Demagogia de la reacción

Carlos Ramiro Vargas

Muy atrasados de noticias andan aquellos que aquí en Colima, apenas se dieron cuenta de que el pendenciero secretario del Trabajo del gabinete calderonista, Javier Lozano Alarcón, es uno de los presidenciables panistas más fuertes para la gran confrontación electoral del 2012, -junto con Ernesto Cordero de la SHCP y Alonso Lujambio de la SEP, e incluso Josefina Vázquez Mota, coordinadora de los diputados federales panistas-, gracias precisamente a su política reaccionaria y enemiga de la clase trabajadora, como ha dado muestras fehacientes con la ofensiva radical que con el uso de todo el poder del Estado mexicano y sus cuerpos represivos en manos de la derecha neoliberal, -pariente cercana de sus pares de la extrema derecha priísta aún activos, como Fernando Moreno e Ignacio Peralta Sánchez, aquí en nuestra entidad-, se ha desplegado en contra del Sindicato Mexicano de Electricistas, SME, o contra el histórico sindicato de la minera Cananea, con total alevosía y ventaja, en el estado de Sonora.
Pues ahora que tanto polvo ha creado la intempestiva visita de Lozano Alarcón a nuestra entidad, a inicios de la semana que hoy termina, vale la pena puntualizar, analizando la estructura de su discurso y de sus acciones en tanto uno de los hombres fuertes del gabinete federal, como un alto contenido de sus declaraciones vertidas a la prensa colimota, contienen verdades a medias con las que pretende justificar la total inutilidad del gabinete panista en materia económica y laboral, y de paso, golpear al PRI y a uno de los políticos más nobles y con mayor sensibilidad humana y social que ha dado Colima, como es nuestro primer mandatario, Mario Anguiano.
Dado que en primer lugar, al señalar con dedo flamígero por parte del secretario aludido, el hecho de que el gobierno colimense bajo la anterior administración cavacista no haya cumplido con sus compromisos en el fomento del empleo, durante 2007, 2008 y 2009 y en lo más duro de la crisis, pues los seis millones de pesos que la Secretaria de Fomento Económico al mando de Nacho Peralta tenía asignados para la urgentísima creación de puestos de trabajo en 2009, no fueron aplicados, perdiéndose así seis millones de los 16 millones aportados por el gobierno federal, de un total de 22 millones presupuestados para tan vital encomienda; es necesario recordar, cómo, cuando la mega crisis económica se veía venir desde los Estados Unidos reventando las puertas de la economía nacional ya en el 2º trimestre del 2008, el presidente Calderón afirmó a voz en cuello al igual que hizo el hoy alcalde Ignacio Peralta, que a los mexicanos ni gripe nos iba a dar, resultando pese a las advertencias que escasos periodistas nacionales hicimos al respecto desde ese entonces, entre ellos quien esto escribe, aquí en Ecos de la Costa, que no sólo iba a ser gripe, sino una verdadera neumonía la que nos atacaría, provocando más de un millón de pérdidas de puestos de trabajo dentro de la economía formal, así como la no generación de otro millón y medio de empleos que cada año necesitan los jóvenes para incorporarse a las actividades productivas.
Por eso, la presunción de Lozano Alarcón de decirnos que en lo que va del 2010 el gobierno federal ha creado 35 mil nuevos puestos de trabajo, esconde la extrema gravedad por la que pasa la economía de la clase trabajadora Azteca, de la cual, la colimense no es excepción, producto en parte importante, de la pésima previsión del gabinete calderonista respecto al tsunami económico que se nos echaba encima, desde fines del 2007.
Expresado lo anterior, y sin olvidar que Lozano anda en campaña, Mario Anguiano gobernador, debe de meditar más sus afirmaciones públicas, tarea en la de que nada le sirve su flamante coordinación de comunicación social, ni las supuestas áreas de análisis respectivas, pues de ninguna manera puede considerarse como normal la existencia de más de 20 mil desempleados en Colima, ni siquiera la cantidad de 797 puestos de trabajo perdidos en este 2010.

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