El envío de militares a Juárez no ha resuelto la ola de violencia: Napolitano

David Brooks
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 17 de marzo de 2010, p. 7
Nueva York, 16 de marzo. La secretaria de Seguridad Interna de Estados Unidos, Janet Napolitano, rechazó la solicitud del gobernador de Texas de enviar tropas a la frontera con México, y consideró que el traslado de militares mexicanos que ordenó el presidente Felipe Calderón a Ciudad Juárez, Chihuahua, “no ha ayudado” a resolver la ola de violencia.

Mientras, el estado de Texas activó hoy un plan secreto de contingencia contra el desbordamiento de la violencia del otro lado de la frontera.

La Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) aún cuestiona si los asesinatos del sábado pasado en Ciudad Juárez no fueron resultado de un caso de identidad equivocada.

Napolitano afirmó que la zona fronteriza “necesita ser una zona segura. Por ahora no lo es y necesitamos trabajar con México para volverla así”.

Entrevistada por el canal MSNBC acerca de los asesinatos de tres personas ligadas al consulado estadunidense en aquella urbe, afirmó que “es parte de una ola de violencia que ha sufrido Ciudad Juárez durante los años recientes. La presidencia de (Felipe) Calderón ha estado profundamente involucrada, hasta enviando militares a Juárez, pero eso no ha ayudado”.

Aseguró que el gobierno estadunidense evalúa en forma continua la situación fronteriza y recordó que ha aumentado el número de personal y el empleo de tecnología para controlar la zona. “No hemos visto el desbordamiento de violencia hacia el lado estadunidense que uno podría haber pronosticado, dado lo que está ocurriendo al otro lado del puente en Juárez”, subrayó.

Al mismo tiempo, Napolitano rechazó la solicitud de Rick Perry, gobernador de Texas, de enviar mil tropas nuevas a lo largo de la frontera.

Perry denunció la respuesta y puso en alerta a la policía estatal y a otras fuerzas de seguridad. Indicó que existe un riesgo mayor de que la violencia de la guerra del narco cruce a territorio estadunidense, reportó The Dallas Morning News. El gobernador de Texas anunció que había activado la primera fase del “plan de contingencia de desbordamiento de violencia”, con lo cual se dedican más recursos policiacos al monitoreo fronterizo, informó el rotativo.

“¿Cuántos estadunidenses ten-drán que morir antes de que nuestro gobierno federal adopte una acción seria a lo largo de la frontera Texas-México?”, preguntó Allison Castle, vocera de Rick Perry.

Agregó que el gobierno de Barack Obama ha estado evaluando la solicitud del gobernador de enviar mil elementos de la Guardia Nacional para apoyar a las fuerzas de seguridad pública locales durante más de un año, y reiteró: ahora es urgente.

“Con la creciente amenaza de que la violencia en México se desborde, hemos adoptado medidas importantes para incrementar la presencia de fuerzas de seguridad pública en la frontera de Texas (…) para combatir cualquier situación potencial”, declaró el gobernador en un comunicado.
Napolitano dijo que sí considerará la solicitud del gobernador de enviar más aeronaves de vigilancia a control remoto para la frontera texana.

¿Blancos equivocados?

La FBI afirmó hoy que aún no cuenta con información de que las víctimas fueron blancos seleccionados. “No tenemos ninguna información de que estas personas fueron directamente atacadas por su empleo en el gobierno estadunidense o su ciudadanía”, afirmó esta noche a la agencia Ap Andrea Simmons, vocera de la FBI.

Según una línea de investigación, los sicarios recibieron órdenes de atacar una camioneta blanca que salía de una fiesta y se equivocaron de lugar.

El representante federal republicano Michael McCaul, de Austin, Texas, tuvo una sesión informativa con la FBI y dijo que las autoridades estadunidenses aún no encuentran pruebas de que los asesinatos fueron premeditados, comentó al Houston Chronicle.

El también ex fiscal federal dijo que “históricamente los cárteles no han atacado a funcionarios estadunidenses (…) Sin embargo, si empezaran a hacerlo, eso sería una desviación preocupante sobre la forma en que han operado y Estados Unidos debería declarar la guerra contra los cárteles”.

Otros expertos han expresado dudas sobre si los cárteles están cambiando de estrategia, ya que ataques contra estadunidenses, en especial funcionarios de gobierno, resultarían en intensificar el combate contra sus operaciones en ambos lados de la frontera.

Algunas universidades y varias comunidades aconsejaron a estudiantes que eviten viajar a México, sobre todo a zonas donde se ha registrado violencia; ahora, durante las vacaciones de primavera (el spring break), los medios reportan acerca de jóvenes que han decidido no cruzar al otro lado de la frontera por el “peligro”.

Otros advierten que no debe utilizarse la amenaza de un desbordamiento transfronterizo de la violencia, ya que no hay pruebas de que eso está ocurriendo. Según un reportaje, mientras más de 500 personas han sido asesinadas en Ciudad Juárez en lo que va de este año, al otro lado del puente, en El Paso, sólo se ha reportado un homicidio en ese periodo.

Habitantes de ambos lados de la frontera se preguntan por qué han tardado tanto los gobiernos de México y Estados Unidos en poner atención a esta crisis. “Obama y Hillary Clinton están indignados, lo cual es bueno, porque queremos que enfoquen su atención en esta crisis y alguna solución. Uno se pregunta por qué casi 5 mil personas tienen que morir en esa comunidad fronteriza para que se den cuenta y se comprometan a hacer algo”, comentó Beto O’Rourke, concejal municipal de El Paso, en entrevista con The Wall Street Journal.

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