Exigen indignados cambiar ya el modelo económico en España
Armando G. Tejeda
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 14 de noviembre de 2011, p. 32
El movimiento de los indignados volvió este domingo a manifestarse en las calles de MadridFoto Reuters
Madrid, 13 de noviembre. Miles de personas se manifestaron hoy en Madrid para exigir un "cambio de modelo" y para confirmar la "muerte del capitalismo", en una movilización acompañada por protestas similares en 50 ciudades españolas bajo la convocatoria del movimiento de los indignados.
A una semana de las elecciones generales, la también conocida como la "spanish revolution" intensifica sus actividades y propaga con más fuerza su malestar por la deriva creada por la crisis económica y financiera internacional, que en España se ha traducido en una cifra de desempleo histórica -5 millones de personas- y un recorte general en las políticas sociales del Estado del bienestar.
Detrás de una pancarta que decía "Cambio de modelo ya. Defensa de los público, participación ciudadana y stop corrupción", miles de personas recorrieron las calles de Madrid con el puño en alto, enarbolando de nuevo la bandera de la indignación y el hartazgo por un modelo económico y político que ha llevado a millones de personas a la marginalidad y a la desesperación.
El movimiento de los indignados funciona a través de asambleas horizontales y de barrios, que se han reproducido en todo el país desde que el pasado 15 de mayo apareció en escena una revuelta popular contra el orden establecido y que culminó con una histórica ocupación de la Puerta del Sol, el epicentro de un movimiento que se ha expandido a 82 países.
A una semana de las elecciones generales en España que auguran el regreso de la derecha y el triunfo del conservador Partido Popular (PP) por una mayoría absoluta aplastante, los indignados reclaman una transformación de fondo del modelo.
En el manifiesto, consensuado por las asambleas, se asegura que bajo el amparo del "capitalismo neoliberal" se lleva a cabo "recortes sociales y económicos sin precedentes en la etapa democrática", que "en definitiva, están destinadas a que seamos los ciudadanos quienes paguemos por la crisis. Es el comienzo de una nueva fase de capitalismo salvaje en la que están desapareciendo los últimos restos del Estado de Bienestar Social, que se produce con la privatización y mercantilización de todas las esferas de la vida. Recordemos que lo público es de todos, y su desaparición significa un aumento de los privilegios de unos pocos, en detrimento de los derechos sociales y políticos de todas las personas".
Los indignados señalan, como ha sido habitual desde su irrupción, a los dos principales partidos políticos españoles -PP y Partido Socialista Obrero Eespañol-, pero también de forma destacada a la banca, al sector empresarial y a los entramados mediáticos que propagan una único versión de esta crisis.
España tiene los índices de desempleo juvenil más altos de la Unión Europea, con 46 por ciento, además de que como consecuencia de la crisis se calcula que hay un millón y medio de familias sin ningún tipo de ingreso, salvo las escasas ayudas públicas.
Los indignados por eso también reclaman una "persecución real de la corrupción y la eliminación de todas las leyes que la favorecen, como las de financiación municipal y de partidos políticos, ley electoral justa. Todos los corruptos fuera de poder".
La manifestación estuvo encabezada por cuatro manifestantes con la nariz de payaso y portando un ataúd de cartón. En su interior había una figura con un montaje fotográfico con los rostros de Alfredo Pérez Rubalcaba, el candidato socialista, y de Mariano Rajoy, el previsible triunfador de las elecciones y sucesor de José Luis Rodríguez Zapatero en el cargo.
La protesta transcurrió sin incidentes y el movimiento de los indignados anunció más movilizaciones y acciones en los próximos días, en los que intentarán llevar a la sociedad su mensaje para que reflexione antes de las elecciones.
Fuente
Corresponsal
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Lunes 14 de noviembre de 2011, p. 32
El movimiento de los indignados volvió este domingo a manifestarse en las calles de MadridFoto Reuters
Madrid, 13 de noviembre. Miles de personas se manifestaron hoy en Madrid para exigir un "cambio de modelo" y para confirmar la "muerte del capitalismo", en una movilización acompañada por protestas similares en 50 ciudades españolas bajo la convocatoria del movimiento de los indignados.
A una semana de las elecciones generales, la también conocida como la "spanish revolution" intensifica sus actividades y propaga con más fuerza su malestar por la deriva creada por la crisis económica y financiera internacional, que en España se ha traducido en una cifra de desempleo histórica -5 millones de personas- y un recorte general en las políticas sociales del Estado del bienestar.
Detrás de una pancarta que decía "Cambio de modelo ya. Defensa de los público, participación ciudadana y stop corrupción", miles de personas recorrieron las calles de Madrid con el puño en alto, enarbolando de nuevo la bandera de la indignación y el hartazgo por un modelo económico y político que ha llevado a millones de personas a la marginalidad y a la desesperación.
El movimiento de los indignados funciona a través de asambleas horizontales y de barrios, que se han reproducido en todo el país desde que el pasado 15 de mayo apareció en escena una revuelta popular contra el orden establecido y que culminó con una histórica ocupación de la Puerta del Sol, el epicentro de un movimiento que se ha expandido a 82 países.
A una semana de las elecciones generales en España que auguran el regreso de la derecha y el triunfo del conservador Partido Popular (PP) por una mayoría absoluta aplastante, los indignados reclaman una transformación de fondo del modelo.
En el manifiesto, consensuado por las asambleas, se asegura que bajo el amparo del "capitalismo neoliberal" se lleva a cabo "recortes sociales y económicos sin precedentes en la etapa democrática", que "en definitiva, están destinadas a que seamos los ciudadanos quienes paguemos por la crisis. Es el comienzo de una nueva fase de capitalismo salvaje en la que están desapareciendo los últimos restos del Estado de Bienestar Social, que se produce con la privatización y mercantilización de todas las esferas de la vida. Recordemos que lo público es de todos, y su desaparición significa un aumento de los privilegios de unos pocos, en detrimento de los derechos sociales y políticos de todas las personas".
Los indignados señalan, como ha sido habitual desde su irrupción, a los dos principales partidos políticos españoles -PP y Partido Socialista Obrero Eespañol-, pero también de forma destacada a la banca, al sector empresarial y a los entramados mediáticos que propagan una único versión de esta crisis.
España tiene los índices de desempleo juvenil más altos de la Unión Europea, con 46 por ciento, además de que como consecuencia de la crisis se calcula que hay un millón y medio de familias sin ningún tipo de ingreso, salvo las escasas ayudas públicas.
Los indignados por eso también reclaman una "persecución real de la corrupción y la eliminación de todas las leyes que la favorecen, como las de financiación municipal y de partidos políticos, ley electoral justa. Todos los corruptos fuera de poder".
La manifestación estuvo encabezada por cuatro manifestantes con la nariz de payaso y portando un ataúd de cartón. En su interior había una figura con un montaje fotográfico con los rostros de Alfredo Pérez Rubalcaba, el candidato socialista, y de Mariano Rajoy, el previsible triunfador de las elecciones y sucesor de José Luis Rodríguez Zapatero en el cargo.
La protesta transcurrió sin incidentes y el movimiento de los indignados anunció más movilizaciones y acciones en los próximos días, en los que intentarán llevar a la sociedad su mensaje para que reflexione antes de las elecciones.
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