Felipe Calderón y Javier Lozano son los auténticos saboteadores del país: AMLO

Patricia Muñoz Ríos
Periódico La Jornada
Jueves 20 de mayo de 2010, p. 14



“Saboteadores, lo que se dice saboteadores, son (Felipe) Calderón y Javier Lozano, esos sí lo son”, dijo Andrés Manuel López Obrador a los trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), al acudir al campamento del Zócalo, donde integrantes del gremio llevan a cabo una huelga de hambre masiva.

Desde ahí, López Obrador hizo un llamado a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) para que resuelva en favor de los trabajadores del SME, porque además de restituir el estado de derecho y reivindicar a la justicia, puede desmentir a quienes sostienen que todos los poderes están confiscados por el grupo en el poder.

Desde el “corazón del país, desde la plancha capitalina, les decimos a los ministros de la SCJN que tienen en sus manos una decisión que no sólo puede dignificar al máximo tribunal del país, sino que puede decir a los mexicanos que hay un faro de la legalidad en México”, señaló el político, quien ayer llegó temprano al campamento de los electricista y les ofreció todo el apoyo de su movimiento a su huelga.

Les pidió a los ministros que resuelvan pronto, porque los trabajadores y trabajadoras que están en esta huelga de hambre no tienen porqué seguir sufriendo, ya que son víctimas de un atropello del gobierno “usurpador” de Calderón que actuó a todas luces en forma ilegal sin importar quitar el trabajo a más de 44 mil electricistas, con tal de avanzar en la privatización de una empresa pública.

López Obrador llegó con Jesús Martín del Campo a la cita con los huelguistas y a su llegada fue recibido con gritos de “¡presidente!, ¡presidente!” Aclaró que pidió permiso para visitar a los huelguistas, “para que no se interprete que andamos sacando provecho de otras luchas”.

Uno de los trabajadores en huelga de hambre, Celestino Ovando Salvador, le pidió en nombre de sus compañeros, que los apoye con el “ejército de ciudadanos que lo sigue y que está convencido de que es necesario un cambo en este país”. Agregó que los trabajadores están cansados de este mal gobierno, de que se les maltrate, de la indiferencia e insensibilidad social de la administración de Calderón y le pidió que aglutine a todos los movimientos que están hartos del gobierno panista.
Guadalupe Vázquez, de las mujeres en ayuno, por su parte, leyó una carta en la que señaló que es incomprensible que el gobierno calderonista quiera festejar los aniversarios de la Independencia y de la Revolución, cuando no hay libertades en el país, cuando se quiere retroceder 100 años en el trato a los trabajadores y regresar a la explotación laboral, brutal cuando hay violencia y maltrato contra el sector obrero independiente. “Tenemos hambre, pero de justicia”, y no nos vamos a levantar de este ayuno hasta que nos devuelvan nuestro empleo, dijo.

Ante ello, López Obrador planteó: “aunque no me agrada el sufrimiento de ustedes con esta huelga de hambre, entiendo que si lo hacen es porque no hay otra alternativa”. Sobre todo porque el pueblo sabe que lo que hay detrás de la infamia cometida contra los trabajadores de Luz y Fuerza es la determinación del gobierno usurpador de querer continuar privatizando la industria eléctrica, hacer un negocio a costa de la gente, y “la camarilla funesta que está en el poder no se detiene ante nada, aunque terminen de arruinar a México. No tienen llenadera, el gobierno está al servicio de la minoría poderosa del país”.

Y como tampoco tienen empacho en evidenciar sus negocios, se acaba de anunciar sin el menor prurito que van a entregar 22 mil kilómetros de red de fibra óptica a Televisa y Telefónica de España, la cual dirige Francisco Gil Díaz, ex secretario de Hacienda en tiempos de Vicente Fox. Un gran negocio al amparo del poder público, con esta red que costó 30 mil millones de pesos del presupuesto público, y que será transferido a estas empresas, que al no haber otras posturas sólo tendrán que pagar 850 millones de pesos por la concesión, es total el “cinismo gubernamental”, remató López Obrador.

Mientras, afuera del campamento, un trabajador gritó: “¡Estaríamos mejor con López Obrador!”
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