Calderón y su mentirosa fábrica de sueños



Comisión Federal de Electricidad
Martín Esparza Flores 
Patético que al finalizar su sexenio, Felipe Calderón siga echando mano a inexistentes realidades para justificar sus errores; en sólo unas semanas hemos visto sus esfuerzos por buscar la metamorfosis que lo convierta en el bienhechor de la nación al que incluso, según sus palabras, no le ha importado arriesgar su vida en aras del bien público.
Su mayor problema es que ya nadie le cree y tan no le creyeron en todo este tiempo millones de mexicanos, que su voto fue  en contra del PAN. Por ejemplo, en la celebración del 75 aniversario de la CFE, sacó de su fábrica de sueños una larga lista de irrealidades sobre la extinción de Luz y Fuerza del Centro, en octubre del 2009, y puso nuevamente como empresa modelo a la Comisión Federal de Electricidad.
Nos faltaría espacio para enumerar las mil y un mentiras que el mandatario citó en su extenso discurso al que, obvio, aplaudieron sólo sus selectos invitados especiales y amanuenses, presentes en el acto por el mero protocolo oficial donde se enteraron, entre otras gracejadas, que el abuelito de Calderón, Luis Hinojosa, le hizo también al lucrativo y ventajoso  contratista de la luz —vendía a peso cada foco—,  antes de que el general Cárdenas fundara  la CFE en 1937, y acabara  con quienes hacían de la prestación del servicio una verdadera usura en las zonas apartadas del país.
Pero entremos en materia: asegura Calderón que siendo secretario de Energía, en las postrimerías del sexenio de Vicente Fox, hizo negociaciones con el SME para evitar la huelga, y afirma: “Llegamos a un convenio de productividad  con el sindicato, entonces de Luz y Fuerza, el SME”.
Ante tal falsedad no podemos más que denunciar al país a voz en cuello: ¡Miente Calderón¡ Nunca estando en dicho cargo firmó convenio alguno con el SME. El convenio a que se refiere se firmó en marzo del 2008 y proponía de parte de los trabajadores, entre otras opciones viables para sanear las finanzas de Luz y Fuerza, la creación de una empresa paralela que utilizara la fibra óptica del organismo público,  para ofrecer a los seis millones de usuarios de la zona centro el servicio de voz, imagen y datos, a bajo costo, allegando a Luz y Fuerza recursos por más de cien millones de pesos anuales.
En su mensaje, más cercano al guión de Alicia en el País de las Maravillas que a la realidad nacional, Felipe Calderón se la pasó felicitando lo mismo a ex directores de la CFE, como Alfredo Elías Ayub, que a personajes como el líder del SUTERM, “don Víctor Fuentes”, como le llamó cortesanamente  Calderón, mismo que  ha desaparecido  600 mil millones de pesos de los ahorros de sus trabajadores. A ellos, los felicitó por el “maravillo proyecto” y la “maravillosa realidad” de la autocalificada como “Empresa de Clase Mundial”. Sólo que la realidad supera a la ficción y la paraestatal enfrenta un cuantioso endeudamiento; es víctima de la privatización a manos de las trasnacionales; es ejemplo de la más vergonzosa corrupción y ha terminado por aniquilar la economía popular con sus altas tarifas. ¿Es esto motivo de festejo?
Se ufana de que CFE pasó de la noche a la mañana de tener de 28 millones a 35 millones de usuarios y asegura que esa intervención se hizo sin incidentes ni interrupciones. Dos rayas más al percudido tigre; si como el mismo mandatario acepta, CFE pasó a operar la infraestructura eléctrica de la zona centro quiere decir que jurídicamente no ha desaparecido la materia de trabajo y en consecuencia debe hacerse responsable, como patrón sustituto, de las obligaciones laborales con los trabajadores del SME y sus jubilados. ¿Hasta cuándo asumirá tal responsabilidad?
¿Que no hubo incidentes ni interrupciones? La Secretaría de Protección Civil del Gobierno del Distrito Federal lo desmiente: del 2010 a la fecha se han registrado un total de 63 incidentes graves desde electrocutados hasta importantes cortocircuitos en las líneas de distribución. En total, 60 trabajadores tanto de CFE como de sus empresas contratistas han resultado con lesiones graves por la impericia para realizar el trabajo que antes realizaban los miembros del SME. Tres de ellos han muerto.
Y por último, asegura Calderón que CFE es una empresa “limpia” cuando en el 80 por ciento de su generación de energía, usa gas. ¡Vaya con la fábrica de sueños del Presidente!



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