Protestas y enfrentamientos a pedradas en la tercera visita de Calderón a Juárez
Rubén Villalpando y Miroslava Breach
Corresponsales
Periódico La Jornada
Miércoles 17 de marzo de 2010, p. 6
Ciudad Juárez, Chih., 16 de marzo. El presidente Felipe Calderón fue recibido hoy en esta frontera con protestas de estudiantes, maestros, activistas y familiares de mujeres asesinadas, desaparecidas y víctimas de la violencia, que le exigieron su renuncia ante la falta de resultados en el combate al crimen organizado y el retiro del Ejército.
Durante la jornada hubo un enfrentamiento a pedradas entre manifestantes y policías federales que colocaron vallas metálicas en torno a las sedes de las reuniones que sostuvo el mandatario, con un saldo de siete lesionados leves y al menos ocho detenidos que minutos después fueron liberados.
Antes de las 10 de la mañana las decenas de activistas –aglutinados en el Frente Plural Ciudadano y la Asamblea de Resistencia Popular– se comenzaron a apostar en las vialidades por donde minutos después pasaría el convoy que trasladó a Calderón, a quien expresaron su repudio a la violencia desatada en Ciudad Juárez y la ineficacia de los operativos militares y policiacos para contenerla.
Los inconformes se ubicaron en diferentes puntos de la avenida Tecnológico –la principal de esta localidad–, en torno al Colegio de Bachilleres y el hotel Camino Real, donde reclamaron airadamente la falta de resultados en la lucha contra la delincuencia y la ola de ejecuciones, y pidieron el retiro de los militares de las calles de esta urbe fronteriza.
Los manifestantes portaban pancartas con consignas en contra de la visita de Calderón, la tercera en mes y medio desde que ocurrió la masacre de 15 jóvenes en el fraccionamiento Villas de Salvárcar, el 31 de enero.
“Juárez no es cuartel, fuera Ejército de él”, gritaban los activistas que encararon a elementos antimotines de las policías federal y municipal. Intentaron varias veces atravesar las vallas en torno a la sedes de las reuniones a las que asistieron Calderón y funcionarios de los tres niveles de gobierno, e incluso se apoderaron de algunas de las rejas.
Luego de pretender por más de dos horas pasar las barricadas ubicadas a más de 500 metros del hotel Camino Real, donde Calderón presidió la sesión del foro Todos somos Juárez; reconstruyamos la ciudad, los inconformes comenzaron a lanzar piedras contra los uniformados, quienes respondieron de la misma manera.
Durante la reyerta, cientos de trabajadores de la planta Lear, ubicada sobre avenida Tecnológico, se vieron impedidos para salir de las instalaciones, mientras que otros empleados esperaban para ingresar en el cambio de turno.
El diputado local del PRD Víctor Quintana consideró que era “inútil” esta tercera visita de Felipe Calderón a Juárez, la cual, dijo, “tiene más fines electorales que de compromiso real de atender la grave situación que vive la población”. Sostuvo que para los juarenses, “Calderón pasó de ser el presidente del empleo al presidente de la muerte, porque desde que declaró la guerra al crimen organizado se ha registrado un promedio de cinco ejecuciones diarias”.
A esta exigencia se sumaron legisladores del PRI, que en voz del diputado Antonio Andreu demandaron “una estrategia contundente que dé certeros golpes al crimen organizado y no sólo vengan las autoridades de visita”.
Durante las protestas, la señora Lorena Torres suplicaba a los agentes federales que permitieran el paso de los manifestantes para plantear a Calderón el problema de las mujeres desaparecidas en Juárez, entre ellas su hija de 18 años, a quien vio por última vez el pasado 17 de febrero.
Con lágrimas, dijo que nadie le ayuda y que las autoridades locales únicamente le entregaron unos carteles con la fotografía y datos de su familiar para que las coloque en las calles e investigue por su cuenta. Otra mujer comentó: “Muchas veces nos hemos querido acercar a él (Calderón) o a su mujer (Margarita Zavala), pero se esconden entre puros verdes, como si las madres les fuéramos a hacer daño”.
Otra protesta tuvo lugar en el periódico El Diario, donde un grupo de personas exigió el esclarecimiento del homicidio del periodista Armando Rodríguez, El Choco, crimen que permanece impune desde hace más de un año.
En este contexto, organismos de la iniciativa privada como la Cámara Nacional de Comercio y la Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles Zona Norte de Chihuahua, pidieron ayuda internacional para solucionar el problema de la violencia en Juárez, que los ha afectado en todos los rubros económicos, y “recuperar la soberanía”.
En un comunicado, los empresarios afirmaron que “Juárez no resiste más, ya que por 27 meses de violencia la ocupación hotelera ha caído un 26 por ciento; han cerrado cuatro aerolíneas y se ha registrado una disminución de 30 por ciento en el número de pasajeros”. Además, “la derrama económica en el sector turismo, segunda fuente de ingresos de la localidad luego del sector maquilador, cayó al menos un 28 por ciento”.
Fuente
Corresponsales
Periódico La Jornada
Miércoles 17 de marzo de 2010, p. 6
Ciudad Juárez, Chih., 16 de marzo. El presidente Felipe Calderón fue recibido hoy en esta frontera con protestas de estudiantes, maestros, activistas y familiares de mujeres asesinadas, desaparecidas y víctimas de la violencia, que le exigieron su renuncia ante la falta de resultados en el combate al crimen organizado y el retiro del Ejército.
Durante la jornada hubo un enfrentamiento a pedradas entre manifestantes y policías federales que colocaron vallas metálicas en torno a las sedes de las reuniones que sostuvo el mandatario, con un saldo de siete lesionados leves y al menos ocho detenidos que minutos después fueron liberados.
Antes de las 10 de la mañana las decenas de activistas –aglutinados en el Frente Plural Ciudadano y la Asamblea de Resistencia Popular– se comenzaron a apostar en las vialidades por donde minutos después pasaría el convoy que trasladó a Calderón, a quien expresaron su repudio a la violencia desatada en Ciudad Juárez y la ineficacia de los operativos militares y policiacos para contenerla.
Los inconformes se ubicaron en diferentes puntos de la avenida Tecnológico –la principal de esta localidad–, en torno al Colegio de Bachilleres y el hotel Camino Real, donde reclamaron airadamente la falta de resultados en la lucha contra la delincuencia y la ola de ejecuciones, y pidieron el retiro de los militares de las calles de esta urbe fronteriza.
Los manifestantes portaban pancartas con consignas en contra de la visita de Calderón, la tercera en mes y medio desde que ocurrió la masacre de 15 jóvenes en el fraccionamiento Villas de Salvárcar, el 31 de enero.
“Juárez no es cuartel, fuera Ejército de él”, gritaban los activistas que encararon a elementos antimotines de las policías federal y municipal. Intentaron varias veces atravesar las vallas en torno a la sedes de las reuniones a las que asistieron Calderón y funcionarios de los tres niveles de gobierno, e incluso se apoderaron de algunas de las rejas.
Luego de pretender por más de dos horas pasar las barricadas ubicadas a más de 500 metros del hotel Camino Real, donde Calderón presidió la sesión del foro Todos somos Juárez; reconstruyamos la ciudad, los inconformes comenzaron a lanzar piedras contra los uniformados, quienes respondieron de la misma manera.
Durante la reyerta, cientos de trabajadores de la planta Lear, ubicada sobre avenida Tecnológico, se vieron impedidos para salir de las instalaciones, mientras que otros empleados esperaban para ingresar en el cambio de turno.
El diputado local del PRD Víctor Quintana consideró que era “inútil” esta tercera visita de Felipe Calderón a Juárez, la cual, dijo, “tiene más fines electorales que de compromiso real de atender la grave situación que vive la población”. Sostuvo que para los juarenses, “Calderón pasó de ser el presidente del empleo al presidente de la muerte, porque desde que declaró la guerra al crimen organizado se ha registrado un promedio de cinco ejecuciones diarias”.
A esta exigencia se sumaron legisladores del PRI, que en voz del diputado Antonio Andreu demandaron “una estrategia contundente que dé certeros golpes al crimen organizado y no sólo vengan las autoridades de visita”.
Durante las protestas, la señora Lorena Torres suplicaba a los agentes federales que permitieran el paso de los manifestantes para plantear a Calderón el problema de las mujeres desaparecidas en Juárez, entre ellas su hija de 18 años, a quien vio por última vez el pasado 17 de febrero.
Con lágrimas, dijo que nadie le ayuda y que las autoridades locales únicamente le entregaron unos carteles con la fotografía y datos de su familiar para que las coloque en las calles e investigue por su cuenta. Otra mujer comentó: “Muchas veces nos hemos querido acercar a él (Calderón) o a su mujer (Margarita Zavala), pero se esconden entre puros verdes, como si las madres les fuéramos a hacer daño”.
Otra protesta tuvo lugar en el periódico El Diario, donde un grupo de personas exigió el esclarecimiento del homicidio del periodista Armando Rodríguez, El Choco, crimen que permanece impune desde hace más de un año.
En este contexto, organismos de la iniciativa privada como la Cámara Nacional de Comercio y la Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles Zona Norte de Chihuahua, pidieron ayuda internacional para solucionar el problema de la violencia en Juárez, que los ha afectado en todos los rubros económicos, y “recuperar la soberanía”.
En un comunicado, los empresarios afirmaron que “Juárez no resiste más, ya que por 27 meses de violencia la ocupación hotelera ha caído un 26 por ciento; han cerrado cuatro aerolíneas y se ha registrado una disminución de 30 por ciento en el número de pasajeros”. Además, “la derrama económica en el sector turismo, segunda fuente de ingresos de la localidad luego del sector maquilador, cayó al menos un 28 por ciento”.
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