Oposición venezolana arrebata al chavismo el control del Congreso

El expresidente colombiano Andrés Pastrana (centro), acompañado por los expresidentes de Bolivia, Jorge Quiroga; de Uruguay, Luis Alberto Lacalle y dirigentes opositores, durante una conferencia de prensa en la casa de campaña de la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), en Caracas. Foto: Xinhua
El expresidente colombiano Andrés Pastrana (centro), acompañado por los expresidentes de Bolivia, Jorge Quiroga; de Uruguay, Luis Alberto Lacalle y dirigentes opositores, durante una conferencia de prensa en la casa de campaña de la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), en Caracas.
Foto: Xinhua
CARACAS, Ven. (proceso.com.mx).- La oposición venezolana obtuvo un significativo triunfo electoral este domingo al arrebatarle la mayoría de la unicameral Asamblea Nacional (AN) al oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), con lo cual  el chavismo deberá gobernar por primera vez en 17 años sin el control de ese poder del Estado.
Según los resultados oficiales parciales divulgados por el Consejo Nacional Electoral (CNE), la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) logró una mayoría calificada, de al menos tres quintas partes de la AN, en lo que constituye apenas la segunda derrota del chavismo en las 20 elecciones que se han realizado en Venezuela desde 1998.
Las cifras parciales que dio a conocer la presidenta del CNE, Tibisay Lucena, señalaron que la MUD obtuvo al menos 99 diputaciones, mientras que el  gobernante PSUV y su coalición electoral Gran Polo Patriótico (GPP) quedaron con al menos 46.
Aunque quedan por adjudicar 22 diputaciones por la falta de resultados consolidados en ese número de escaños, es claro que la oposición logró una victoria contundente ya que más que duplicó al bloque oficialista.
De acuerdo con los resultados parciales leídos por Lucena pasada la medianoche, que incluyen el escrutinio del 96.03 por ciento de los votos emitidos el domingo, la participación llegó al 74.23 por ciento de los votantes inscritos, un porcentaje sin precedentes en una elección legislativa.
Al reconocer la derrota, el presidente venezolano Nicolás Maduro culpó de los resultados a la “guerra económica” -que según el mandatario es una estrategia de la oposición, la burguesía y el imperialismo para provocar desabasto- y sostuvo que “circunstancialmente ha triunfado una contrarrevolución  en puertas”.
Maduro, quien en abril de 2013 sucedió en la presidencia de Venezuela al fallecido Hugo Chávez,  llamó a las fuerzas oficialistas a replantearse “muchos aspectos de la política de la revolución” y a emprender “una nueva etapa”.
Con el triunfo de la MUD, una coalición de partidos opositores, Maduro estará obligado a negociar con el Legislativo para aprobar sus iniciativas de ley.
La mayoría calificada le permitirá a la oposición aprobar o rechazar el presupuesto público, convocar a referendos consultivos sobre asuntos de interés nacional, emitir votos de censura al vicepresidente y a los ministros y autorizar viajes del presidente al extranjero cuando sean de más de cinco días.
Además, la oposición asumirá la mesa directiva de la Asamblea y la presidencia de las principales comisiones legislativas y podrá ejercer funciones de control político a los ministros y funcionarios públicos mediante interpelaciones, investigaciones y preguntas.
La mayoría legislativa también podrá declarar la incapacidad física o mental permanente del presidente, siempre y cuando esta haya sido certificada por una junta médica designada por el Tribunal Supremo de Justicia, así como declarar el abandono del cargo por parte del mandatario.
También tendrá facultades para destituir al vicepresidente o a ministros y designar o remover a integrantes del Consejo Nacional Electoral.
En caso de que llegue a 110 legisladores, la oposición podrá someter a referendo tratados internacionales que pudieren comprometer la soberanía nacional, modificar leyes orgánicas, remover a magistrados del Tribunal Supremo de Justicia y convocar a una Asamblea Nacional Constituyente.
El dirigente opositor Henry Ramos Allup estimó que al finalizar el escrutio la MUD quedará con entre 113 y 115 diputados.
“No vamos a actuar como contrapoder sino como poder autónomo. Esto es el fin de la hegemonía política que ha gobernado a Venezuela los últimos 17 años y lo primero que vamos a hacer es promulgar una ley de amnistía a los presos políticos”, dijo.
Entre estos figuran los opositores el ex alcalde de Chacao, Leopoldo López, y el alcalde metropolitano de Caracas Antonio Ledezma.
Jornada tranquila
La jornada electoral se desarrolló con tranquilidad y una alta participación de votantes para tratarse de una elección legislativa.
La oposición denunció irregularidades aisladas en las principales ciudades del país, como actos proselitistas de militantes del PSUV a pesar de la veda electoral y acoso de grupos chavistas a testigos en mesas de votación con la complacencia de los militares encargados de custodiar los centros de sufragios.
La principal controversia registrada antes del cierre de las mesas de votación fue la decisión del CNE de retirar las credenciales de “observadores políticos” a los ex presidentes Andrés Pastrana (Colombia), Jorge Quiroga (Bolivia) y Luis Alberto Lacalle (Uruguay), por formular declaraciones acerca del desarrollo de los comicios.
Lucena, la presidenta del CNE, señaló que los ex gobernantes, quienes visitaron Venezuela por invitación de la MUD, hicieron “algunas declaraciones que no tienen cabida en estas elecciones”, en “en plena flagrancia contra las leyes electorales que rigen en Venezuela”.
Quiroga, quien declaró que había observado “ventajismo electoral” del gobierno durante la jornada y un intento por “invisibilizar a la oposición”, dijo tras conocerla decisión del CNE que la lucha por la democracia o está sujeta “a un pedazo de papel efímero”.
El presidente de la unicameral Asamblea Nacional y candidato a su reelección como diputado, Diosdado Cabello, pidió la expulsión del país de los tres ex presidentes.
A pesar de la controversia, las votaciones transcurrieron de manera pacífica y las denuncias de irregularidades que hizo la posición no fueron la tónica de la jornada.
En los centros electorales hubo mucha fluidez en el procedimiento para emitir los votos, que en este país se realiza de manera automatizada, con pantallas en las que los ciudadanos eligen a los candidatos de su preferencia oprimiendo el logotipo de su partido.
La normalidad  con que transcurrieron los comicios contrastó con la crispación política que vivió Venezuela en las últimas semanas en el marco de la campaña electoral, durante la cual el presidente Nicolás Maduro encabezó actos proselitistas de los candidatos del oficialista Gran Polo Patriótico  (GPP) e inauguró decenas de obras con llamados a votar por el chavismo.
El gobernante, quien incluso advirtió que se lanzaría a las calles y convocaría a una alianza “cívico-militar” si  ganara la oposición, mostró desde el sábado, en la víspera de los comicios, un tono conciliador que el analista político José Amando Mejía consideró como “parte de una estrategia para dar una imagen más democrática al exterior”.
La noche del sábado, Maduro recibió incluso en el Palacio de Miraflores, sede del Ejecutivo, a  los ex presidentes Pastrana, Quiroga y  Lacalle, quienes han cuestionado el talante democrático del mandatario venezolano.
En una reunión por separado con invitados especiales del PSUV, el gobernante, quien hace dos semanas aseguró que  el chavismo ganaría “como sea” los comicios legislativos,  ofreció “respeto absoluto” a los resultados de la votación, que fue la vigésima que se realiza en Venezuela en 17 años de chavismo.
Además sostuvo que el sistema electoral venezolano “es el más seguro y blindado de América Latina y yo creo que en buena parte del mundo”.
El hecho es que durante la jornada de votación se advirtió una preocupación de oficialismo por pedir a su militancia que no incurriera en prácticas irregulares que se han observado en elecciones anteriores, como la masiva asistencia de votantes chavistas a los centros electorales con las camisetas rojas que identifican a esa corriente política.
“Nos dijeron que esta vez no usáramos esas franelas (camisetas)”, dijo en un centro de votación en el populoso barrio de Petare el trabajador de la empresa de electricidad de Caracas Edison Fuentes.
Incluso los llamados “motorizados”, que son grupos chavistas de choque que circulan en caravanas de 10, 20 y hasta 100 motocicletas por las calles de Caracas en días de elección,  esta vez no iban vestidos con camisetas rojas.
“Esos es porque hay que ser imparciales“, dijo uno de ellos que llevaba una pistola escuadra al cinto.
Por la noche, tras el cierre de mesas, la expectativa del país se centró conocer los resultados que daría conocer el CNE.
En las instalaciones del organismo, en el centro de Caracas, se dieron cita unos 160 periodistas nacionales y extranjeros cuyo acceso a las instalaciones principales estuvo prohibida. En cambio, fueron  ubicados en una carpa instalada en las afueras del recinto, a donde se trasladaron los cinco  rectores de la máxima institución electoral  tras una encerrona en la llamada “sala de totalización”, en medio de llamados de la oposición para que dejaran de retrasar la divulgación de resultados.
Lucena, la rectora presidenta del CNE, es una socióloga muy cercana al gobierno y quien fue acusada por la oposición de ser totalmente complaciente con la intervención de Maduro en el proceso electoral y con el uso de recursos públicos en la campaña oficialista.
Un ejemplo del vínculo entre el gobierno y el máximo organismo electoral es que el predecesor de Lucena, Jorge Rodríguez, es el actual alcalde de Caracas por el PSUV y fue el jefe de campaña de ese partido y el GPP en estos comicios legislativos.
Tres de los otros cuatro rectores también han sido señalados por la MUD como afines al PSUV. El único de los cinco que ha dado muestras de independencia ha sido Luis Emilio Rondón, quien criticó la decisión del CNE de postergar una hora el cierre de mesas electorales y argumentó que esa decisión es contraria a la ley.
El ministro de Defensa, general Vladimir Padrino, dijo tras la jornada electoral que fue un “proceso impecable”, sin incidentes de importancia y desarrollado con plena normalidad.
El ex presidente español José Luis Rodríguez Zapatero, quien visitó Venezuela junto con su el ex mandatario panameño Martín Torrijos para observar la jornada, dijo a periodistas en un centro de votación que no sólo hay que analizar lo que ocurrió este domingo sino la manera en que se desarrolló la campaña en las semanas previas.
La oposición denunció el abierto uso de recursos públicos para desarrollar las campañas de los candidatos del PSUV y movilizar a su electorado, así como la “coerción” oficial a los tres millones de empleados públicos para que votaran por el chavismo y comprometieran en ese propósito a sus familiares y amigos.
Los comicios legislativos se realizaron en un contexto de profunda crisis económica y social cuya principal expresión es la escasez de alimentos y artículos de primera necesidad. El 95 por ciento de los venezolanos no encuentra lo que busca en el mercado.
Este año, la economía de Venezuela caerá un 10 por ciento, lo que se suma al desplome del 4 por ciento del año pasado. La inflación anualizada llegó en noviembre a 211 por ciento, la más alta del mundo, y los trabajadores necesitan 14.8 salarios mínimos para adquirir la canasta básica estimada para una familia de cinco miembros.
La actual AN, que surgió de los comicios legislativos de 2010, está bajo control del PSUV, que tiene 99 de los 165 diputados, el 60 por ciento del total, mientras que la MUD cuenta con 54, apenas la tercera parte, y 12 son independientes.

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