Emplaza el presidente del Banco Central Europeo a gobiernos a reducir sus déficit

Afp

Periódico La Jornada
Jueves 11 de agosto de 2011, p. 24
Bruselas, 9 de agosto. La severa austeridad que se impone en Europa fruto del elevado endeudamiento de los estados afecta a la población, cuyo descontento por los recortes en materia de pensiones, salud y otras políticas sociales es ya palpable en las calles.

El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, emplazó el martes a los gobiernos a “hacer su trabajo” y reducir sus déficits públicos.

Antes de aceptar comprar bonos italianos y españoles en los mercados secundarios para rebajar su costo, el BCE dictó la semana pasada a Roma los pasos a emprender, levantando la indignación de la opinión pública y la oposición, según divulgó el diario francés Corriere della Sera.

Bajo la presión de Alemania, el organismo exigió a Italia y España adoptar urgentemente una serie de medidas para “acelerar el retorno” al equilibrio presupuestario, que implican recortes en programas sociales y de salud importantes.

“Es una masacre social”, denunció el líder de la izquierda moderada, Luigi Bersani. “Ni hablar de tocar las pensiones y poner de rodillas a la clase media”, se indignó Umberto Bossi, jefe de la Liga Norte, partido político italiano.

La BCE exigió en concreto a las autoridades un ahorro hasta de 25 mil millones de euros de aquí a 2013, preconizando facilitar los despidos, reformar las pensiones y la sanidad, subir el IVA y realizar un plan de privatizaciones.
En resumen, una serie de medidas similares a las impuestas a Grecia y Portugal, dos países beneficiarios de un rescate financiero concedido por los europeos y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

“Es un hecho que habrá que renunciar a prestaciones y ventajas sociales” en todas las naciones endeudadas, reconocen fuentes de la Comisión Europea.

Pero la culpa es de los gobiernos, afirmaron, ya que “esperaron demasiado tiempo para llevar a cabo las reformas estructurales necesarias”.

Entre los ciudadanos, el enojo gana terreno. De la misma forma en que los griegos tomaron las calles durante cuatro días en junio, en España los jóvenes indignados se movilizan desde hace semanas en las principales ciudades contra los recortes y la forma en que los líderes están gestionando la crisis.

Uno de cada cinco jóvenes se halla sin empleo en la Unión Europea (UE), situación precaria que explica además, en parte, los disturbios que siembran ahora el caos en Londres y en otros puntos de Inglaterra. Mientras Alemania, cuyos contribuyentes son renuentes a seguir pagando por sus socios más frágiles en la zona euro, reclama más sacrificios, muchos expertos advierten del arma de doble filo que supone la austeridad.


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