CFE ¿a quién echarle la culpa?

Hoy se cumplen cuatro meses desde que el gobierno anunció su determinación de extinguir Luz y Fuerza del Centro, sin duda la medida económica más significativa tomada por el presidente Felipe Calderón en lo que va de su gobierno.

Sigo pensando, como lo he dicho en este espacio desde aquella fecha, que la decisión tomada fue la correcta. Pero también creo que en el afán de buscar apoyos a la medida, el gobierno nos sobrevendió a una Compañía Federal de Electricidad que está muy lejos de ser la empresa eficiente y competitiva que se nos dijo hasta la saciedad a través de miles de spots de radio y televisión.

Sí, CFE era mejor que Luz y Fuerza del Centro, porque ésta última no podía ser peor en cualquiera de sus coeficientes de comparación internacional. Sin embargo, no se nos puede olvidar que para los millones de usuarios del servicio en el país, la energía eléctrica en México es cara y de baja calidad. Allí están las comparaciones y los diversos rankings internacionales que lo gritan periódicamente.

Por lo pronto, a cuatro meses de distancia de aquella trascendente decisión del gobierno federal continúan, como siempre, los apagones y las variaciones de voltaje en prácticamente todas las zonas de la Ciudad de México. Para no ir más lejos, anteayer tuve que buscar alternativas para escribir esta columna porque en la zona de la delegación Cuajimalpa en la que me encontraba “se había ido la luz” durante varias horas. A eso hay que agregar que todavía CFE no ofrece atención a los clientes en sus oficinas, ni les ha sido posible tomar lecturas del consumo de energía, por lo que los recibos seguirán produciéndose a base de cálculos y no del consumo real por un tiempo más. Eso para los millones de consumidores en viviendas de la zona centro del país. En materia de infraestructura el reto es mayor.

Me temo que se requerirá mucho más tiempo para hacer notar el cambio prometido de CFE en el centro del país. Las expectativas son altas y ahora ya no existe demonio a quien echarle todas las culpas.

Sígale la pista…

1.GASOLINAS POR DECRETO. Ayer el precio promedio de la gasolina regular en Texas fue de 8.54 pesos. En México su equivalente, la gasolina Magna, se vendió en 7.96 pesos; 58 centavos de diferencia. El litro de diésel se vende en México a 8.32 pesos el litro, en las estaciones de Texas se compra a 9.33 pesos en promedio. El gobierno nos ha dicho que las alzas programadas en el precio de los combustibles es para reducir la diferencia con los precios internacionales; diferencia que se ha estrechado últimamente. Nos preguntamos si la política de fijación de precios revertirá las alzas cuando los precios en Texas sean menores que en México.

2. JUBILACIÓN PREMATURA. No puede pasar desapercibida la salida de Héctor Medina de Cemex. El mercado reaccionó negativamente a la noticia de la jubilación anticipada del vicepresidente ejecutivo de Finanzas y Asuntos Jurídicos y brazo derecho de Lorenzo Zambrano.

3. COSAS DE LA VIDA. El papá del IETU terminó trabajando como director general para una empresa que se amparó contra la legalidad del impuesto y que la Suprema Corte finalmente desechó. Ayer se anunció que Fernando Sánchez Ugarte renunció a Grupo TMM.

sgarcia@elsemanario.com.mx

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