El "sorry" de Calderón

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Personalmente creo que no y, como me escribe un amigo que es militar retirado, de ser cierta la versión que oficialmente ha manejado la legación diplomática de Washington, la de “la emboscada”

Revista EMET


¿A Estados Unidos le es suficiente con las lamentaciones de Felipe Calderón por “la emboscada” de la que fueron víctimas dos de sus ciudadanos y, además, funcionarios? ¿Le basta a Anthony Wayne con el compromiso –de esos que casi nunca cumple-- del ocupante de Los Pinos de investigar los hechos del viernes anterior “con todo rigor y severidad”, si hasta el momento el responsable de esos elementos, Genaro García Luna, ni siquiera ha dado la cara?

Personalmente creo que no y, como me escribe un amigo que es militar retirado, de ser cierta la versión que oficialmente ha manejado la legación diplomática de Washington, la de “la emboscada”, es como para que a todos se nos pongan los pelos de punta.

“El comunicado de la Secretaría de Estado norteamericana no es un juego. Dice con todas sus letras que fue una emboscada. Por lo tanto –me ilustra-- es una operación de interdicción que es usada en la guerra de guerrillas, para justificar la impresión o percepción de que en México existe una ‘narco-guerrilla’ y, por ser el patio trasero de Estados Unidos, eso se convierte en un problema de seguridad nacional para el gobierno de Washington”.

Peor, todavía, si quienes emboscaron a los estadounidenses y al marino mexicano –que no iba conduciendo el vehículo, ha aclarado la Armada-- son policías federales que parecieran estar al servicio de la delincuencia, pues al menos actúan como ella, y no al de la sociedad que paga sus emolumentos.

Las guerrillas, en efecto, hacen uso preferente de algunas tácticas de guerra no convencional, principalmente los piquetes el raid o acción bélica violenta, muy rápida, la emboscada y la acción psicológica.

Esto no quiere decir que los guerrilleros, en este caso los policías federales, no harán uso de las demás técnicas o tácticas de guerra no convencional, pero dado que muchas de ellas son cuestionables y por lo general, las fuerzas guerrilleras tratan de obtener y conservar cierto grado de legitimidad y apoyo en la opinión pública, buscarán evitar ciertos excesos, lo que no ocurrió con los desorganizados policías “formados” por García Luna.

Por definición, cuando una fuerza guerrillera realiza acciones brutales o cae en la tentación de usar tácticas cuestionables, al perder el apoyo de la opinión pública pasa de ser una guerrilla legítima a una fuerza terrorista.

Y los federales de García Luna actuaron como tales. Verdaderos terroristas, cuya acción trascendió incluso las fronteras.
Pero, en abono a los guerrilleros, habría que decir que éstos, por lo general, suelen ser bastante más razonables que los terroristas, narcotraficantes u otros individuos armados –cual los policías-- que podrían estar en control de una zona determinada, por lo que hay menos peligro para un viajero en caso de caer en manos de una guerrilla que en los otros casos.

Ahora bien, vale reiterar ¿cuál será la reacción que debemos esperar todos tras el ataque a dos ciudadanos estadounidenses que, por si fuera poco, son además miembros de la CIA –“sinónimo de desestabilización”, me dice mi corresponsal en su correo electrónico-- supuestamente desarmados?

¿Les es suficiente con el I’m sorry de Calderón? Un sorry que, por cierto, es poco o nada frecuente en el caso de las miles de víctimas inocentes de su estúpida –sin inteligencia-- guerra en contra de casi toda la delincuencia.

Y todavía más, debemos preguntarnos si tales consecuencias ¿estarían por darse en lo que resta del calderonato o si el próximo Presidente tendrá que hacer frente a ellas?

Surge entonces otra duda planteada por quien me envió el correo electrónico: “¿Y si se trata de uno más de los ya clásicos Genaromontajes?

“Genaro –me dice-- ya se cagó en el Ejército... involucrando a los generales con el narcotráfico. Ahora intentó debilitar a la Marina presentando a un capitán como si fuera chofer. Y él tan campante, no obstante los sucesos del aeropuerto con sus policías narco-asesinos, sin que se detenga a nadie, sin que nadie resulte con responsabilidades fincadas…

“¿No cree usted que por todas las acusaciones en contra de García Luna, la forma de actuar de éste y la protección que se le brinda desde Los Pinos, vía el mismísimo Calderón, no le surge una mínima duda de que Genaro sea un agente de la CIA? Y lo más delicado: lo que pasa actualmente en el país con el incremento de muertes y hechos violentos acrecentados en los últimos días? ¿Cree usted que Genaro García Luna le quiere dejar la mesa puesta o quiere darle la novatada o bienvenida a Peña Nieto?”

Y usted ¿qué cree?
Francisco Rodríguez - Opinión EMET
 

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