Reciben a Gómez Mont con fuertes acusaciones

Claudia Herrera Beltrán, enviada
Periódico La Jornada
Viernes 12 de febrero de 2010, p. 5

Ciudad Juárez, Chih., 11 de febrero. Con gritos de “¡asesino!”, “¡lárgate de aquí!” y “¡debes tener vergüenza!”, fue recibido el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, por manifestantes, la mayoría jóvenes universitarios, que exigían ser escuchados en un foro ciudadano.

Los muchachos no pudieron ingresar al Centro de Convenciones Cibeles porque el Estado Mayor Presidencial tendió un cerco de seguridad para proteger al presidente Felipe Calderón, quien acudió con la promesa de “escuchar a los juarenses”.

Un día después de que renunció al PAN, Gómez Mont acompañó al mandatario federal a esta ciudad, pero no habló en la sesión. Intervinieron los secretarios de Desarrollo Social, Heriberto Félix; Educación Pública, Alonso Lujambio, y Salud, José Angel Córdova, así como el procurador general de la República, Arturo Chávez, quien fue increpado por madres de jóvenes desaparecidas o asesinadas.

La única encomienda que el funcionario recibió de Calderón fue que hablara con los inconformes, porque en el centro de convenciones la gente estaba enojada y pedía que se atendiera a quienes son los principales agraviados por los asesinatos del 31 de enero.
“A eso vino a la ciudad, a reprimir más”, espetó al Presidente una mujer que estaba en el público.

El secretario de Gobernación fue instruido para que atendiera a los manifestantes, pero tras los gritos que duraron unos minutos dio por terminada su misión.

“Esto no es un diálogo. Un diálogo sin escuchar es una contradicción”, exclamó.

En ese momento un empleado de logística de la Presidencia lo rescató de la multitud y lo llevó a una camioneta que lo condujo de regreso al auditorio.

La prensa intentó entrevistar a Gómez Mont para conocer las razones de su salida del blanquiazul.

“No voy a dar explicación alguna. Mis explicaciones están sometidas a la reserva.”

–¿Fortalece esta renuncia al Presidente?

–Ya, basta, por favor.

Y se alejó de los reporteros.
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