Lógica y razonamiento

Martes, 01 de Junio de 2010 00:00
Escrito por Cecilia González Arenas Se define a la lógica como la parte de la filosofía que estudia la estructura, fundamento y uso de las expresiones del conocimiento humano; estudia, además, la coherencia del razonamiento.
En el lenguaje común, la lógica es un conjunto de normas que tiene la finalidad de que el hombre proceda con orden, facilidad y sin error en el trabajo de la razón.
Razón, del latín ratio, es la facultad de pensar expresada en palabras o frases que se utilizan en el discurso; aquello que es conforme al derecho, la justicia, y el deber. De ahí que el razonamiento sea la acción o efecto de razonar y así emitir conceptos dirigidos a demostrar algo.
El título de este artículo se explica por los hechos y acontecimientos más recientes en el ámbito social y político de México. Los ejemplos son numerosos; pero solamente se tomarán dos como muestra de la falta de lógica y razonamiento de las autoridades.
El primero, es el doloroso fallecimiento de la pequeñita discapacitada que al principio se pensó que había sido secuestrada y, al efecto, se colocaron sendos espectaculares y se repartieron volantes con mensajes para los supuestos secuestradores.
La noticia estuvo por más de un mes en las pantallas televisivas, en los noticieros y en la nota roja de los periódicos. El caso de la niña Paulette fue objeto de supuestas o reales investigaciones, incluyendo a perros rastreadores. Todo ello, condujo a la respetable teleaudiencia y lectora al convencimiento de que había sido un asesinato, cuya autoría no se conocía, pero se especuló con la idea de que podía ser la madre de la niña, las nanas o algún intruso en el departamento de lujo en donde vivía la familia.
Después del arraigo a los padres y a las nanas, finalmente, el procurador (ahora ex) del estado de México, presentó una conferencia de prensa en donde señaló, sin lugar a dudas, que se trató de un accidente y que la pequeña estuvo por más de 9 días escondida en un hueco de su cama, perdida entre cobijas y edredones.
Y aquí surgen preguntas sin respuesta que se pueden ubicar como ejercicio de lógica y de razonamiento. ¿Por qué las dos nanas no detectaron al pequeño cuerpo si tuvieron que tender en varias ocasiones la cama en donde apareció la niña? ¿Tampoco las personas que utilizaron la cama percibieron algo diferente? ¿Por qué los perros, con un olfato excepcional, no detectaron el cuerpo? ¿Por qué los investigadores nacionales y extranjeros, quienes revisaron la habitación N veces no detectaron olores o algo inusual? En este caso, los investigadores reprobaron en lógica y en razonamiento. Se advirtió ineficacia, insensibilidad y corrupción en caso de que se estén protegiendo intereses ajenos.
El otro ejemplo, también muy lamentable, es la “desaparición” del ex candidato presidencial, ex senador y abogado litigante de uno de los despachos con mayor éxito del país, cuya reputación se basó en el de tráfico de influencias ya que ganó asuntos multimillonarios al gobierno.
En el número más reciente de la revista Proceso, hacen un minucioso recuento de los grandes negocios del personaje desaparecido. El caso es que también aquí se puso de manifiesto la falta de lógica y razonamiento de las autoridades locales y federales que no tuvieron éxito en sus investigaciones y también al aceptar, a requerimiento de sus familiares, que la PGR no siguiera investigando dicha desaparición. Para algunos analistas, la Procuraduría no puede declinar una investigación tan importante tratándose de un personaje influyente como el licenciado Fernández de Cevallos.
En este segundo caso también se puso de manifiesto con extrema crueldad que hay ciudadanos de primera y ciudadanos de tercera o cuarta, cuya desaparición no merece una línea en los periódicos o un señalamiento en los noticiarios radiofónicos y televisivos.
Se sabe que ha habido desapariciones forzadas de cientos o quizá miles de ciudadanos y ciudadanas mexicanos y, sin embargo, de ellos no se ha conocido investigación alguna que arroje resultados satisfactorios para sus familias.
Simplemente desaparecen en un levantón y jamás se vuelve a saber de ellos. Este es uno de los mayores flagelos que existen, más doloroso que la muerte de un ser querido.
Todos los mexicanos oramos y suplicamos porque el señor Fernández de Ceballos reaparezca sano y salvo; pero también deseamos que se atiendan a las demás desapariciones de tantos jóvenes y personas que siguen provocando un gran dolor en sus familiares, y, por supuesto, que a la sociedad no se le niegue el derecho a la información tan sólo porque así o decidieron los medios de comunicación y la Procuraduría.
Por último, hacemos votos porque el Legislativo revise el sistema de impartición de justicia que padece de grandes deficiencias. Que se finquen responsabilidades jurídicas a los investigadores ineptos y a juzgadores parciales.
ADDENDA. Solidaridad con los trabajadores morelenses del SME, salvajemente reprimidos el jueves 27 por más de 400 policías federales. Se agota la capacidad de asombro e indignación en torno a lo que sucede después de la injusta e ilegal extinción de LyFC dictada por el gobierno. ¿Hasta dónde llegarán las autoridades?

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