- Entre PANdillas
- ¿Elecciones 2012?
- Mesías militar
- GM: ajuste de cuentas
Julio Hernández López
Pareciera que Felipe Calderón está en campaña para mantenerse en el poder aun sin elecciones. Entre más tensa al país, más va sembrando indicios políticos que abonarían la necesidad” de darle continuidad a un mando autoritario sin necesidad de los mecanismos institucionales que, aun deteriorados y pervertidos como hoy están, serían un obstáculo en el curso de un proyecto de largo plazo para la “salvación” nacional.
Los resultados de la gestión calderónica deben leerse en sentido inverso a lo que percibe la mayoría de la sociedad si el propósito real es el de crear caos económico, social y político que permitan “justificar” la toma de medidas “dolorosas pero inevitables”. Hundida la nación en la pobreza, la injusticia, la criminalidad, la militarización y el miedo colectivo, será más fácil llevar a un colapso intencional lo poco que subsista de esperanza en lo político, partidista y electoral. En ese menú dictatorial son platillos preparatorios la desesperanza y la confusión, como en el caso de las alianzas perreánicas, y la satanización de la política (campañas maniqueas contra el Congreso, los partidos y el gasto electoral).
En ese contexto, los discursos del general secretario de la Defensa Nacional, este martes, y de Felipe Calderón, ayer, apuntan a una dirección estremecedora: el uso de la fuerza armada para orientar o dirimir las naturales discordias y conflictos que conlleva en sí el sano ejercicio de la política mediante sus órganos de representación. Es un grave error el permitir o inducir a un máximo orador militar a pronunciarse en materias estrictamente políticas, e inclusive advertir de los riesgos que significaría la desaprobación de reformas propuestas por su jefe civil. Un conductor institucional del país, haiga llegado al cargo como haiga llegado, no debería permitir que su operador militar realice tales incursiones en lo civil, y específicamente en lo político.
Pero el propio Felipe demostró ayer, con su discurso en Tecámac, en el Día de la Fuerza Aérea Mexicana, que comparte el tono y el contenido de lo dicho un día antes por el general Guillermo Galván Galván, pues en lugar de asumir un perfil conciliador, de entendimiento de las protestas ciudadanas por los sangrientos operativos militarizados contra narcotraficantes, de búsqueda de reconciliaciones con los mexicanos sometidos nacionalmente al terror y el abandono, remarcó el tono belicista, insistió en las acusaciones peligrosas contra quienes disienten y habló en términos de un mesianismo verde olivo que pareciera tender puentes de fuego hacia una continuidad forzosa de su proyecto, al cumplimiento extremo de una presunta misión depuradora.
Al enredo como política de gobierno contribuyó quien formalmente es el segundo hombre en importancia en el organigrama federal, el secretario de Gobernación que ayer renunció no al cargo pero sí a la militancia en el PAN. La primera lectura entendería ese gesto partidista como una forma de protestar contra las alianzas perreánicas a las que Gómez Mont calificó en semanas anteriores en términos despectivos. En el mundillo periodístico circuló incluso la versión, para publicar, por favor, de que el hombre de Bucareli había advertido a Gabino Cué que él, personalmente, Fernando I, duque de Fernández de Cevallos, se atravesaría en el camino oaxaqueño para impedir las asociaciones que Cesarín Nava impulsaba. Pero también puede ser un PAN con maña para convertir al político de la banda gástrica en una especie de precandidato presidencial “ciudadano” y demostrar que la caballada felipista de ninguna manera puede considerarse flaca a partir de esta inclusión sesgada. Otra especulación apunta a la formación de un polo de personajes que estarían considerando nuevas opciones para 2012, entre ellos el propio jefe Diego, que es el verdadero propietario y usufructuario de la carta del jugador Gomón. Y, sin embargo, ¿Felipe estará pensando en que haya elecciones?...
Astillas
Mientras la nación voltea hacia Ciudad Juárez e injustificadamente en menor medida a Torreón, en otros lugares se viven tragedias parecidas. En Nogales, Sonora, por ejemplo, entre lunes y martes hubo siete muertos y 20 heridos en una impune agresión de bandas de presuntos narcotraficantes que con bombas incendiarias y rifles de asalto atacaron dos restaurantes, tres casas y a los asistentes a un sepelio. Tan intenso ha sido en ciertos momentos el deambular asesino que durante media hora fue cerrado el cruce fronterizo hacia Nogales, Arizona. Las autoridades del gobierno panista ABC se han negado a precisar la información del caso porque “están investigando”, pero enviaron ayer a 460 policías para “restablecer el orden” (ayer hubo dos asesinados más, en ese mismo contexto). En el Nogales mexicano se habla de que allí están viviendo “un Ciudad Juárez en chiquito”... Puede verse en Youtube un primer extracto del reportaje de la BBC sobre la “guerra” mexicana contra el narco: http://bit.ly/91n6Bd Allí aparece Javier Valdez, el siempre bien informado periodista sinaloense que es corresponsal de La Jornada. En un bar de Culiacán, Javier habla de narcocorridos y otros temas a la enviada del sistema periodístico del Reino Unido. ¡Salud(os) a Javier y al periodismo valiente y profesional de Río Doce (www.riodoce.com.mx)!... Peck Espinosa advierte lo peculiar de la repetición de apellidos en el equipo calderónico: Chávez Chávez, Carstens Carstens y Galván Galván... La Corte atrajo las solicitudes de amparo de los presos políticos de Atenco, Ignacio del Valle Medina, Felipe Álvarez Hernández y Héctor Galindo Gochicoa... Y, en tanto Elbeja Reina ha reaparecido en Pachuca para pedir a los profes que no se dejen presionar por ningún partido (que no sea el Panal), ¡hasta mañana, en esta columna que no pudo ver a Calderón en cómicos enredos oscuros en South Park porque a MTV Networks México le entró un oportuno ataque legalista y decidió no transmitir esa serie acá porque se necesitaba un permiso para mostrar la bandera nacional en esas escenas de caricatura!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
Fuente
Comentarios