La justicia no se hizo para los trabajadores
Descontento a lo largo del país
Martín Esparza Flores
A lo largo de ocho días de intensas jornadas donde en siete estados de la república y 14 ciudades el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) realizó una intensa actividad a través de mítines, foros, brigadas y conferencias, puede afirmarse que el agotador pero fructífero periplo nos permitió conocer el pulso real del descontento que priva en nuestro país, y tener los argumentos irrebatibles de que en México no hay justicia para los trabajadores.
A lo largo de ocho días de intensas jornadas donde en siete estados de la república y 14 ciudades el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) realizó una intensa actividad a través de mítines, foros, brigadas y conferencias, puede afirmarse que el agotador pero fructífero periplo nos permitió conocer el pulso real del descontento que priva en nuestro país, y tener los argumentos irrebatibles de que en México no hay justicia para los trabajadores.
La lucha del SME encontró a su paso un
gigantesco eco entre la población que de manera espontánea lo mismo
manifestó su irrestricto apoyo a nuestro movimiento de resistencia
pacífica, que tomó el micrófono para expresar, de manera natural y
directa, su desacuerdo con las antisociales políticas públicas.
Es indudable que lo logrado en el
recorrido de la Caravana por el Derecho y la Justicia del Trabajador que
partiera del Zócalo de la ciudad de México el pasado 17 abril para
concluir en la fronteriza ciudad de Nuevo Laredo, Tamaulipas, el
miércoles 24, ha sentado un precedente histórico en la lucha sindical
del país, uniendo en una sola voz los reclamos y las injusticias de la
clase trabajadora y los más diversos sectores sociales; entre ellos, los
estudiantes que mostraron su interés por conocer a fondo los
arbitrarios e infundados argumentos de los ministros de la Corte para
revocar, el pasado 30 de enero, el amparo que emitió en favor del SME el
Segundo Tribunal Colegiado de Circuito en Materia de Trabajo, el 13 de
septiembre del 2012 y que concedía la reinserción laboral de 16 mil 599
electricistas a través de la sustitución patronal de la Comisión Federal
de Electricidad (CFE).
Por todas y cada una de las plazas
públicas, el SME rompió el cerco informativo instrumentado por el
gobierno federal desde el sexenio pasado para ir a informar de las
justas razones de su lucha al pueblo de México; ahora, incluso más allá
de nuestra antes zona de influencia, en estados como Querétaro, San Luis
Potosí, Coahuila, Monterrey y Tamaulipas. Toda esa gente que salió a
nuestro encuentro, que escuchó con interés nuestros motivos y nos mostró
su irrestricto apoyo, se ha convertido también en parte de la fuerza
motriz que nos alienta a seguir adelante, al lado de las inaplazables
demandas de una sociedad agraviada en sus derechos y en su maltrecha
economía familiar.
Miles y miles de ciudadanos saben ahora
el porqué a causa de las erradas e ilegales decisiones de quienes
imparten la justicia en nuestro país, los electricistas del SME se ven
orillados a acudir ante los tribunales internaciones para obtenerla,
como la denuncia que habrá de presentarse en la sede de la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en Washington. No puede dejar
de mencionarse que, al paso de la caravana por distintos puntos,
abundaron las denuncias de trabajadores y ciudadanos en su conjunto, en
contra de la política permanente de autoridades federales, estatales y
municipales por despojar a los trabajadores de sus derechos, pues no hay
la menor duda de que la reforma laboral aprobada con el contubernio de
panistas y priistas ya ha comenzado a hacer estragos por todos los
rincones de la nación, mostrando la descarada complicidad de las
autoridades en favor de los intereses de los empresarios. Prototipo de
tales abusos es el movimiento que sostiene el Sindicato Paz y Lucha de
Querétaro, perteneciente a la rama textil, en huelga desde hace 6 años,
ya que a sus agremiados las autoridades federales les niegan el derecho
al pago sus indemnizaciones, favoreciendo al patrón.
Por ello, luego de evaluar de forma
directa el pulso del país, queda más claro que nunca la impostergable
necesidad de que el próximo primero de mayo, Día Internacional del
Trabajo, sindicatos independientes, organizaciones sociales y los miles
de mexicanos agraviados por la política económica capitalista que
insiste en mantener vigente al modelo neoliberal salgamos a
manifestarnos en su contra, porque la voz de descontento y la exigencia
de justicia no es exclusiva del SME, sino de todo el país.
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