PRD se desploma y AMLO qué piensa?
¿Con el desplome entre lodo del PRD, para qué quiere López Obrador ser su candidato?
Pedro Echeverría V.
1. Los cuatro gobernadores del PRD, de Chiapas, Oaxaca, Guerrero y el DF (todos sedicentes de centro-izquierda o socialdemócrata) gobiernan como los partidos de derecha: el PAN y el PRI; no tienen diferencia alguna en sus programas y formas de actuar. Los exgobernadores de Guerrero, Zacatecas y Michoacán, así la dirigente nacional de PRD (Rosario Robles), salieron con el rabo entre las patas. Bejarano –que actuó igual (recogiendo dinero) al 100 por ciento de los políticos- es el que peor ha salido, porque lo persiguieron y cazaron por los medios de información. Todo ello me lleva a pensar que el PRD debe desaparecer enterrando a toda la basura de los “camachuchos” para que luego volver a nacer como una organización de izquierda real que una sus fuerzas al movimiento social y a los movimientos que luchan en las calles. Se necesita construir una fuerza real que desde abajo, con vigor, consiga todo lo que necesita.
2. El PRD no ganó una de las dos elecciones más recientes: ni en el Estado de México, ni en Michoacán y cualquier pretexto es baladí y hasta vergonzoso. Que hicieron trampas, chanchullos, que fue elección de Estado, que metieron mucho dinero, lo que luego se diga es simple lloriqueo que vale un carajo. ¿O se esperaba limpieza, honor, buen comportamiento de la burguesía que debe conservar o recuperar su poder? A mí me enseñaron desde hace 50 años que los trabajadores sólo pueden conquistar el poder por medio de la fuerza y que la clase dominante no puede soltar el poder de manera pacífica. Las cosas han cambiado mucho, pero ese principio sigue siendo válido mientras mi amigo Javier Sicilia no convenza a los gobernantes que deben ser buenos, amables y justos. ¿Puede ser bondadoso, democrático, dialoguista, un gobierno que no le importa las muerte de 53 mil seres humanos y que dice que no dará un paso
atrás?
3. Pienso que hay que dejar que Ebrard sea en candidato del PRD según la propuesta de intelectuales y empresarios comprometidos con el PAN y el PRI. López Obrador, que por el golpe de Estado que sufrió en 2006, por su incomparable trabajo de más de seis años y su honestidad debe ser de manera automática candidato y presidente del país, no tiene ninguna posibilidad de ganar la Presidencia. (¿Cómo es posible, señalan los grandes capitalistas, que un personaje como López obrador –identificado con Chávez- siga agitando en todo el país contra el gobierno y los empresarios y que además pueda aspirar a la Presidencia?) Por lo que he visto de manera directa AMLO es inteligente y persistente (por no decir terco), pero también escucha a sus consejeros más directos. ¿Será que le aconsejen seguir adelante en las elecciones que de antemano ya se ven perdidas? ¿Le aconsejarán que continúe hasta llegar al último hilo de la
cuerda?
4. En 2006, de acuerdo a los más de 20 artículos que publiqué en Rebelión sobre el fraude a AMLO, advertí que la consigna empresarial fue: “no pasará por ningún motivo” y que Fox fue muy claro al quererlo eliminar con el “desafuero” de 2005 y plantear la consigna de ser “un peligro para México”. El “triunfo” de Calderón era un fraude anunciado, era ya un arreglo con el IFE, el TRIFE y los jueces de la SCJN. Incluso el plantón del Zócalo (en el que estuve presente más de 15 días) y el bloqueo del paseo de la Reforma, Juárez y Madero, impidieron (sin querer o queriendo) que se disparara el descontento “caótico” en barrios, delegaciones y calles de la ciudad de México. López Obrador entonces se puso a trabajar sin descanso, pero los procesos electorales los perdió siempre el PRD, excepto que en una elección nacional ganara Iztapalapa que no representaba ni el uno por ciento de los comicios
nacionales.
5. Yo no voto, pero el pinche voto vale un carajo –por lo menos en mío- cuando todo el contexto electoral está controlado por la clase dominante. Las llamadas encuestas electoral son puro negocio porque le hacen propaganda a los partidos y políticos que más paguen; pero su trabajo es efectivo, sirve para engañar a la gente, porque al final los que ellas dicen se parecen a los resultados finales. En 2006, hasta marzo, estuvieron abanicando a López Obrador, pero luego que recibieron los millones de pesos del empresariado viraron hacia Calderón, que fue el candidato de los empresarios. Hoy el candidato es directamente empresarial; el señor Peña Nieto sin que nadie lo conozca, sin hacer gira alguna por el país, con sólo negociar su candidatura con Televisa, aparece en primer lugar de las encuestas y no hay quien lo baje. López Obrador –con seis años girando por el país- aparece en segundo lugar sin haber aparecido el candidato del PAN. ¿Cómo estuvo esa maniobra?
6. La bronca es que López Obrador no puede renunciar a su candidatura porque dejaría al PT y Convergencia, incluso a Morena, sin diputados y senadores, sin subsidios millonarios y, posiblemente, con una sanción terrible como la pérdida de su registro. No, eso no puede ser en el sistema electoral organizado por la burguesía para darle estabilidad al sistema poniendo a los partidos reglamentos o normas que los obliguen a girar alrededor del poder. No tengo idea por dónde caminará AMLO, pero lo que más condenaría es que siguiera confiando en la decencia, lo bondad, la limpieza de la burguesía dominante cuando él sabe que es la única realidad. Pienso que en los últimos años las cosas han estado madurando –en beneficio de los movimientos de masa, así como de los movimientos insurgentes, en México y en el mundo. Los gobiernos y los medios de información los esconden, pero ahí están.
7. Los jóvenes luchadores sociales –espontáneos, no organizados- que están en las calles (España, Chile, EEUU. Grecia. Italia), por pura experiencia y sentido común, repudian al gobierno, al Estado, a los partidos, a los políticos y a las elecciones. En su práctica social y política diaria buscan salidas libertarias que impidan cualquier forma de control. Los partidos, en vez de encontrar ideas que ayuden a entender lo que sucede, dedican su tiempo a ganar cargos de gobierno que les permita obtener los fabulosos e insultantes salarios con que los recompensa el Estado. El PRD parece ya un cadáver político que debe ser enterrado para que luego pueda nacer como un verdadero partido o movimiento de izquierda. ¿O es que López Obrador está pensando en que el futuro congreso, asamblea, o lo que sea, logrará extirpar de raíz a los camachuchos para desde adentro sanearlo? Espero que pase algo radicalmente diferente para no ser más de lo mismo.
http://pedroecheverriav.wordpress.com
Fuente
Pedro Echeverría V.
1. Los cuatro gobernadores del PRD, de Chiapas, Oaxaca, Guerrero y el DF (todos sedicentes de centro-izquierda o socialdemócrata) gobiernan como los partidos de derecha: el PAN y el PRI; no tienen diferencia alguna en sus programas y formas de actuar. Los exgobernadores de Guerrero, Zacatecas y Michoacán, así la dirigente nacional de PRD (Rosario Robles), salieron con el rabo entre las patas. Bejarano –que actuó igual (recogiendo dinero) al 100 por ciento de los políticos- es el que peor ha salido, porque lo persiguieron y cazaron por los medios de información. Todo ello me lleva a pensar que el PRD debe desaparecer enterrando a toda la basura de los “camachuchos” para que luego volver a nacer como una organización de izquierda real que una sus fuerzas al movimiento social y a los movimientos que luchan en las calles. Se necesita construir una fuerza real que desde abajo, con vigor, consiga todo lo que necesita.
2. El PRD no ganó una de las dos elecciones más recientes: ni en el Estado de México, ni en Michoacán y cualquier pretexto es baladí y hasta vergonzoso. Que hicieron trampas, chanchullos, que fue elección de Estado, que metieron mucho dinero, lo que luego se diga es simple lloriqueo que vale un carajo. ¿O se esperaba limpieza, honor, buen comportamiento de la burguesía que debe conservar o recuperar su poder? A mí me enseñaron desde hace 50 años que los trabajadores sólo pueden conquistar el poder por medio de la fuerza y que la clase dominante no puede soltar el poder de manera pacífica. Las cosas han cambiado mucho, pero ese principio sigue siendo válido mientras mi amigo Javier Sicilia no convenza a los gobernantes que deben ser buenos, amables y justos. ¿Puede ser bondadoso, democrático, dialoguista, un gobierno que no le importa las muerte de 53 mil seres humanos y que dice que no dará un paso
atrás?
3. Pienso que hay que dejar que Ebrard sea en candidato del PRD según la propuesta de intelectuales y empresarios comprometidos con el PAN y el PRI. López Obrador, que por el golpe de Estado que sufrió en 2006, por su incomparable trabajo de más de seis años y su honestidad debe ser de manera automática candidato y presidente del país, no tiene ninguna posibilidad de ganar la Presidencia. (¿Cómo es posible, señalan los grandes capitalistas, que un personaje como López obrador –identificado con Chávez- siga agitando en todo el país contra el gobierno y los empresarios y que además pueda aspirar a la Presidencia?) Por lo que he visto de manera directa AMLO es inteligente y persistente (por no decir terco), pero también escucha a sus consejeros más directos. ¿Será que le aconsejen seguir adelante en las elecciones que de antemano ya se ven perdidas? ¿Le aconsejarán que continúe hasta llegar al último hilo de la
cuerda?
4. En 2006, de acuerdo a los más de 20 artículos que publiqué en Rebelión sobre el fraude a AMLO, advertí que la consigna empresarial fue: “no pasará por ningún motivo” y que Fox fue muy claro al quererlo eliminar con el “desafuero” de 2005 y plantear la consigna de ser “un peligro para México”. El “triunfo” de Calderón era un fraude anunciado, era ya un arreglo con el IFE, el TRIFE y los jueces de la SCJN. Incluso el plantón del Zócalo (en el que estuve presente más de 15 días) y el bloqueo del paseo de la Reforma, Juárez y Madero, impidieron (sin querer o queriendo) que se disparara el descontento “caótico” en barrios, delegaciones y calles de la ciudad de México. López Obrador entonces se puso a trabajar sin descanso, pero los procesos electorales los perdió siempre el PRD, excepto que en una elección nacional ganara Iztapalapa que no representaba ni el uno por ciento de los comicios
nacionales.
5. Yo no voto, pero el pinche voto vale un carajo –por lo menos en mío- cuando todo el contexto electoral está controlado por la clase dominante. Las llamadas encuestas electoral son puro negocio porque le hacen propaganda a los partidos y políticos que más paguen; pero su trabajo es efectivo, sirve para engañar a la gente, porque al final los que ellas dicen se parecen a los resultados finales. En 2006, hasta marzo, estuvieron abanicando a López Obrador, pero luego que recibieron los millones de pesos del empresariado viraron hacia Calderón, que fue el candidato de los empresarios. Hoy el candidato es directamente empresarial; el señor Peña Nieto sin que nadie lo conozca, sin hacer gira alguna por el país, con sólo negociar su candidatura con Televisa, aparece en primer lugar de las encuestas y no hay quien lo baje. López Obrador –con seis años girando por el país- aparece en segundo lugar sin haber aparecido el candidato del PAN. ¿Cómo estuvo esa maniobra?
6. La bronca es que López Obrador no puede renunciar a su candidatura porque dejaría al PT y Convergencia, incluso a Morena, sin diputados y senadores, sin subsidios millonarios y, posiblemente, con una sanción terrible como la pérdida de su registro. No, eso no puede ser en el sistema electoral organizado por la burguesía para darle estabilidad al sistema poniendo a los partidos reglamentos o normas que los obliguen a girar alrededor del poder. No tengo idea por dónde caminará AMLO, pero lo que más condenaría es que siguiera confiando en la decencia, lo bondad, la limpieza de la burguesía dominante cuando él sabe que es la única realidad. Pienso que en los últimos años las cosas han estado madurando –en beneficio de los movimientos de masa, así como de los movimientos insurgentes, en México y en el mundo. Los gobiernos y los medios de información los esconden, pero ahí están.
7. Los jóvenes luchadores sociales –espontáneos, no organizados- que están en las calles (España, Chile, EEUU. Grecia. Italia), por pura experiencia y sentido común, repudian al gobierno, al Estado, a los partidos, a los políticos y a las elecciones. En su práctica social y política diaria buscan salidas libertarias que impidan cualquier forma de control. Los partidos, en vez de encontrar ideas que ayuden a entender lo que sucede, dedican su tiempo a ganar cargos de gobierno que les permita obtener los fabulosos e insultantes salarios con que los recompensa el Estado. El PRD parece ya un cadáver político que debe ser enterrado para que luego pueda nacer como un verdadero partido o movimiento de izquierda. ¿O es que López Obrador está pensando en que el futuro congreso, asamblea, o lo que sea, logrará extirpar de raíz a los camachuchos para desde adentro sanearlo? Espero que pase algo radicalmente diferente para no ser más de lo mismo.
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