¿Despés de la destrucción del LyFC sigue la UNAM?
May 20th, 2010
La angustia ciudadana se incrementa cada vez más debido a la guerra psicológica aplicada por el estado mexicano. El espacio social se convierte en una verdadera prisión, prevaleciendo la apatía y la deshumanización. Prisión conformada por gruesos barrotes de miedo, terror, confusión, desaliento, desesperanza; inducido todo ello por las televisoras, radiodifusoras y prensa escrita.
La mentira como arma de destrucción masiva se utiliza en contra del Sindicato Mexicano de Electricistas y de todos los movimientos sociales que luchan por los bienes de la Nación y el ejercicio del derecho.
Ante la opinión pública manipulada emocionalmente, se ha acusado al SME de ser la causa del Apocalipsis económico del país; de ser el responsable de lluvias y vientos huracanados que afectan el servicio eléctrico; de sabotajes a líneas subterráneas; e incluso de ignorantes por demandar sus derechos a través de una huelga de hambre en el zócalo capitalino, cuando según funcionarios de gobierno, “en México se vive en un Estado de Derecho”.
Pero ya el día 18 de mayo el presidente de Iberdrola, “el gachupin” Ignacio Sánchez Galán, pide a Calderón “resolver los pequeños escollos” para apropiarse de la energía eólica; esto es, acabar con las protestas de comunidades y sindicatos para recolonizar de nuevo a México, y así como antes, extraer la riqueza nacional.
El gran capital de los corporativos internacionales tiene una voracidad incalculable por los recursos mexicanos, no sólo por los energéticos eólicos, electricidad, petróleo, gas, agua; también quieren privatizar el sistema educativo y apropiarse de los terrenos de Ciudad Universitaria. Si logran acabar con el sistema nervioso central del país, que es la empresa Luz y Fuerza del Centro, sigue el alma de la Nación, esto es la Universidad Nacional Autónoma de México, que en su esencia reza “POR MI RAZA HABLARÁ EL ESPÍRITU”.
Viejo proyecto del PAN yunquista, apropiarse de la plusvalía de los terrenos del pedregal, propiedad de los mexicanos, en que se asienta Ciudad Universitaria. Así, la declaración del 18 de mayo de la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) critica al sistema educativo nacional de no contribuir al combate de la inseguridad pública y el clima de violencia, ya que no actúa como regenerador del tejido social y formador de valores humanistas y cívicos.
Si no falla la memoria, es precisamente la clase patronal el sector que ha instrumentado por todos los medios la desaparición de las materias de Historia, Geografía de México, Civismo y en general del Área de Humanidades.
La clase empresarial y política reflejan la enfermedad mental del psicótico esquizofrénico, cuando acusa a la víctima de ser la culpable de provocarle la ira para violarla incansablemente.
Hoy como en los años 20´s del siglo pasado, la historia de México requiere, exige, la participación de la juventud universitaria para remontar la afrenta nacional; para revertir con su alegría el desánimo, desaliento y confusión. Hoy la trinchera de primera línea está con el movimiento sindical y en particular con el SME, es hora de instrumentar las estrategias de resistencia civil y concientización para expulsar a los neocolonizadores.
La angustia ciudadana se incrementa cada vez más debido a la guerra psicológica aplicada por el estado mexicano. El espacio social se convierte en una verdadera prisión, prevaleciendo la apatía y la deshumanización. Prisión conformada por gruesos barrotes de miedo, terror, confusión, desaliento, desesperanza; inducido todo ello por las televisoras, radiodifusoras y prensa escrita.
La mentira como arma de destrucción masiva se utiliza en contra del Sindicato Mexicano de Electricistas y de todos los movimientos sociales que luchan por los bienes de la Nación y el ejercicio del derecho.
Ante la opinión pública manipulada emocionalmente, se ha acusado al SME de ser la causa del Apocalipsis económico del país; de ser el responsable de lluvias y vientos huracanados que afectan el servicio eléctrico; de sabotajes a líneas subterráneas; e incluso de ignorantes por demandar sus derechos a través de una huelga de hambre en el zócalo capitalino, cuando según funcionarios de gobierno, “en México se vive en un Estado de Derecho”.
Pero ya el día 18 de mayo el presidente de Iberdrola, “el gachupin” Ignacio Sánchez Galán, pide a Calderón “resolver los pequeños escollos” para apropiarse de la energía eólica; esto es, acabar con las protestas de comunidades y sindicatos para recolonizar de nuevo a México, y así como antes, extraer la riqueza nacional.
El gran capital de los corporativos internacionales tiene una voracidad incalculable por los recursos mexicanos, no sólo por los energéticos eólicos, electricidad, petróleo, gas, agua; también quieren privatizar el sistema educativo y apropiarse de los terrenos de Ciudad Universitaria. Si logran acabar con el sistema nervioso central del país, que es la empresa Luz y Fuerza del Centro, sigue el alma de la Nación, esto es la Universidad Nacional Autónoma de México, que en su esencia reza “POR MI RAZA HABLARÁ EL ESPÍRITU”.
Viejo proyecto del PAN yunquista, apropiarse de la plusvalía de los terrenos del pedregal, propiedad de los mexicanos, en que se asienta Ciudad Universitaria. Así, la declaración del 18 de mayo de la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) critica al sistema educativo nacional de no contribuir al combate de la inseguridad pública y el clima de violencia, ya que no actúa como regenerador del tejido social y formador de valores humanistas y cívicos.
Si no falla la memoria, es precisamente la clase patronal el sector que ha instrumentado por todos los medios la desaparición de las materias de Historia, Geografía de México, Civismo y en general del Área de Humanidades.
La clase empresarial y política reflejan la enfermedad mental del psicótico esquizofrénico, cuando acusa a la víctima de ser la culpable de provocarle la ira para violarla incansablemente.
Hoy como en los años 20´s del siglo pasado, la historia de México requiere, exige, la participación de la juventud universitaria para remontar la afrenta nacional; para revertir con su alegría el desánimo, desaliento y confusión. Hoy la trinchera de primera línea está con el movimiento sindical y en particular con el SME, es hora de instrumentar las estrategias de resistencia civil y concientización para expulsar a los neocolonizadores.
La angustia ciudadana se incrementa cada vez más debido a la guerra psicológica aplicada por el estado mexicano. El espacio social se convierte en una verdadera prisión, prevaleciendo la apatía y la deshumanización. Prisión conformada por gruesos barrotes de miedo, terror, confusión, desaliento, desesperanza; inducido todo ello por las televisoras, radiodifusoras y prensa escrita.
La mentira como arma de destrucción masiva se utiliza en contra del Sindicato Mexicano de Electricistas y de todos los movimientos sociales que luchan por los bienes de la Nación y el ejercicio del derecho.
Ante la opinión pública manipulada emocionalmente, se ha acusado al SME de ser la causa del Apocalipsis económico del país; de ser el responsable de lluvias y vientos huracanados que afectan el servicio eléctrico; de sabotajes a líneas subterráneas; e incluso de ignorantes por demandar sus derechos a través de una huelga de hambre en el zócalo capitalino, cuando según funcionarios de gobierno, “en México se vive en un Estado de Derecho”.
Pero ya el día 18 de mayo el presidente de Iberdrola, “el gachupin” Ignacio Sánchez Galán, pide a Calderón “resolver los pequeños escollos” para apropiarse de la energía eólica; esto es, acabar con las protestas de comunidades y sindicatos para recolonizar de nuevo a México, y así como antes, extraer la riqueza nacional.
El gran capital de los corporativos internacionales tiene una voracidad incalculable por los recursos mexicanos, no sólo por los energéticos eólicos, electricidad, petróleo, gas, agua; también quieren privatizar el sistema educativo y apropiarse de los terrenos de Ciudad Universitaria. Si logran acabar con el sistema nervioso central del país, que es la empresa Luz y Fuerza del Centro, sigue el alma de la Nación, esto es la Universidad Nacional Autónoma de México, que en su esencia reza “POR MI RAZA HABLARÁ EL ESPÍRITU”.
Viejo proyecto del PAN yunquista, apropiarse de la plusvalía de los terrenos del pedregal, propiedad de los mexicanos, en que se asienta Ciudad Universitaria. Así, la declaración del 18 de mayo de la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) critica al sistema educativo nacional de no contribuir al combate de la inseguridad pública y el clima de violencia, ya que no actúa como regenerador del tejido social y formador de valores humanistas y cívicos.
Si no falla la memoria, es precisamente la clase patronal el sector que ha instrumentado por todos los medios la desaparición de las materias de Historia, Geografía de México, Civismo y en general del Área de Humanidades.
La clase empresarial y política reflejan la enfermedad mental del psicótico esquizofrénico, cuando acusa a la víctima de ser la culpable de provocarle la ira para violarla incansablemente.
Hoy como en los años 20´s del siglo pasado, la historia de México requiere, exige, la participación de la juventud universitaria para remontar la afrenta nacional; para revertir con su alegría el desánimo, desaliento y confusión. Hoy la trinchera de primera línea está con el movimiento sindical y en particular con el SME, es hora de instrumentar las estrategias de resistencia civil y concientización para expulsar a los neocolonizadores.
La angustia ciudadana se incrementa cada vez más debido a la guerra psicológica aplicada por el estado mexicano. El espacio social se convierte en una verdadera prisión, prevaleciendo la apatía y la deshumanización. Prisión conformada por gruesos barrotes de miedo, terror, confusión, desaliento, desesperanza; inducido todo ello por las televisoras, radiodifusoras y prensa escrita.
La mentira como arma de destrucción masiva se utiliza en contra del Sindicato Mexicano de Electricistas y de todos los movimientos sociales que luchan por los bienes de la Nación y el ejercicio del derecho.
Ante la opinión pública manipulada emocionalmente, se ha acusado al SME de ser la causa del Apocalipsis económico del país; de ser el responsable de lluvias y vientos huracanados que afectan el servicio eléctrico; de sabotajes a líneas subterráneas; e incluso de ignorantes por demandar sus derechos a través de una huelga de hambre en el zócalo capitalino, cuando según funcionarios de gobierno, “en México se vive en un Estado de Derecho”.
Pero ya el día 18 de mayo el presidente de Iberdrola, “el gachupin” Ignacio Sánchez Galán, pide a Calderón “resolver los pequeños escollos” para apropiarse de la energía eólica; esto es, acabar con las protestas de comunidades y sindicatos para recolonizar de nuevo a México, y así como antes, extraer la riqueza nacional.
El gran capital de los corporativos internacionales tiene una voracidad incalculable por los recursos mexicanos, no sólo por los energéticos eólicos, electricidad, petróleo, gas, agua; también quieren privatizar el sistema educativo y apropiarse de los terrenos de Ciudad Universitaria. Si logran acabar con el sistema nervioso central del país, que es la empresa Luz y Fuerza del Centro, sigue el alma de la Nación, esto es la Universidad Nacional Autónoma de México, que en su esencia reza “POR MI RAZA HABLARÁ EL ESPÍRITU”.
Viejo proyecto del PAN yunquista, apropiarse de la plusvalía de los terrenos del pedregal, propiedad de los mexicanos, en que se asienta Ciudad Universitaria. Así, la declaración del 18 de mayo de la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) critica al sistema educativo nacional de no contribuir al combate de la inseguridad pública y el clima de violencia, ya que no actúa como regenerador del tejido social y formador de valores humanistas y cívicos.
Si no falla la memoria, es precisamente la clase patronal el sector que ha instrumentado por todos los medios la desaparición de las materias de Historia, Geografía de México, Civismo y en general del Área de Humanidades.
La clase empresarial y política reflejan la enfermedad mental del psicótico esquizofrénico, cuando acusa a la víctima de ser la culpable de provocarle la ira para violarla incansablemente.
Hoy como en los años 20´s del siglo pasado, la historia de México requiere, exige, la participación de la juventud universitaria para remontar la afrenta nacional; para revertir con su alegría el desánimo, desaliento y confusión. Hoy la trinchera de primera línea está con el movimiento sindical y en particular con el SME, es hora de instrumentar las estrategias de resistencia civil y concientización para expulsar a los neocolonizadores.
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