- Encabeza Calderón reunión planchada sobre seguridad
- Grupos civiles dan cien días de plazo al gobierno para que presente indicadores sobre disminución de delitos
- Presidencia no invitó a defensores de derechos humanos
- Denuncian extorsiones a médicos
Claudia Herrera Beltrán
Enviada
Periódico La Jornada
Jueves 18 de febrero de 2010, p. 3
Ciudad Juárez, Chih., 17 de febrero. Excluidos el tema de derechos humanos y las voces de los familiares de los jóvenes y las mujeres asesinados en esta ciudad, el segundo foro que encabezó el presidente Felipe Calderón terminó sin la presentación de un documento de estrategia definitivo.
Ausentes los grupos que protestaron la semana pasada ante el mandatario federal, la sesión de este miércoles transcurrió sin sobresaltos, salvo cuando uno de los representantes de la sociedad civil, Hugo Almada, dejó en claro que la mesa de derechos humanos no fue convocada y que ésta ya había entregado al gobierno federal la relación de mil quejas documentadas de violaciones a los derechos humanos cometidas por las fuerzas federales, hecho que el michoacano impugnó en la anterior reunión.
En una sesión que estaba “planchada” o “a modo” –como la definieron algunos participantes–, la Presidencia de la República dejó que hablaran representantes de 17 mesas, incluida una sobre estancias infantiles y hasta habitantes de una colonia llamada Lomas del Poleo.
Pero no invitó a los activistas de derechos humanos ni hablaron las madres de los jóvenes ejecutados hace 17 días ni las de mujeres asesinadas aquí.
Después de reunirse en el aeropuerto con el gobernador de Chihuahua, José Reyes Baeza, y el alcalde de Ciudad Juárez, José Reyes Ferriz, Calderón llegó al hotel Camino Real –donde el Ejército estableció un amplio dispositivo de seguridad– acompañado por nueve secretarios de Estado y el procurador general de la República, Arturo Chávez, quienes tuvieron una presencia escenográfica, porque nunca tomaron la palabra.
Primer orador del grupo de la sociedad civil e integrante del Observatorio Juarense de Seguridad Pública y Seguridad Social, Almada señaló que estaban ahí porque el operativo conjunto es un desastre, y “porque en su estado, señor gobernador –Reyes Baeza–, no hay justicia y la procuraduría está colapsada”.
Mientras Calderón y su esposa, Margarita Zavala, tomaban nota, advirtió que los juarenses no quieren “más de lo mismo” y denunció que el principal problema es la corrupción de las fuerzas federales, estatales, municipales y de los militares.
Exigió cambiar la estrategia territorial, porque no es más que una “guerra contra los pobres por la vuelta enérgica al estado de derecho”; demandó que haya 200 agentes del Ministerio Público y que la policía responda en un tiempo no mayor de cinco minutos cuando se denuncie un delito.
Puso un plazo máximo de cien días a la autoridad federal para que presente un sistema de indicadores de impacto, que incluya la disminución de los niveles de homicidio doloso, secuestro y extorsión, al menos a los niveles registrados en 2007.
Asimismo, Almada expresó su preocupación porque se está formando un “gobierno paralelo”, que ofrece mayor protección y garantías que las que otorga la autoridad en el caso del delito de extorsión.
Los siguientes oradores hicieron eco del discurso oficial. Sólo se interrumpió la calma en la sesión cuando una mujer –quien se identificó como Leticia Echavarría– habló fuera de micrófono y señaló que todo sonaba “perfecto”, pero había que atender el elevado número de secuestros y extorsiones que se cometen, sobre todo, contra médicos.
En nombre del sector cultural, Heriberto Galindo secundó las posturas defendidas en el ámbito gubernamental.
Señaló que, cuando “sucede un crimen, hay un grupo saliendo a la calle a mentarle la madre al Ejército”, pero “no ha habido reacción fuerte, igual de frenética, contra los asesinos. No siempre el gobierno es responsable del asesinato de un niño”, agregó.
Incluso hubo momentos humorísticos en el encuentro, como cuando un hombre destacó que la esposa del Presidente había participado en las mesas de debate efectuadas esta semana y exclamó: “Nos tiene cautivados en Ciudad Juárez”.
“No lo culpo, no lo culpo”, respondió Calderón.
Antes, el gobernador José Reyes Baeza negó que en el auditorio hubiera pocos jóvenes.
“A mi derecha hay una mujer muy joven, y a mi izquierda, un hombre muy joven”, expresó para destacar que estaba flanqueado por su esposa y por el Presidente.
Esto, porque Calderón le había dado la palabra a un joven que dijo llamarse Guillermo Asein para que hablara en nombre de ese sector.
Al final, el muchacho, quien no cuestionó temas de fondo, fue abrazado por Calderón mientras el titular de la Reforma Agraria, Abelardo Escobar, señaló: es una muestra de que “la mayoría de los jóvenes juarenses son buenos”.
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