Amenaza a España un eventual "rescate" del Banco Central Europeo

Armando G. Tejeda
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 3 de mayo de 2012, p. 2
 
Madrid, 2 de mayo. La economía española está al borde del colapso. El mercado bursátil vivió una de sus peores jornadas, al perder 2.5 por ciento el índice de referencia, el Ibex 35, y situarse en 6 mil 831 puntos, al nivel de los peores meses de 2009 y en pleno auge de la crisis financiera internacional.
La huída del capital especulativo, tanto foráneo como nacional, se debió a dos factores: la crisis del sistema bancario, cuya credibilidad y futuro inmediato está en tela de juicio ante la masiva intoxicación de productos derivados del sector de la construcción, y a los malos datos macroeconómicos: la recesión de 0.3 por ciento del primer trimestre del año, el aumento del desempleo, con 5.6 millones de personas, y la fuga de capital extranjero, que desde enero se elevó a 60 mil millones de euros.
La llegada al poder de la derecha española y de su líder, Mariano Rajoy, no ha devuelto la estabilidad a la economía. Por el contrario, desde enero pasado se suceden las malas noticias y lo que ya suponía un panorama desastroso y con escasas perspectivas de mejora, ha empeorado a ritmo acelerado.
Es uno de los momentos más delicados desde el inicio de la crisis y nunca como ahora se hace más probable una eventual intervención por parte del Banco Central Europeo (BCE), que tiene muchas dudas sobre la credibilidad y la base del sistema bancario español, incluidas las grandes entidades financieras, como Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) y Banco Santander, pero también las cajas de ahorro regionales, que en décadas recientes han participado en corrupción política y empresarial que rodeó la burbuja inmobiliaria.
Uno de los orígenes de esta nueva crisis en el mercado bursátil se remonta al pasado lunes, cuando la agencia estadunidense Standard & Poors rebajó la nota a todos los bancos españoles, que se enfrentan a un futuro inmediato de recesión interna y plagados de productos tóxicos procedentes de la crisis en los sectores de la construcción e inmobiliario.
La reacción de los mercados a esta nueva nota de la agencia calificadora se conoció hasta hoy, ya que el mercado bursátil cerró ayer por el Día del Trabajo, y ha sido peor de lo esperado, con un desplome generalizado de las empresas de referencia que hicieron perder al índice Ibex 35 un 2.5 por ciento, que se ubicó en los niveles de 2009, con 6 mil 831 puntos.
Además, la prima de riesgo de la deuda española amaneció en 408 puntos básicos, pero en poco tiempo se volvió a disparar y superó los 420 puntos, mientras el bono a 10 años se situó por arriba de 5.8 por ciento.
Entre los expertos y analistas financieros se asegura que uno de los problemas más graves del sistema bancario es que ya se gastaron casi la mitad del dinero que les prestó el BCE, por lo que ya no podrán comprar más deuda pública española. La entidad financiera HSBC emitió un informe en el que valoró en 500 mil millones de euros un eventual rescate a España. Lo anterior confirmaría el duro castigo de los especuladores internacionales y locales a los bancos, que cayeron con fuerza en el mercado bursátil.
El Banco Santander perdió 3.3 por ciento hasta 4.56 euros por acción, mientras que el BBVA perdió 3.3 por ciento hasta 4.9 euros y se acerca así a los mínimos de marzo de 2009, cuando sus acciones retrocedieron a 4.4 euros.
Para el resto de entidades el castigo fue más duro: Popular cayó 4.3 por ciento; Sabadell, 4.1; Bankia, 5.1, hasta 2.4 euros; Bankinter, 4.1, y CaixaBank, 3.3 por ciento.
La crisis estructural del sistema financiero se suma a otra serie de malos datos económicos que tienen a España postrada en el temor a un rescate. Por ejemplo, el aumento del desempleo y las previsiones del gobierno de que se superarán los 6 millones de desempleados; la reducción del gasto público para cumplir con el déficit exigido por la Unión Europea, que en ningún caso podrá superar el 5.3 por ciento; además del creciente malestar social ante los durísimos recortes en servicios públicos básicos y la falta de perspectiva de una sociedad sumida en una de las peores crisis de su historia.
El gobierno de Mariano Rajoy, que hasta ahora ha promovido medidas neoliberales y ortodoxas, pretende llevar a cabo un plan de reconversión del sistema financiero que conduzca a una salida progresiva y ordenada de los activos tóxicos ligados al ladrillo. Una operación delicada de la que tampoco son partidarios algunos de los grandes bancos.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, máximo responsable de la estrategia del gobierno español para salir de la crisis, reconoció que buscará establecer una serie de reglas claras para realizar la depuración del sistema bancario, que podría llegar a más de 170 mil millones de euros.
Es un planteamiento que además se va a hacer con absoluta transparencia, con claridad desde el punto de vista de unas valoraciones que son las adecuadas y que consideramos que son atractivas para potenciales terceros que quieran comprar esos activos, explicó el ministro.
Barcelona, cercada por la reunión del BCE
El ministro de Economía será anfitrión de una importante reunión de las autoridades del BCE que se efectuará en Barcelona, una ciudad que vive en estado de sitio desde hace cuatro días, al suspender temporalmente la libre circulación de ciudadanos y prohibir la entrada a potenciales manifestantes contra las medidas económicas adoptadas en el foro.
Los agentes policiacos han detenido a 17 personas en los puestos fronterizos y han negado la entrada a España a otras 43 durante las 104 primeras horas de la suspensión.
La reunión de los responsables económicos de la UE estará vigilada por más de 25 mil agentes que impedirán cualquier manifestación de repulsa.
A pesar de la presión policial, ordenada por el ministro del Interior, el conservador Jorge Fernández Díaz, el movimiento 15M convocó a los ciudadanos a realizar caceroladas para expresar su rechazo al BCE y denunciar el estado de excepción en que Barcelona se ve sumida por la celebración de esta cumbre.

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