El Presupuesto Disminuye, el Dólar Aumenta, los Impuestos Crecen... CRÍTICO PANORAMA ECONÓMICO Y FINANCIERO 2016
*PEMEX y CFE se Desbarrancan porque los Dejan sin Recursos Prepuestales, la Precariedad Laboral Continúa...
Investigadora titular del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM,
Miembro de la Sociedad de Economía Política y Pensamiento Crítico de América Latina
*Pese a la Crisis Presupuestal los Salarios de los Altos Funcionarios no Bajan Reciben un Aumento.
*La desocupación se concentra entre los jóvenes entre 15 y 24 años y los adultos de 25 a 44 años.
*La participación de las remuneraciones de los trabajadores han caído al 26% del Producto Interno Bruto.
Miembro de la Sociedad de Economía Política y Pensamiento Crítico de América Latina
El presupuesto federal y los trabajadores
La política económica se expresa y concreta
en la Ley de Ingresos de la Federación y en el Presupuesto público y es
ahí donde el neoliberalismo impide la participación de los trabajadores y
del pueblo en general, al haber aprobado la Suprema Corte una reforma
constitucional que impide que las finanzas públicas puedan ser sometidas
a referéndum público.
En este proceso las fuerzas políticas
tradicionales, los viejos partidos políticos, expresan sus débiles
diferencias con el gobierno federal y redistribuyen las migajas entre
sus posibles electores. El presupuesto se organiza y opera desde el
corazón del poder político-económico del país, en donde los grandes
capitales y los poderes fácticos imponen sus intereses.
En la nueva forma de elaboración del
presupuesto denominada, base cero, el Banco Mundial ha venido a poner en
orden, según ellos, las finanzas públicas de nuestro país para
garantizar, decimos nosotros, el pago de la creciente deuda externa y
privada.
La aprobación por el Congreso, acompañada por
una superficial discusión del reparto de los dineros de la nación, se
desenvuelve en la crisis de régimen que atraviesa el país desde el 26-27
de septiembre del año pasado ante la incapacidad del gobierno de hacer
justicia ante la tragedia de Ayotzinapa.
Los ingresos y el presupuesto 2016
Los hacedores de la política económica
nacional, aplican más que teológicamente, los principios neoliberales en
busca de la estabilidad monetaria y el control de la inflación.
En este año disminuyeron el gasto público por
la caída de los precios internacionales del petróleo y pasó septiembre y
pasó octubre y no han informado del cobro de los seguros que compraron
en 2014 para cubrirse de esa posible pérdida El peso se ha devaluado más
de 30% a lo largo de este año y más del 10% de las reservas
internacionales del Banco de México se han utilizado para mantener su
estabilidad sin lograrlo.
Los ingresos petroleros que sostenían la
tercera parte de las finanzas públicas disminuirán con la privatización y
desnacionalización del sector estratégico del país.
La insuficiente reforma fiscal de la que
presumen, realizada hace dos años, elevó la recaudación, haciéndola
descansar más sobre los pequeños y medianos causantes que sobre los
grandes capitales que siguen sin pagar impuestos y recibiendo
millonarias devoluciones.
La Ley de ingresos que presentó el Ejecutivo y
modificó el legislativo espera incrementar los ingresos federales, que
representan cerca de la dos terceras partes del total de ingresos, en
3.6% y sobrepasarán los 3 billones de pesos. Los ingresos representarán
21.5% de la economía nacional (PIB), los petroleros que durante el auge
reciente llegaron a representar 8.9% en 2012, ahora apenas si
representarán 4.5 y los tributarios 12.6%, uno de los más bajos del
mundo.
En la Ley de Ingresos propuesta por el
legislativo, los impuestos representarán 78% de los ingresos federales y
su recaudación aumentará 20%; el de la renta elevará su participación
al 40% de los ingresos recibidos con un incremento en la recaudación de
14.4%. La recaudación del IVA apenas aumentará 2.2%, mientras los
impuestos especiales sobre producción y consumo más del 100%; la
recaudación por gasolinas y diésel para combustión automotriz, en
particular, multiplicará su participación de uno por ciento al 7.2% de
los ingresos ya que se multiplicará 5.7 veces: ¡Y se atreven a afirmar
que no subirán los precios!, al mismo tiempo que disminuyen los
impuestos a juegos con apuestas y sorteo (15.7%), los de las redes
públicas de telecomunicaciones (13%) y los de las bebidas energetizantes
55%, sin importarles la salud pública de los mexicanos, particularmente
la de los niños cuando la diabetes se ha convertido en un problema de
salud pública en el país.
En el presupuesto propuesto por el Ejecutivo,
el gasto programable se contrae 5.8% respecto al de este 2015,
registrando una caída mayor en los ramos administrativos (9.9) y en las
empresas productivas del Estado (11.5%), lo que anuncia no austeridad y
manejo honesto de las finanzas sino un despido de miles de trabajadores.
Pemex, que concentra 13.4% de los recursos
verá caer su presupuesto 14.2%, y la CFE 7.6%. Destaca la caída del
presupuesto de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y de la de
Agricultura, Ganadería, Desarrollo rural, Pesca y Alimentación en 25 y
20%, respectivamente. Mientras el de la Secretaría de Defensa,
prácticamente no cambiará al disminuir apenas 1.6%. Por el contrario, el
poder judicial, registra el mayor incremento, de 27.5%, representando
1.5% del total del presupuesto, sin que se reconozca el colapso del
sistema de justicia del país.
Por la denominada clasificación funcional, al
gobierno le corresponde 6.2% del gasto programable y se contrae 11.5%.
Los asuntos de seguridad nacional concentran 41.4% de sus recursos, los
de orden público y seguridad interior la quinta parte y a los de
justicia 18.5%. Las funciones de desarrollo social concentran 61.7% del
total del gasto, y prácticamente permanecerá igual que este año, es
decir insuficientes; de ellos la mayor parte van a protección social,
educación y salud. Y las funciones de desarrollo económico disminuirán
14.6%, representando 28.5% del total, en las cuáles la inversión pública
seguirá mostrando un funcionamiento incapaz de impulsar el crecimiento
económico del país.
¿Qué significa todo esto y por
qué nos debe interesar a todos los trabajadores y por qué debería ser un
tema de debate nacional?
En primer lugar hay que señalar que ante la
caída de los ingresos públicos en el marco de la crisis mundial del
capitalismo, la caída de los precios del petróleo y en general de los
precios internacionales de las materias primas, la guerra de divisas, la
crisis financiera no resuelta, la ofensiva imperialista profundiza las
políticas neoliberales que han descargado sobre los trabajadores y las
naciones el costo de la crisis, con caída de los salarios, el desempleo y
las privatizaciones.
En México, la participación de las
remuneraciones de los trabajadores han caído del 40% del Producto
Interno Bruto que llegaron a representar en 1981 al 26% en 2014; el
salario mínimo es uno de los más bajos del mundo y apenas si tres
cubrirían el costo de una canasta básica.
Entre el IV trimestre de 2012 y el II
trimestre de 2015, es decir en dos años y medio del gobierno de Peña
Nieto se crearon apenas 1.5 millones de puestos de trabajo al alcanzar
la población ocupada un total de 50.3 millones de personas; los
trabajadores por cuenta propia aumentaron 13.4% y representaron 88% de
los nuevos puestos, mientras los asalariados aumentaron apenas lo
hicieron 1.1% con 346 mil 875 nuevos puestos de trabajo.
Los trabajadores subordinados y remunerados
apenas aumentaron 0.6% y alcanzaron 34.2 millones de trabajadores; en la
manufactura se crearon 511 mil 279 puestos de trabajo y se perdieron 44
246 en la construcción. En este grupo fundamental de trabajadores se
crearon 1.3 millones de puestos de trabajo con bajos salarios
equivalentes hasta dos salarios mínimos, mientras se perdieron 1.5
millones de puestos de trabajo con salarios entre más de dos y hasta más
de cinco salarios mínimos, al tiempo que aumentaba, en más de un millón
de personas, el número de trabajadores sin acceso a las instituciones
de salud ni prestaciones.
La desocupación se concentra entre los
jóvenes entre 15 y 24 años y los adultos de 25 a 44 años, y entre los
que tienen mayor nivel de instrucción, 42% con educación media superior y
superior.
Las políticas contra la desigualdad, contra
la pobreza, han dado raquíticos resultados ya que no se centran en
cambios estructurales que incidan en el crecimiento del empleo bien
remunerado y en el pago de impuestos del gran capital, sino en políticas
compensatorias para paliar la desesperación y el hambre, a la vez que
los millones de trabajadores mexicanos, indocumentados y documentados,
en Estados Unidos han enviado miles y miles de millones de dólares para
sostener a sus familias.
Y todo ello se acompaña de nuevas formas de
asociación pública privada que entrega al capital financiero las
principales actividades del país que más temprano que tarde se
convertirán en deuda pública. Y ahí están los fondos más fondos
financieros para la infraestructura urbana, de transporte e industrial, y
ahora para la educativa.
La política económica muestra así que el
presupuesto de base cero conlleva la ratificación de la política
neoliberal contra los trabajadores y los intereses nacionales e implica
cero cambios en las políticas concentradoras del ingreso y del poder en
nuestro país.
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