en este tema. Estamos viendo una política que no privilegia nuestros intereses sino los de ellos", deploró.
Este hecho muestra que el gobierno no está construyendo una relación de iguales con Washington, sino de supeditación. "Es altamente riesgoso condicionar nuestras necesidades a las de los estadunidenses y vemos una política que cada vez desdibuja más nuestras propuestas", agregó.
En tanto, el director del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, José Rosario Marroquín, indicó que más allá de que los agentes que realizan ese trabajo sean mexicanos o estadunidenses, la principal preocupación es que se continúa con una política de seguridad basada en la represión y la militarización.
"No se revisa la estrategia. Estados Unidos sólo ha reforzado la actitud del gobierno mexicano mediante la participación militar", y eso ha intensificado la espiral de violencia en el país.
"En materia de seguridad es bueno y deseable que haya colaboración; el problema es que se da con una gran falta de transparencia y eso es muy grave. Nos preocupa que se sostenga un enfoque combativo y bélico que no ha dado resultados favorables, en vez de hacer diagnósticos multidisciplinarios con estrategias más amplias", aseveró.
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Periódico La Jornada
Miércoles 10 de agosto de 2011, p. 9
El injerencismo de Estados Unidos en el combate a los grupos de narcotraficantes, al realizar operaciones en territorio nacional y operar desde bases militares de México, demuestra la falta de firmeza del gobierno de Felipe Calderón para defender la soberanía nacional y que los intereses en materia de seguridad de Washington privan sobre los del país, afirmaron integrantes de organizaciones no gubernamentales (ONG).
Édgar Cortez, investigador del Instituto de Derechos Humanos y Democracia, advirtió que la participación de agentes de la CIA y la DEA, militares en retiro y personal civil del Pentágono en la guerra contra el crimen organizado desde una base castrense del norte del país (La Jornada, 8/8/11) es una acción "claramente ilegal", ya que la persecución del delito es función exclusiva de las instancias de seguridad locales.
"Es inadmisible que el gobierno federal, que debería ser el primer interesado en proteger el estado de derecho, trate de violar el marco legal y dé más espacios a la participación de Estados Unidos en este tema. Estamos viendo una política que no privilegia nuestros intereses sino los de ellos", deploró.
Este hecho muestra que el gobierno no está construyendo una relación de iguales con Washington, sino de supeditación. "Es altamente riesgoso condicionar nuestras necesidades a las de los estadunidenses y vemos una política que cada vez desdibuja más nuestras propuestas", agregó.
En tanto, el director del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, José Rosario Marroquín, indicó que más allá de que los agentes que realizan ese trabajo sean mexicanos o estadunidenses, la principal preocupación es que se continúa con una política de seguridad basada en la represión y la militarización.
"No se revisa la estrategia. Estados Unidos sólo ha reforzado la actitud del gobierno mexicano mediante la participación militar", y eso ha intensificado la espiral de violencia en el país.
"En materia de seguridad es bueno y deseable que haya colaboración; el problema es que se da con una gran falta de transparencia y eso es muy grave. Nos preocupa que se sostenga un enfoque combativo y bélico que no ha dado resultados favorables, en vez de hacer diagnósticos multidisciplinarios con estrategias más amplias", aseveró.
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