Marina y PGR "permiten a los agentes estadunidenses" participar en pesquisas

Gustavo Castillo García
 
Periódico La Jornada
Miércoles 29 de agosto de 2012, p. 4
Autoridades mexicanas, entre las que se encuentran la Secretaría de Marina Armada de México y la Procuraduría General de la República (PGR), han permitido la presencia de agentes estadunidenses durante sus investigaciones contra grupos de la delincuencia organizada, porque supuestamente forma parte de los acuerdos de cooperación binacional, revelaron funcionarios que participan en el gabinete de seguridad nacional.
En el caso de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (Siedo), en los llamados casos de interés –dijeron– se ponen en marcha las operaciones espejo, en las cuales se informa inmediamente a los representantes estadunidenses de todas las evidencias que se recaben, e incluso ha habido casos en los cuales personal de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF, por sus siglas en inglés), del Servicio de Migración y Aduanas (ICE), y de la agencia antidrogas (DEA) participan en interrogatorios a detenidos.
Asimismo, las fuentes señalaron que los agentes estadunidenses tiene acceso a las averiguaciones previas que se integran en México, entre ellas, las iniciadas contra ex funcionarios y empresarios de Tamaulipas presuntamente vinculados con una red de lavado de dinero.
Entre los casos que serían ejemplo de dicha participación está lo sucedido en junio pasado, cuando la DEA alertó y dirigió una operación realizada por efectivos de la Marina en un domicilio del municipio de Zapopan, Jalisco, ya que supuestamente se lograría detener a Jesús Alfredo Guzmán Salazar, hijo de Joaquín El Chapo Guzmán Loera, uno de los líderes del cártel de Sinaloa.
En realidad fue capturado Félix Beltrán León, y durante su detención en instalaciones de la Siedo fue sometido a interrogatorios por agentes de la DEA, quienes le propusieron que se declarara hijo de El Chapo Guzmán y luego sería puesto en libertad. El detenido denunció lo hecho por los agentes estadunidenses y rechazó el trato, reiterando que él se dedicaba a la compra-venta de automóviles.
En febrero de 2011 ocurrió lo mismo con Julián Zapata Espinoza, El Piolín, identificado como autor material de la agresión contra dos miembros del Servicio de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE) en una carretera de San Luis Potosí, y en la cual fue asesinado el agente Jaime Zapata.
El caso de El Piolín incluyó vigilancia aérea con aviones no tripulados en la zona de operación de Los Zetas en Querétaro, para detectar y que posteriormente el Ejército Mexicano lograra su captura. En diciembre pasado el inculpado fue extraditado a Estados Unidos, donde es juzgado por el homicidio de Zapata.
La participación de los agentes estadunidenses también ha estado presentes en acciones con grupos colombianos, entre ellas una operación que empezó en 2001 y concluyó en 2006, y en la cual los elementos de Estados Unidos informaron a la PGR que habían detectado envíos de dinero compactado en enseres para cocinas industriales y rollos de acero que eran enviados a países como Panamá y Colombia por narcotraficantes sudamericanos.
La indagatoria fue integrada en la Siedo y en febrero de 2011 fue detenido en el Distrito Federal José Fernando Meli Sousa, identificado como el líder de una red dedicada al traslado de dinero proveniente del narcotráfico, y la cual fue responsable de un embarque de 8 millones de dólares escondidos en freidoras industriales, señalaron funcionarios de la Siedo.

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