El capitalismo excluye del trabajo formal a mujeres y juventud

Guadalupe Cruz Jaimes (CIMAC)

En México, como en el resto del mundo, sólo “los poderosos” han superado la crisis económica, pues una “inmensa” mayoría de mujeres y hombres “está desempleada, se sigue muriendo de hambre”, aseguró Laura Mora Cabello de Alba, profesora de derecho del trabajo y seguridad social, de la Universidad de Castilla-La Mancha, en Toledo, España.

En entrevista, Laura Mora, que también es integrante del Tribunal Internacional de Libertad Sindical, señaló a Cimacnoticias que el sector empresarial, junto con las cúpulas en la política, son quienes “han sobrepasado la crisis, pero los demás no”, afirmó.

“Esta recesión parecía momento de poner en cuestión el sistema capitalista, pero no fue así, los grandes capitales se salvaron a costa del lomo de las trabajadoras y trabajadores”, mencionó.

Prueba de ello, dijo, es que las mayorías trabajadoras, principalmente las mujeres y la juventud, quedaron fuera del trabajo formal. Ésta es una tendencia universal, característica del sistema capitalista.

Durante 2009, en México, la economía informal se mantuvo a la alza, y para febrero de 2010 alcanzó 12.6 millones de personas ocupadas en este sector, superando a las y los trabajadores registrados formalmente en el Instituto Mexicano del Seguro Social, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía.

Cabe mencionar, que una de cada 3 mujeres ocupadas labora en este sector, según datos del Instituto Nacional de las Mujeres.

Sistema de “mal vivir”

Esta realidad no cambiará mientras no se ponga en cuestión el sistema capitalista, aseveró.

No obstante, dijo, el Estado debe proteger a la población, mediante acciones que mejoren la situación, como las transferencias monetarias, y la generación de empleo, pero este “sistema bárbaro de mal vivir no debe continuar si se busca un modelo económico, que permita una crear una sociedad más justa”.

Una de las medidas es la creación de empleo, que al generar más fuentes de ingresos, también genera riqueza, por lo que el gasto social se tiene que dedicar a acción primeramente, ya que las transferencias son una medida que ayuda, pero no mejora una sociedad, ni combate la pobreza.

La búsqueda de una transformación de fondo, y, no sólo paliativos para una recesión coyuntural, debe ser prioritaria, ya que de lo contrario, el panorama puede agravarse.

Un ejemplo, es que en España, el sector patronal pidió que se reformara la legislación laboral a fin de rebajar la indemnización por despido, y que el despido sea libre, con el argumento de que de esta forma generarían más empleos, “cuando por definición la destrucción del empleo genera pobreza, no más trabajos”.

“Todo el tiempo se asocia la crisis del capital con una reforma al mercado de trabajo, siempre cargan las espaldas de quien no debe cargar, acrecentando su posición de debilidad, frente al patrón”, añadió.

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