‘‘Pacto social’’ y anular reformas, demandan gremios independientes




Decenas de gremios que integran la Unión Nacional de Trabajadores y el Frente Sindical Mexicano se manifestaron ayer en las calles del Distrito Federal para exigir que el gobierno ponga freno a las agresiones laborales contra empleados. Anunciaron la creación de una nueva central obrera, que aglutinará a sindicatos y sectores informales. Gran parte de los participantes eran maestros de la CNTE Foto Carlos 
 Cisneros





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Enfrentamiento entre jóvenes encapuchados y elementos policiacos en la calle 5 de MayoFoto Marco Peláez
Patricia Muñoz, Laura Poy y Alonso Urrutia
Periódico La Jornada
Jueves 2 de mayo de 2013, p. 7 

Un ‘‘pacto social’’, freno a las ‘‘agresiones’’ del gobierno contra los obreros, derogación de las reformas educativa y laboral, ‘‘porque erosionan los derechos de los trabajadores’’, y cambio del rumbo económico del país, pues el actual ‘‘va al desastre’’, demandaron ayer las centrales sindicales independientes en el Día del Trabajo. Anunciaron la creación de una nueva central obrera que aglutinará gremios sindicales y sectores informales.
Este primero de mayo –fecha en que se cumplen 100 años de esta conmemoración en México–, decenas de gremios obreros independientes integrantes de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) y del Frente Sindical Mexicano (FSN) marcharon al Zócalo. Gran parte del contingente estuvo conformado por maestros de Michoacán, Oaxaca, Distrito Federal, Guerrero y Chiapas, integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), que luego de la movilización se instalaron en ‘‘plantón nacional indefinido’’ frente al Palacio de Minería.
Participación variopinta
A los miles de los trabajadores de los sindicatos de la UNAM, Conalep, Bachilleres, mineros, tranviarios, telefonistas, pilotos, sobrecargos, de la industria nuclear, electricistas y más, se sumaron organizaciones de colonos como la Unión de Pobladores Tierra y Libertad, Unión Popular Revolucionaria Emiliano Zapata, así como empleados de dependencias públicas como el Nacional Monte de Piedad, Nacional Financiera y Bancomext, entre muchos otros.
Hubo quema de un monigote que representaba al presidente Enrique Peña Nieto, mantas contra la política económica, los gasolinazos, las reformas, el pacto, camisetas que señalaban: ‘‘No estamos indignados, sino encabronados’’ y las consignas que hablaban del hartazgo de los trabajadores con la clase política.
Tampoco faltaron las pedradas, botellazos y petardos. Estos últimos de integrantes de colectivos anarquistas que se colaron en la marcha y frente al Senado apedrearon a dos policías; en el Eje Central lanzaron objetos contra el Palacio Postal, y en 5 de Mayo los blancos fueron comercios y edificios públicos.
En esta marcha se tuvo un inusual operativo de seguridad, que incluyó vallas metálicas de más de tres metros de altura en gran parte de las calles del primer cuadro, para resguardar bancos, hoteles, comercios, instalaciones públicas y prácticamente se blindaron los accesos a la Plaza de la Constitución.
En ese contexto, el reclamo obrero se centró en que el Pacto por México, que impulsa el gobierno, ‘‘tiene que transformarse y ser también social’’. Apuntaron que no se van a dar por vencidos con las reformas y van a continuar con sus movilizaciones contra ellas.
Durante el mitin, dirigentes de varias secciones de la CNTE coincidieron en que arranca una nueva etapa de acciones y van a continuar las movilizaciones en sus estados; informaron también que marcharán en la capital del país para exigir la abrogación de la reforma educativa. Finalmente convocaron a instalar un plantón en el Zócalo (lo que fue impedido) y llamaron a un paro nacional indefinido.
Por la presidencia colegiada de la UNT, Francisco Hernández Juárez y Agustín Rodríguez denunciaron que en el Pacto por México no están considerados los sectores sociales, sino sólo los políticos; que en las reformas no se tomó en cuenta la voz de los trabajadores y que la Cruzada Nacional contra el Hambre no atiende los problemas centrales de la pobreza y sólo es ‘‘clientelar’’.
A su vez, los dirigentes del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), Martín Esparza; la Alianza de Tranviarios, Benito Bahena, y de varias secciones de la CNTE, informaron que impulsan una nueva central que agrupará gremios obreros, trabajadores informales, desempleados y organizaciones sociales como la de usuarios de luz. Esparza planteó que las dos acciones inmediatas de esta organización serán organizar a todos los inconformes contra los altos cobros de energía eléctrica y se creará una red de cooperativas de consumo popular.
El mitin fue también foro para que los trabajadores demandaran solución al caso Mexicana de Aviación, los mineros reclamaran el cese del ‘‘hostigamiento’’ a su dirigente, Napoleón Gómez Urrutia, y los sobrecargos denunciaron que Aeroméxico ‘‘quiere arrasar’’ con sus salarios y prestaciones.
En la marcha, que según los organizadores reunió a más de 35 mil trabajadores y que datos del gobierno capitalino señalan que fueron 25 mil, hubo conatos de gresca entre policías y jóvenes vestidos de negro, con los rostros cubiertos y camisetas y banderas con la letra A de los grupos anarquistas. Los problemas se originaron en 5 de Mayo, donde los encapuchados lanzaron piedras contra las cortinas metálicas de los comercios e intentaron derribar una de las vallas en la esquina con Palma, usando tubos y cadenas.
Esto generó que un contingente de maestros de la sección 22 del SNTE en Oaxaca se replegara e hiciera un hueco para desmarcarse de las acciones. La policía contuvo a los manifestantes, quienes corrieron hacia el Zócalo a mezclarse con los trabajadores, luego de realizar pintas en casetas telefónicas y mobiliario urbano. No obstante, entre ellos mismos llamaban a la calma y a ‘‘no caer en la provocación’’.
Mientras tanto, en la plancha continuaban consignas como ‘‘¡Les guste o no les guste, el primero de diciembre les dimos en su madre y lo volveríamos a hacer!’’, y ‘‘Este día no es de fiesta, es de lucha y de protesta’’. También estuvieron presentes trabajadores de tierra de Mexicana, el sindicato independiente del Metro, jubilados tranviarios y ferrocarrileros. Los de SME portaron incluso ataúdes en los que llevaban ‘‘muerta a la justicia’’ y un burro de cartón que estaba ‘‘marchando con la prole’’.

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