México: Inseguridad pública

Teodoro Rentería Arróyave (especial para ARGENPRESS.info)


Cómo estará la situación en el país, que si nos referimos a la seguridad pública cairíamos en una entelequia, de ahí que el tema ahora en México es la inseguridad pública que nos invade, nos atormenta y casi nos aniquila como nación, porque a nivel local, como es el caso de Ciudad Juárez, están los enemigos del país a punto de lograrlo.


Una “segunda etapa” de estrategia contra el crimen organizado fue planteada al Senado de la República por el llamado gabinete de seguridad que se comprometió a definirla en los próximos días.


Lo anterior sucedió durante una reunión a puerta cerrada donde sólo asistieron los coordinares parlamentarios y los secretarios de la Defensa, Guillermo Galván; de Marina, Francisco Saynez; de Seguridad Pública, Genaro García Luna; de Gobernación, Fernando Gómez Mont -quien asistió como invitado-, y el titular de la PGR, Arturo Chávez Chávez.


Como los reporteros fueron excluidos, se informó que los funcionarios explicaron con amplitud la estrategia de seguridad en Ciudad Juárez, los alcances del Plan Mérida y en esa dinámica los secretos de la nueva estrategia.


Más allá de diferencias partidistas y “con una visión de Estado”, que involucre todos los órdenes de gobierno, también asegura el boletín, los coordinadores parlamentarios de los seis partidos representados en el Senado ofrecieron discutir las reformas a la Ley de Seguridad Nacional, enviadas por el Ejecutivo, y con las cuales se busca regular la presencia militar en las calles, asimismo iniciar el análisis de un nuevo modelo policiaco a través de la “compactación” de cuerpos existentes.


Mientras tanto, en la Cámara de Diputados, en respuesta a la petición de familiares de los 16 jóvenes asesinados en Ciudad Juárez, Chihuahua, se comprometía la colegisladora a llevar a cabo una investigación institucional de la tragedia.


El Comité de Información, Gestoría y Quejas de San Lázaro, que preside el perredista Mauricio Toledo, aceptó tal cometido al decir: “Tenemos el deber jurídico, moral y político de atender las demandas ciudadanas.


Y claro uno de los asuntos urgentes es la petición por parte familiares de los jóvenes asesinados en Ciudad Juárez, quienes solicitaron la investigación institucional por parte de la Cámara de baja para investigar los hechos”.


Mientras tanto el presidente Felipe Calderón Hinojosa presumió, ese es el verbo, a la secretaria de Seguridad Interior de Estados Unidos Janet Napolitano, las acciones que su gobierno desarrolla en Ciudad Juárez para fortalecer la seguridad y el tejido social en esa comunidad, así como la relevancia de la cooperación binacional en los esfuerzos por combatir al crimen organizado en ambos lados de la frontera. Ello durante una reunión llevada a cabo, también a puerta cerrada, en la Residencia Oficial de los Pinos.


Sin dejar de reprobar las juntas en lo oscurito, surgen del propio pueblo las siguientes preguntas: ¿Tuvieron que ser sacrificados 16 jóvenes, luego denostados como pandilleros y finalmente “reivindicados” por el propio Calderón Hinojosa con su petición pública de perdón, para entender que la “guerra” contra el crimen organizado está equivocada y emprender una nueva estrategia? ¿Es necesario darle el statu de policía al Ejército? ¿Y es tan fundamental el Plan Mérida, que hasta el presidente de la República tiene que rendirle cuentas a la encargada de la seguridad pública del poderoso país vecino?
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