En sorpresivo asalto, Ocupa Wall Street fue ocupado por la policía; 200 detenidos
David Brooks
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 16 de noviembre de 2011, p. 31
La reocupación de Ocupa Wall Street, al anochecer del martesFoto Michael Fleshman
Un manifestante de Ocupa Londres protesta frente a la embajada de Estados Unidos por el desalojo en Wall StreetFoto Ap
Nueva York, 15 de noviembre. "No puedes desalojar una idea cuyo momento ha llegado", fue la respuesta de Ocupa Wall Street después de que durante la madrugada cientos de policías tomaron por asalto la cuna de un movimiento cuya presencia se siente en más de 100 ciudades del país y desmantelaron las instalaciones del plantón, dos días antes de cumplir su segundo mes de existencia.
Por unas horas, durante esta tarde en la Plaza Libertad (cuyo nombre formal es parque Zuccotti) se revirtieron los papeles: la policía ocupó la plaza rodeada por cientos de manifestantes. O sea, la policía ocupó Wall Street.
De hecho, con el humor aún presente tras el desalojo sorpresa y cientos de arrestos, una manifestante envió un mensaje por las redes sociales: "La policía ha ocupado Zuccotti, sólo esperamos entender cuáles son sus demandas" (en alusión a las críticas ya comunes de que los ocupas no estaban formulando demandas específicas).
Esta noche, después de que un juez falló a favor de la acción del multimillonario y alcalde Michael Bloomberg, a los manifestantes se les permitió regresar a la plaza, pero bajo la estricta supervisión de cientos de policías dedicados a hacer cumplir la orden de que nadie podrá acampar, dormir ni poner estructuras en esa cuadra, a unos metros de Wall Street, que fue ocupada desde el 17 de septiembre.
Ahí, unos mil comenzaron a discutir los próximos pasos del movimiento en Nueva York, enfocados en las movilizaciones masivas de sindicalistas, estudiantes, organizaciones comunitarias y sociales ya programadas para este jueves por toda la ciudad que ahora, se pronostica, serán aún más grandes en respuesta a esta agresión.
Entre los manifestantes se comentaba que esta acción "va a revitalizar nuestro movimiento", y evaluaban cómo la forma en que se llevó a cabo generará más ira contra las autoridades y mayor apoyo para quienes denuncian un sistema político y económico "caduco".
El asalto policial se realizó sin previo aviso –en contraste con lo ocurrido en otras ciudades donde se han expulsado plantones–, con el arribo de cientos de policías poco después de la una de la mañana, mientras helicópteros sobrevolaban la plaza. Los ocupas fueron informados que tenían 10 minutos para salir con sus pertenencias y que toda oposición al operativo resultaría en arresto.
Las autoridades sellaron todo acceso a la zona; incluso cerraron estaciones de metro y otros puntos de transporte durante las primeras horas, y negaron el ingreso a las cámaras de los grandes medios de comunicación. Los únicos que lograron grabar las escenas fueron los propios expulsados. Llegaron camiones con enormes faros para empapar la zona de luz, mientras una camioneta de sonido ordenaba el retiro de los ocupantes, para después bombardearlos con sonidos ensordecedores.
La policía impidió el paso a cientos de simpatizantes que, alertados por vías electrónicas y cibernéticas, acudieron a la zona desde distintos lugares de la ciudad para apoyar al plantón. Se replegaron a otra plaza cercana y durante las siguientes horas caminaron en grupos.
Lectura, salud, meditación, grandes amenazas desmanteladas
La policía desmanteló la biblioteca de más de 3 mil libros, la cocina que ofrecía comida gratis, la clínica que atendía a todos, el centro de información que difundía noticias al mundo, el centro de meditación y las tiendas de campaña donde pernoctaban unas 200 personas, en una escena donde lectura, salud, nutrición y vivienda colectiva aparentemente representan una gran amenaza.
Varias decenas de manifestantes que se negaron a salir fueron rodeados en el centro de la plaza y apresados uno por uno.
Todo fue tirado en grandes montones –ropa, alimento, computadoras, cámaras, documentos y más– y retirado por camiones de basura del ayuntamiento para ser depositado en un almacén del departamento de salubridad, donde supuestamente los dueños pueden ver si logran rescatar sus cosas. La montaña de escombros continuaba creciendo, frente a un letrero del edificio de los dueños del parque que anuncia "1 Liberty".
"Vergüenza, vergüenza, vergüenza", coreaban los manifestantes al ser arrinconados en la periferia del parque mientras se destruía lo que habían construido durante casi dos meses. Unos aconsejaban a la policía: "Desobedece órdenes, tú también eres del 99 por ciento". Otros menos amables les mentaban la madre y gritaban: "¿Cómo puedes dormir cada noche haciendo esto?" Las redes sociales se congestionaron con expresiones de apoyo, con cientos de mensajes enviados desde Oakland, San Francisco, Chicago, Denver, pero también desde Canadá, Barcelona, Australia, Brasil, Londres, Berlín y más, con declaraciones como: "Estamos con ustedes", y "Esto no es el fin de nada, es el inicio de algo nuevo".
Cuando observaba lo que ocurría, un veterano de guerra comentó: "¿Yo di sangre y partes del cuerpo por este país para esto?"
Durante el operativo y en incidentes a lo largo de este día, la policía arrestó a más de 200 manifestantes (146 en la Plaza Libertad), y a unos 24 en otro pequeño parque que un grupo había ocupado esta tarde. Entre los detenidos estaba el concejal Ydanis Rodríguez; más tarde también fueron arrestados periodistas, incluyendo dos de la Ap, uno del rotativo Daily News y un bloguero del New York Times.
Los manifestantes regresaron a la Plaza Libertad al anochecer, para esperar el fallo del juez, obstaculizando el tránsito en Broadway. Ahí se dio la escena de la policía congregada dentro de Zuccotti y rodeada por un número creciente de manifestantes.
La justificación de Bloomberg para el desalojo fue que las condiciones de salubridad y de seguridad pública, así como el uso indebido de la plaza, ameritaban el desmantelamiento, pero hoy su gobierno argumentó ante el tribunal que había evidencia de que se estaban almacenando "armas", aunque las únicas empleadas hasta ahora son las de la policía. Afirmó en la madrugada que el plantón "era un lugar donde la gente no venía a protestar, sino a violar leyes".
Esta mañana, en conferencia de prensa, Bloomberg insistió en que siempre había destacado tanto la libertad de expresión como la protección de la seguridad pública y la salud, y que había tomado la decisión de que lo segundo era prioritario antes de que "algo sucediera".
Esta noche en la Plaza Libertad se seguía coreando: "todo el día, toda la semana, ocupa Wall Street".
Para actualizaciones, video, vínculos y más consulte La Jornada Indignados
Fuente
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 16 de noviembre de 2011, p. 31
La reocupación de Ocupa Wall Street, al anochecer del martesFoto Michael Fleshman
Un manifestante de Ocupa Londres protesta frente a la embajada de Estados Unidos por el desalojo en Wall StreetFoto Ap
Nueva York, 15 de noviembre. "No puedes desalojar una idea cuyo momento ha llegado", fue la respuesta de Ocupa Wall Street después de que durante la madrugada cientos de policías tomaron por asalto la cuna de un movimiento cuya presencia se siente en más de 100 ciudades del país y desmantelaron las instalaciones del plantón, dos días antes de cumplir su segundo mes de existencia.
Por unas horas, durante esta tarde en la Plaza Libertad (cuyo nombre formal es parque Zuccotti) se revirtieron los papeles: la policía ocupó la plaza rodeada por cientos de manifestantes. O sea, la policía ocupó Wall Street.
De hecho, con el humor aún presente tras el desalojo sorpresa y cientos de arrestos, una manifestante envió un mensaje por las redes sociales: "La policía ha ocupado Zuccotti, sólo esperamos entender cuáles son sus demandas" (en alusión a las críticas ya comunes de que los ocupas no estaban formulando demandas específicas).
Esta noche, después de que un juez falló a favor de la acción del multimillonario y alcalde Michael Bloomberg, a los manifestantes se les permitió regresar a la plaza, pero bajo la estricta supervisión de cientos de policías dedicados a hacer cumplir la orden de que nadie podrá acampar, dormir ni poner estructuras en esa cuadra, a unos metros de Wall Street, que fue ocupada desde el 17 de septiembre.
Ahí, unos mil comenzaron a discutir los próximos pasos del movimiento en Nueva York, enfocados en las movilizaciones masivas de sindicalistas, estudiantes, organizaciones comunitarias y sociales ya programadas para este jueves por toda la ciudad que ahora, se pronostica, serán aún más grandes en respuesta a esta agresión.
Entre los manifestantes se comentaba que esta acción "va a revitalizar nuestro movimiento", y evaluaban cómo la forma en que se llevó a cabo generará más ira contra las autoridades y mayor apoyo para quienes denuncian un sistema político y económico "caduco".
El asalto policial se realizó sin previo aviso –en contraste con lo ocurrido en otras ciudades donde se han expulsado plantones–, con el arribo de cientos de policías poco después de la una de la mañana, mientras helicópteros sobrevolaban la plaza. Los ocupas fueron informados que tenían 10 minutos para salir con sus pertenencias y que toda oposición al operativo resultaría en arresto.
Las autoridades sellaron todo acceso a la zona; incluso cerraron estaciones de metro y otros puntos de transporte durante las primeras horas, y negaron el ingreso a las cámaras de los grandes medios de comunicación. Los únicos que lograron grabar las escenas fueron los propios expulsados. Llegaron camiones con enormes faros para empapar la zona de luz, mientras una camioneta de sonido ordenaba el retiro de los ocupantes, para después bombardearlos con sonidos ensordecedores.
La policía impidió el paso a cientos de simpatizantes que, alertados por vías electrónicas y cibernéticas, acudieron a la zona desde distintos lugares de la ciudad para apoyar al plantón. Se replegaron a otra plaza cercana y durante las siguientes horas caminaron en grupos.
Lectura, salud, meditación, grandes amenazas desmanteladas
La policía desmanteló la biblioteca de más de 3 mil libros, la cocina que ofrecía comida gratis, la clínica que atendía a todos, el centro de información que difundía noticias al mundo, el centro de meditación y las tiendas de campaña donde pernoctaban unas 200 personas, en una escena donde lectura, salud, nutrición y vivienda colectiva aparentemente representan una gran amenaza.
Varias decenas de manifestantes que se negaron a salir fueron rodeados en el centro de la plaza y apresados uno por uno.
Todo fue tirado en grandes montones –ropa, alimento, computadoras, cámaras, documentos y más– y retirado por camiones de basura del ayuntamiento para ser depositado en un almacén del departamento de salubridad, donde supuestamente los dueños pueden ver si logran rescatar sus cosas. La montaña de escombros continuaba creciendo, frente a un letrero del edificio de los dueños del parque que anuncia "1 Liberty".
"Vergüenza, vergüenza, vergüenza", coreaban los manifestantes al ser arrinconados en la periferia del parque mientras se destruía lo que habían construido durante casi dos meses. Unos aconsejaban a la policía: "Desobedece órdenes, tú también eres del 99 por ciento". Otros menos amables les mentaban la madre y gritaban: "¿Cómo puedes dormir cada noche haciendo esto?" Las redes sociales se congestionaron con expresiones de apoyo, con cientos de mensajes enviados desde Oakland, San Francisco, Chicago, Denver, pero también desde Canadá, Barcelona, Australia, Brasil, Londres, Berlín y más, con declaraciones como: "Estamos con ustedes", y "Esto no es el fin de nada, es el inicio de algo nuevo".
Cuando observaba lo que ocurría, un veterano de guerra comentó: "¿Yo di sangre y partes del cuerpo por este país para esto?"
Durante el operativo y en incidentes a lo largo de este día, la policía arrestó a más de 200 manifestantes (146 en la Plaza Libertad), y a unos 24 en otro pequeño parque que un grupo había ocupado esta tarde. Entre los detenidos estaba el concejal Ydanis Rodríguez; más tarde también fueron arrestados periodistas, incluyendo dos de la Ap, uno del rotativo Daily News y un bloguero del New York Times.
Los manifestantes regresaron a la Plaza Libertad al anochecer, para esperar el fallo del juez, obstaculizando el tránsito en Broadway. Ahí se dio la escena de la policía congregada dentro de Zuccotti y rodeada por un número creciente de manifestantes.
La justificación de Bloomberg para el desalojo fue que las condiciones de salubridad y de seguridad pública, así como el uso indebido de la plaza, ameritaban el desmantelamiento, pero hoy su gobierno argumentó ante el tribunal que había evidencia de que se estaban almacenando "armas", aunque las únicas empleadas hasta ahora son las de la policía. Afirmó en la madrugada que el plantón "era un lugar donde la gente no venía a protestar, sino a violar leyes".
Esta mañana, en conferencia de prensa, Bloomberg insistió en que siempre había destacado tanto la libertad de expresión como la protección de la seguridad pública y la salud, y que había tomado la decisión de que lo segundo era prioritario antes de que "algo sucediera".
Esta noche en la Plaza Libertad se seguía coreando: "todo el día, toda la semana, ocupa Wall Street".
Para actualizaciones, video, vínculos y más consulte La Jornada Indignados
Fuente
Comentarios