¿Qué saben o qué pueden detonar los funcionarios norteamericanos heridos por elementos de la PF?
Lo
anterior, abona a concluir el alto grado de participación
norteamericana en la lucha contra el crimen organizado, como rebautizó
Felipe Calderón
Revista EMET
El embajador de los Estados Unidos en
México, Anthony Wayne, afirmó que "hay una investigación que está en
proceso" y nada más, en torno a las descargas de plomo que vaciaron el
viernes pasado, 12 elementos de la Policía Federal a una camioneta
blindada en donde viajaban dos agentes de la Drug Enforcement
Administración (DEA) o de la Central Intelligence Agency (CIA) y un
marino mexicano quien conducía el vehículo.
Los hechos sabemos, ocurrieron en un la autopista México-Cuernavaca, pero el asunto se enturbia cada vez más para quienes demandamos información y debemos conocerla, con cada uno de los pronunciamientos de las autoridades mexicanas y norteamericanas.
Ahora que el embajador Wayne, declara escueto que existe una investigación en proceso, ya no sabemos si se refiere a lo ocurrido apenas este viernes en donde salieron heridos dos estadounidenses, o en realidad reveló más de lo que nos quisieran dejar saber a todos quienes tenemos derecho a conocer si la cooperación norteamericana en territorio nacional en contra de las actividades del tráfico de mercancía y personas y de la misma criminalidad, va más allá de la simple asesoría como se nos ha recalcado de manera reiterada, o la participación toca otros ámbitos que pueden llegar a calificarse de actos injerencistas.
De forma independiente a si se trató de una "confusión" o una "emboscada" como califican el ataque al automóvil blindado autoridades mexicanas y estadounidenses respectivamente, el hecho es que el asunto no fue casualidad, sino planeado y con la finalidad de terminar con la vida de los ocupantes del vehículo en cuestión.
Lo anterior, abona a concluir el alto grado de participación norteamericana en la lucha contra el crimen organizado, como rebautizó Felipe Calderón a su "guerra en contra de los narcotraficantes" que operan en el país.
¿Qué saben o qué pueden detonar los funcionarios norteamericanos heridos por elementos de la Policía Federal, al grado de tirar a matarlos?
El argumento de la "confusión" presentado por las autoridades nacionales de cualquier ángulo por dónde se intente explicar, no convence. La persecución a la camioneta y el número de automóviles y elementos que participaron en la misma, así como decenas de proyectiles que impactaron, no suena a confusión y más cuando la camioneta había recorrido el trayecto varias veces en días anteriores para llegar a un campo de tiro.
En tanto que la tesis de la "emboscada" a cargo de los estadounidenses, también los compromete irremediablemente. Emboscarlos a plena luz del día y con tal estrategia en recursos humanos y balísticos, tenía la intención de mandar un mensaje a muy altos niveles de la corrupción de aquí y allende las fronteras.
Los hechos sabemos, ocurrieron en un la autopista México-Cuernavaca, pero el asunto se enturbia cada vez más para quienes demandamos información y debemos conocerla, con cada uno de los pronunciamientos de las autoridades mexicanas y norteamericanas.
Ahora que el embajador Wayne, declara escueto que existe una investigación en proceso, ya no sabemos si se refiere a lo ocurrido apenas este viernes en donde salieron heridos dos estadounidenses, o en realidad reveló más de lo que nos quisieran dejar saber a todos quienes tenemos derecho a conocer si la cooperación norteamericana en territorio nacional en contra de las actividades del tráfico de mercancía y personas y de la misma criminalidad, va más allá de la simple asesoría como se nos ha recalcado de manera reiterada, o la participación toca otros ámbitos que pueden llegar a calificarse de actos injerencistas.
De forma independiente a si se trató de una "confusión" o una "emboscada" como califican el ataque al automóvil blindado autoridades mexicanas y estadounidenses respectivamente, el hecho es que el asunto no fue casualidad, sino planeado y con la finalidad de terminar con la vida de los ocupantes del vehículo en cuestión.
Lo anterior, abona a concluir el alto grado de participación norteamericana en la lucha contra el crimen organizado, como rebautizó Felipe Calderón a su "guerra en contra de los narcotraficantes" que operan en el país.
¿Qué saben o qué pueden detonar los funcionarios norteamericanos heridos por elementos de la Policía Federal, al grado de tirar a matarlos?
El argumento de la "confusión" presentado por las autoridades nacionales de cualquier ángulo por dónde se intente explicar, no convence. La persecución a la camioneta y el número de automóviles y elementos que participaron en la misma, así como decenas de proyectiles que impactaron, no suena a confusión y más cuando la camioneta había recorrido el trayecto varias veces en días anteriores para llegar a un campo de tiro.
En tanto que la tesis de la "emboscada" a cargo de los estadounidenses, también los compromete irremediablemente. Emboscarlos a plena luz del día y con tal estrategia en recursos humanos y balísticos, tenía la intención de mandar un mensaje a muy altos niveles de la corrupción de aquí y allende las fronteras.
Claudia Rodríguez - Opinión EMET
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